5 de febrero de 2023, 4:00 AM
5 de febrero de 2023, 4:00 AM


El próximo sábado 11 de febrero, los delegados acreditados irán a las urnas para elegir al futuro presidente del Comité pro Santa Cruz. Se trata de un momento crucial, porque es la institución de la sociedad civil que ha concentrado la voz de ciudadanos disconformes con las políticas gubernamentales absolutistas, que acudieron a multitudinarios cabildos, que pararon por 36 días y que levantaron la voz por la violencia policial durante las protestas. Desde Santa Cruz se lideró una cruzada democrática contra los abusos del poder, que ya tiene réplicas en los nueve departamentos del país. 

Con luces y sombras, Santa Cruz lidera la oposición política ciudadana en el país. Es por eso que la elección del presidente y vicepresidentes del Comité pro Santa Cruz es tan importante, tanto para esta región como para toda Bolivia. Eso lo sabe la ciudadanía y también el Gobierno nacional, que está pendiente de cuanto sucede en las reuniones que anteceden a la jornada de votación. Es una oportunidad fundamental que no debe ser desperdiciada.

Desde el Movimiento Al Socialismo se cuestiona el carácter corporativo de la elección. El Comité pro Santa Cruz representa a 24 sectores de la sociedad civil, tanto en la capital como en provincias: gremiales, empresarios, agropecuarios, profesionales, provincias y otros. Cada uno de ellos acredita a delegados que son los que votan el día de los comicios. Llama la atención que organizaciones como la Central Obrera Departamental y otros subsectores del MAS hagan críticas, si tienen similares características.

No obstante, el nuevo liderazgo cívico debe tener una mirada integradora y nacional. En ese sentido, es válido revisar los estatutos, que ahora solo permiten candidatear a quienes nacieron en Santa Cruz o a quienes son hijos de padres cruceños. Hay mirar la nueva realidad del departamento, que acoge a migrantes de todo el país y de países vecinos, quienes son parte esencial de esta tierra. En ese sentido, es una responsabilidad velar porque todos se sientan representados. 

Si bien la estructura del Comité pro Santa Cruz prevé la votación de representantes, es importante que la elección no sea una cadena sucesoria, sino que haya una sana competencia de propuestas para la región y que la transparencia sea la demostración de la democracia que se enarbola. Esto también implica acoger iniciativas de gestión, de liderazgo y de transformación, acordes al momento que se vive en el país.

Estos cambios deben significar la inclusión, de manera que no se vea como una utopía que esta institución sea liderada por un indígena, una mujer o un migrante en un futuro mediato; es decir, sin límites de ninguna naturaleza, siempre que los postulantes sean personas idóneas y que, con su vida y trayectoria, demuestren su compromiso con Santa Cruz y con Bolivia, sin otro interés que liderar la vanguardia de lucha por las libertades y por la democracia.

La mirada del nuevo presidente del ente cívico debe tener ese carácter. La fuerza está en el ciudadano que mira a su comité como la esperanza de organización, de diálogo, de templanza y de generación de puentes con otras regiones y también con el gobierno y sus sectores afines. La perseverancia en los ideales es un estandarte invencible frente a quienes solo buscan la imposición y el aplastamiento de voces diferentes y contestatarias.

El espíritu de los cruceños, nacidos y no nacidos en esta tierra es rebelde y libertario. La ciudadanía sabe que ha comenzado una lucha de largo aliento por el país. Esa es la oportunidad, que no debe ser desaprovechada por quienes tienen el poder del voto.