Morales levantó polémica en sus visitas a Lima. Investigan si se utilizó recursos de Perú para pagar su estadía. Evo aseguró que él paga la comida en lujosos restaurantes, a pesar de que en Bolivia dice que está “fregado económicamente”

23 de agosto de 2021, 7:58 AM
23 de agosto de 2021, 7:58 AM

Evo Morales manejó una agenda intensa en sus dos últimas visitas a Lima. Se reunió con sindicatos, sectores sociales, políticos y autoridades. Algunos encuentros fueron públicos, pero otros no. El expresidente habló con autoridades peruanas de la posibilidad de exportar gas al sur del vecino país o de instalar líneas de teleférico en ciudades como Puno o Juliaca. También conversó sobre el tren bioceánico y la venta de urea. Eso lo hizo a nombre del Estado boliviano. Todavía quedan reuniones pendientes para sellar acuerdos.

Una persona se comunicó el mediodía del 12 de agosto con el dueño del restaurante Mi Barrunto, en Lima, para avisar que iba Evo Morales y que quería reservar el tercer piso del local. El expresidente llegó al negocio gastronómico junto a 11 personas, que en su mayoría eran funcionarios de la embajada boliviana en Lima. Él pagó toda la cuenta. Lo mismo hizo días antes en otro lujoso restaurante de la capital peruana, pero esa vez invitó la cena a políticos peruano de la línea del mandatario Pedro Castillo.

El expresidente boliviano ingresa a Perú por la ciudad binacional de Desaguadero y de ahí se va a Juliaca para arribar un avión que lo lleve a Lima. Lo hizo en dos ocasiones: la primera para la posesión de Pedro Castillo como presidente peruano, y la segunda donde recientemente participó de foros sindicales y reuniones privadas. 

Fue en esta última estadía que levantó críticas por tener resguardo policial y alojarse en el hotel más caro de la capital peruana. El exmandatario dijo que corre con sus gastos. Morales se reunió para impulsar acuerdos entre Estados y lleva a su personal para realizar los encuentros.

Su entorno cercano y de viajes está conformado por Fernando Huanacuni, quien es una especie de canciller. Ya fue ministro de Relaciones Exteriores de Morales y ahora se encarga de toda su agenda internacional. También está César Dockweiler, quien fue gerente de Mi Teleférico en La Paz y ahora ve temas de obras públicas. A la lista se suma Óscar Barriga, expresidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y que ahora es parte de la mesa de negociación de hidrocarburos. Dos mujeres más se suman al equipo de Evo: una es la coordinadora de prensa y otra se encarga del protocolo y logística.

Percepción en Lima

José Luis Gil es analista peruano en temas de seguridad. El experto ve la presencia de Morales como la “bisagra” entre ambos gobiernos: el de Pedro Castillo y el de Luis Arce. Gil consideró que el expresidente se atribuye funciones de una autoridad boliviana al negociar temas de hidrocarburos y de obras públicas.

“Venir a Lima y reunirse con el ministro de Energía y Minas (de Perú) es algo que llama la atención. Y todavía sabemos que Evo Morales llegó acá (Lima) junto a quienes fueron sus colaboradores en temas energéticos. ¿Qué pueden compartir Morales y el ministro (Iván) Merino? Bueno, acá no dicen nada”, afirmó Gil.

El pasado 13 de agosto Morales y su comitiva llegaban a un lujoso restaurante del distrito de Miraflores, uno de los más residenciales en Lima. A esa cita asistió Iván Merino, quien es ministro de Energía y Minas dezPerú. En la mesa también estaban Barriga, Huanacuni y Dockweiler y asesores de la autoridad peruana.

Merino no quiso hablar del encuentro al salir del restaurante y tampoco su equipo de prensa emitió información oficial de esa cita. Noche antes, Morales se había reunido con el presidente Pedro Castillo, pero no en Palacio de Gobierno ni otro espacio público. Lo hizo en un lugar privado donde no existen registros. Evo Morales dijo que esa reunión no duró más de diez de minutos.

Carlos Herrera Descalizi, exministro de Energía y Minas peruano, consideró que el exmandatario boliviano llegó a Lima para “negociar” contratos hidrocarburíferos y lanzó el dato de que se gestiona un ducto que llegue desde Bolivia al puerto de Ilo, en el sur del Perú.

“Evo Morales llegó (a Lima) con la historia de la nacionalización de recursos naturales que supuestamente fue un éxito en Bolivia. Sabemos que eso es mentira, solo fue una bonanza por los precios de las materias primas. Entonces, parece que el gobierno de Castillo se la creyó y lo peor es que esos negocios deben ser realizados por autoridades, no por políticos que ya no están en la función pública como es el caso del señor Evo Morales”, reclamó Herrera Descalizi.

Al sur de Perú se había anunciado la venta de gas natural licuado boliviano a un costo menor de lo que se vende en esa región. Los medios del vecino país desmintieron ese supuesto acuerdo. Sin embargo, en las gestiones de Evo Morales y Martín Vizcarra se había avanzado en esa posibilidad.

Tren bioceánico

Morales hizo mucha propaganda al tren bioceánico durante su administración. En paralelo a la demanda marítima quería concretar el proyecto junto a Perú y Brasil. La idea era unir los puertos de Ilo y Santos a través de Bolivia. 

Se avanzó poco, pero había mucho interés de capitales europeos para lograr el sueño. En Lima, el expresidente volvió a referirse al tema y habló como si todavía fuera parte del proyecto. Pero Castillo y Arce ya habían anunciado el relanzamiento de la gran vía férrea.

En las ciudades fronterizas, como Puno, Desaguadero o Juliaca, Morales ilusiona con la ejecución de redes de teleférico como las de La Paz. El exmandatario oferta el proyecto en estas localidades junto a Dockweiler, quien tiene experiencia en este tema.

“En Bolivia, yo al ser presidente del MAS-IPSP tengo la obligación de fortalecer, unir, ideologizar, pero el que conduce es Lucho Arce, presidente. Esa es nuestra experiencia; acá, repito nuevamente, no conozco la forma de administración, no estoy con ese tema, estoy más con los movimientos sociales”, dijo Morales en una conferencia en Lima.

La presencia de Evo en la capital peruana causó polémica. Un sector rechazó sus visitas, pero también había aquellos que apoyaron su llegada. Morales tuvo resguardo policial y utilizó bienes públicos de Perú para movilizarse. Estuvo hospedado en uno de los mejores hoteles de Lima. Ahora se investiga si el Estado peruano pagó su estadía.

El líder del MAS comió en los mejores restaurantes de la capital peruana y aseguró que él pagó la cuenta de sus invitados. “Por prensa conocí al hermano Vladimir Cerrón, a mi llegada cenamos juntos. Y al día siguiente me informo qué decían algunos de ustedes (los periodistas): ‘Expresidente se farreó con la plata de Perú’. Quiero que sepan: nosotros hemos invitado la cena, nosotros hemos pagado la cena”, dijo Evo.

En Bolivia, el febrero de este año, Morales decía que estaba en la pobreza. “Casi 14 años de presidente, tengo ahí mis ahorritos, estoy fregado económicamente y voy a trabajar, soy trabajador”, dijo Evo en esa oportunidad a la agencia de noticias EFE.