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27 de agosto de 2023, 4:00 AM
27 de agosto de 2023, 4:00 AM

Bolivia asumió el 4 de agosto pasado la Presidencia Pro Tempore de la Comunidad Andina (CAN) para el período 2023-2024, en sesión especial llevada a cabo en la Secretaría General de dicho bloque de integración, en Lima, Perú, en cuyo marco fue anunciado el Plan de Trabajo de nuestro país, en seis ejes: Reingeniería de la CAN, convergencia con otros bloques, integración social y cultural, reactivación de temas ambientales, lucha anti-contrabando y, promoción turística y comercial. Importantes temas, sin duda, pero ¿cuán importante es la Comunidad Andina para Bolivia, luego de más de 50 años de integración con este bloque, en función de los resultados observados?

La firma del Acuerdo de Cartagena, un 26 de mayo de 1969, dio lugar al nacimiento del Pacto Subregional Andino, más conocido como Pacto Andino o Grupo Andino, denominación que cambió a Comunidad Andina en 1997 -repito, Comunidad Andina, a secas- no “Comunidad Andina de Naciones” como suele decirse erróneamente.

De todos los intentos integracionistas que participó nuestro país, desde la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960, hasta los acuerdos bilaterales y subregionales que ha firmado en el ámbito regional, sin duda, la integración andina es la que más réditos le ha dejado, hablando en términos comerciales, económicos y sociales.

El que nos haya ido tan bien en los aspectos mencionados ha tenido que ver, muchísimo, con el intercambio comercial realizado con los integrantes de la Comunidad Andina, pese a que a lo largo de su historia perdió a dos miembros: Chile en 1976, cuando este país optó por el bilateralismo y, Venezuela, que dejó la CAN en 2011, en su frustrado proceso de adhesión al Mercosur iniciado en 2006, sin concluir a la fecha. Pese a ello, el comercio con los miembros actuales -Colombia, Ecuador y Perú- deja al país enormes beneficios.

Es pertinente señalar que, pese a la tónica del regionalismo abierto que se empezó a dar en los años ´90, el bloque subregional andino continúa siendo el que mayores dividendos comerciales reporta a Bolivia, siendo pertinente realizar las siguientes preguntas:

¿Gracias a qué factores el bloque andino es favorable para el país? ¿Cuáles son los actores para ello? ¿Quiénes son los beneficiarios? ¿Cuál es el peso de la CAN, desde el punto de vista económico, para Bolivia?

En primer lugar, habrá que decir que todo proceso de integración comercial persigue la ampliación de mercados en base a la competencia, para lo cual los países participantes se otorgan ventajas arancelarias entre sí, para el caso, la Comunidad Andina es una zona de libre comercio perfecta entre quienes hacen parte de él, por tanto, el primer factor es el mercado y para nuestro país, un enorme mercado complementario a su oferta exportable, principalmente la no tradicional y dentro de ésta, las agroexportaciones como la soya y girasol (grano, torta, harina, aceites en bruto y refinado, lecitina), azúcar, alcohol, lácteos, maní, carne, frejol, maíz, chía, entre otros, casi todos generados en el Departamento de Santa Cruz, a partir de manos bolivianas.

En cuanto a los actores, es cierto que son los gobiernos quienes negocian por la vía diplomática la integración de los pueblos y, pensando en su país, abren mercados para que los verdaderos actores de la integración -los empresarios- inviertan, produzcan por encima de sus necesidades y exporten sus excedentes al mercado ampliado negociado.

Respecto a los beneficiarios del comercio de Bolivia con la CAN, son muchos: el país, en primer lugar, porque crece más y recibe divisas gracias a la exportación; asimismo, los trabajadores, que obtienen sus ingresos a partir de los empleos derivados de los procesos de inversión, producción y venta de los bienes que se exportan; y, las empresas bolivianas que, al internacionalizarse, amplían su giro comercial. Por tanto… ¡ganamos todos!

Muchos ponen en duda la eficacia de la integración con la Comunidad Andina, diciendo que “si no existiría la protección arancelaria” frente a terceros no nos iría tan bien, ignorando que la CAN, desde hace años, es prácticamente un bloque abierto al Mercosur, EEUU, Unión Europea y otros países, por los acuerdos de libre comercio concretados, lo que demuestra fehacientemente que el sector productivo boliviano, pese a todas las dificultades, es competitivo a la hora de conquistar mercados -no es fácil- pero lo hace.

Solo en lo que va del siglo, el superávit acumulado por Bolivia en su intercambio con la Comunidad Andina supera los 6.000 millones de dólares, gracias a exportaciones por cerca de 22.000 millones e importaciones de casi 16.000 millones. Para destacar, el hecho que en 2022, gracias a la venta de más de 300 productos, se logró un nuevo hito exportador a la CAN, por 2.264 millones de dólares. ¿Se imaginan cuántos cientos de miles de personas se beneficiaron por los empleos generados para hacer posible semejante suceso? Sin duda alguna, la Comunidad Andina es un gran mercado para Bolivia, que lo debemos cuidar.

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