Opinión

En contra del sentir de los ciudadanos

1 de febrero de 2020, 3:00 AM
1 de febrero de 2020, 3:00 AM

Algunas cifras halagan y otras advierten. No carece de importancia ni de pertinencia que tanto los que gobiernan como los que hacen política y pretenden el apoyo popular, reparen en los datos que proporcionan los sondeos de opinión sobre los humores y el ánimo de los ciudadanos. Esta reflexión y este recuento de datos están motivados por el reciente anuncio de la presidenta Jeanine Áñez en sentido de que se propone ter-ciar como candidata y conseguir un segundo mandato después del transitorio que ahora ejerce.

El pasado 26 de diciembre, por el diario Página Siete, se dio a conocer una encuesta de Mercados y Muestras arrojando datos que, con claridad, advierten sobre la conveniencia de cambiar comportamiento por parte de los aludidos. Los encuestadores preguntaron si los encuestados estarían de acuerdo o no con esta frase: “Como presidenta interina, Jeanine Áñez debe convocar a elecciones imparciales y no es correcto que quiera aprovecharse de su poder para ser candidata presidencial”. El 67% dijo que sí, que estaba de acuerdo. También se les preguntó si estarían de acuerdo o no con esta otra frase: “La presidenta interina Jeanine Añez es una gran líder y por eso debe presentarse como candidata para las próximas elecciones presidenciales”. El 28% dijo que no estaba de acuerdo.

Otra encuesta de la misma organización publicada el domingo 26 de enero, constata que un 45% de los consultados tiene mucha y poca “confianza” en la presidenta, mientras que un 41% tiene poca y mucha desconfianza. En cuanto a la gestión de la presidenta, el 43% la califica de muy buena y buena, mientras que un 27% de mala y muy mala. Sin ser óptimas, es seguro que estas cifras dejaron razonablemente satisfechos a la presidenta y a sus más allegados.

Datos presentados en otro sondeo de la organización Captura Consulting y publicada este 20 de enero, suenan más como advertencias y menos como halagos. Según el mismo, en la ciudad de La Paz, el 44% considera que el actual gobierno es ilegal y el 55% que es inestable, el 54% que no es democrático. En la ciudad de Santa Cruz, el 52% considera que es legal, el 48% que es estable, el 53% pacificador, el 54% que es inclusivo y el 57% que es democrático. Ni a la presidenta ni su entorno habrán quedado tranquilos sabiendo que la opinión sobre los rasgos básicos de su gobierno está polarizada entre lo que se piensa en el oriente y lo que se piensa en el occidente del país.

Por último, en cuanto a la intención de voto, un sondeo de Mercados y Muestras, revela que, si hoy se realizaran las elecciones, el 26% votaría por el MAS, el 17% por Carlos Mesa y Fernando Camacho y el 12% por Jeanine Áñez. Esta encuesta fue elaborada antes de que la presidenta anuncie su candidatura y antes de que el MAS opte por Luis Arce Catacora.

Si este cúmulo de datos hubiesen sido examinados con serenidad y detenimiento, tanto por ella como por sus principales asesores y, sobre todo, dirigentes de su partido, es probable que Jeanine Áñez hubiera pensado dos veces antes de lanzar su candidatura. Se hubiera evitado, tal vez, este salto a lo desconocido que no garantiza la unidad de las diversas fuerzas que pugnan por evitar el retorno del MAS y que ha provocado una marcada decepción en muchos de los hasta hace poco fuertes simpatizantes de la presidenta. Asimismo, habría evitado la desconfianza que despierta la ruptura de la igualdad entre los contendientes -por un lado alguien que ejerce la presidencia del país y por el otro ciudadanos del llano- en un proceso electoral del que mucho se espera para restaurar las genuinas prácticas democráticas.

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