14 de abril de 2023, 4:00 AM
14 de abril de 2023, 4:00 AM


Por alguna fecha curiosa, por algún evento meteorológico, por la alineación de los planetas, por el presagio de algún novísimo influencer (tiktoker, instagrammer) o porque no hay ninguna noticia que llame la atención, aparece con mucha frecuencia la posibilidad de que extraterrestres visiten la Tierra. Hace algunas semanas, esta posibilidad fue tendencia en las redes sociales y hubo muchos memes humorísticos al respecto. Como soy un columnista serio (imaginen aquí un emoji con una carita amarilla de gran sonrisa, la cabeza inclinada, haciendo una mueca desquiciada, con ojos desorbitados y una lengua afuera) intentaré especular y analizar los antecedentes, consideraciones y consecuencias de esta eventualidad.

Si somos rigurosos con la información que tenemos disponible, no hay ninguna evidencia que pruebe de manera concluyente la existencia de seres extraterrestres. Lo que abundan son informes de avistamientos de objetos voladores no identificados y otros fenómenos paranormales que algunos consideran como posibles evidencias de esta existencia.

A principios de los 60, el astrónomo estadounidense Frank Drake formuló la célebre “Ecuación de Drake” (no la citaré completa porque ocuparía la mitad de los caracteres que me permite mi editora) que intenta estimar el número de civilizaciones extraterrestres que podrían existir en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Drake -ese sí, un científico serio y circunspecto- fue uno de los fundadores del proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) y tuvo una larga, prestigiosa y galardonada carrera en la investigación astronómica. Aunque su equipo detectó misteriosas señales de radio procedentes del espacio, a la fecha, no se tienen explicaciones científicas concluyentes.

La búsqueda de vida extraterrestre sigue siendo una fuente de fascinación y especulación en la sociedad en general, e incluso, entre la propia comunidad científica.
Si existieran y nos contactaran, independientemente del motivo o intenciones de su visita y su nivel tecnológico, sería un evento de gran impacto en la historia de la humanidad y tendría imprevisibles consecuencias, en muchos aspectos de nuestra sociedad y forma de vida: impacto cultural, porque expandiría nuestra comprensión del universo; impactos sociales y políticos, que generarían nuevas alianzas, conflictos y cambios en las formas de nuestra organización; impacto económico, dependiendo de los recursos que busquen o posean; posibles riesgos, debido a las infecciones, contaminación biológica o de los propios objetivos y planes de una especie diferente a la nuestra, con una tecnología avanzada que podría ser utilizada de manera destructiva.

¿Quién los debería recibir o con quién ellos querrían hacer contacto? Si somos formales, esta es una tarea para una organización internacional que hable a nombre de todo el planeta: la Organización de las Naciones Unidas, o en principio, los líderes de los territorios visitados. Quienes manejen ese contacto deberían poseer habilidades de comunicación excepcionales y la capacidad de entender y transmitir conceptos complejos en diferentes idiomas y culturas. Esa gestión demandaría una gran responsabilidad por las consecuencias de un original e insólito encuentro. Ese grupo debería tener una alta credibilidad, transparencia y respeto para garantizar que sus decisiones beneficien a la humanidad en su conjunto.

Como estoy especulando, me imaginaré que el gran espejo de sal de Uyuni -se ve con claridad desde el espacio exterior- les llamó la atención y decidieron aterrizar al pie del salar. Antes que los pobladores de Colchani les exijan regalías para recibirlos o quemen sus naves, con una agilidad nunca vista, el presidente del Estado -junto a una gran comitiva-, se trasladaría al lugar del “encuentro cercano” y su vocero daría una “transparente y diáfana” conferencia de prensa de lo que ahí se dijo. Hay que recordar que un colega del anterior gabinete ministerial, que conoce muy de cerca al presidente, recientemente declaró: “Arce es un políglota que calla en 7 idiomas”.

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