Los cafeceros comenzaron a ofrecer su producto por la zona del estadio, pero ahora son parte del corazón de la capital cruceña. La gente los considera parte de las tradiciones que atraen a los visitantes

8 de septiembre de 2022, 4:00 AM
8 de septiembre de 2022, 4:00 AM

Haga frío o calor, sea de día o de noche, esté nublado o soleado, los amantes del café con leche están prestos a hacer una parada para relajarse por algunos minutos en la plaza 24 de Septiembre, donde ahora además se han propuesto destacar el habla popular. La mayoría de los que ahora cargan sus termos con café son hijos de los primeros vendedores de esta deliciosa bebida que, en lugar de pasar de moda, se arraiga más en las nuevas generaciones que buscan revalorizar los usos y costumbres de la Santa Cruz de antaño.


Alfredo Aleluya (20) está desde las 07:30 de la mañana hasta las 20:00 ofreciendo café con leche. Afirma que el negocio no es suyo, que en realidad le pertenece a su padre (Castro Aleluya), pero como él está enfermo debe ayudarlo con la venta. “Ya es parte de la tradición, quienes llegan a la plaza buscan un vasito de café caliente, así estemos a más de 30 grados centígrados”, aseguró.

Según cuenta Alfredo, su padre inició la venta de café hace décadas, en la zona del Estadio Ramón Tahuichi Aguilera. Desde allí daban vuelta por la Policía y para terminar la jornada llegaban a la plaza principal.

“Yo le ayudo desde que tenía nueve años, primero cuidando los termos y los bolsones mientras él recorría las calles. Ahora, lo hago usando un carrito”, remarcó a tiempo de manifestar que su padre está enfermo y por eso él ha tomado las riendas del negocio.

Similares historias tienen Juan Ventura, que también reemplaza a su padre, don Teodocio; y Freddy Ventura Mamani, que está en lugar de Gumercindo.

“Mis padres son paceños, por azar del destino mi papá vino a hacer su servicio militar a Montero y en uno de sus días de descanso visitó Santa Cruz de la Sierra. Una vez terminó el servicio, volvió a La Paz, se casó e intentó progresar, pero sin muchos resultados. Fue cuando le dijo a mi madre que en Santa Cruz se podía vivir hasta de vender refrescos y volvió a probar suerte. En cuestión de meses se vinieron mi madre y mis hermanos y no nos volvimos a ir”, relató don Freddy, que también ha echado raíces en suelo cruceño.

“Ellos (los vendedores) siempre están uniformados, parecen unos soldados que con carisma y mucha elegancia sirven un cafecito caliente, no importa el clima ni el horario, siempre hay por lo menos uno plazueleando, preparado con sus termos y vasos en la mano”, resaltó Mariela, mientras disfrutaba su bebida en plena plaza.
Habla popular

La comuna, a manera de promover el habla popular, para acompañar este cafecito y la tertulia ha colocado letreros con palabras costumbristas de la región en cada uno de los árboles del centro de la ciudad. “Es bueno que las nuevas generaciones conozcan los términos y su significado. Debemos conocer lo nuestro”, remarcó Alicia Perales.