31 de julio de 2023, 4:00 AM
31 de julio de 2023, 4:00 AM


La clasificación de los países en categorías de desarrollo económico es una práctica necesaria utilizada por los organismos económicos y financieros internacionales, destinada a enfocar la cooperación y el financiamiento internacional con base a las necesidades y capacidad de producción e ingresos de las naciones. Esta categorización puede basarse en el Ingreso per cápita en función del Producto Interno Bruto y la Población, o en otros indicadores reconocidos como el Coeficiente de Gini, que mide otros parámetros como la distribución del ingreso y su desigualdad entre la población.

Según los datos oficiales del INE, hace 20 años, el 2002, en los albores del siglo XXI nuestro PIB a valores corrientes alcanzaba los 8.000 mil millones de dólares con un ingreso per cápita de poco más de 900 dólares anuales; al 2012 el PIB nacional alcanzaba los 27 mil millones de dólares y el PIB per cápita a 2.400 dólares por año, el pasado año 2022 nuestro PIB alcanzó los 43 mil millones de dólares y el PIB per cápita fue cercano a los 3.450 dólares anuales. Esto equivale a decir que en los últimos veinte años el tamaño de la economía se multiplicó por cinco y por ende el ingreso de forma similar, considerando además una inflación acumulada mínima en el mismo periodo.

Esto que pareciera ser un logro importante del desempeño económico del país, en realidad responde a la gran bonanza de los precios de petróleo y sus derivados, los minerales e inclusive los bienes agrícolas primarios, desde el año 2007 hasta el 2015. Según datos del Banco Mundial, el Ingreso per cápita a nivel global creció de 5.400 dólares anuales el 2002 a 12.800 dólares anuales el 2022, mientras que países vecinos como Perú aumentaron su PIB de 54.700 millones en 2002 a 242.000 millones de dólares el 2022, o Chile que pasó de 70.000 a 300.000 millones de dólares de PIB en el mismo periodo, o el emblemático caso de Paraguay que sin tener petróleo ni minerales su PIB pasó de 7.200 millones de dólares el 2002 a 42.000 millones de dólares el 2022.

Según los mismos datos del Banco Mundial, el Ingreso Per Cápita promedio en América Latina y el Caribe fue cercano a los 8.000 dólares el 2022, mientras que en Sudamérica el mayor ingreso por persona el 2022 lo tienen Uruguay y Chile con 18.000 y 15.300 dólares respectivamente, mientras que Ecuador y Paraguay tuvieron un ingreso per cápita el 2022 de 6.300 y 5.900 dólares respectivamente, siendo Bolivia el país de menor ingreso per cápita en Sudamérica con 3.450 dólares el año 2022.

Con base a estos datos proporcionados por los mismos países al Banco Mundial se han establecido las nuevas categorías económicas, según los “niveles de ingresos” para el año fiscal 2024, que a partir de julio de 2023 rigen conforme a lo siguiente: i) Países de Ingresos Bajos - con ingreso per cápita menor a $us 1.135; ii) Países de Ingreso Medio Bajo – con ingreso per cápita entre $us 1.136 y $us. 4.465; iii) Países de Ingreso Medio Alto – con ingreso per cápita entre $us. 4.466 y $us. 13.845; iv) Países de Ingresos Altos – con ingreso per cápita mayor a $us. 13.845.

Cabe notar que la evolución histórica de nuestra categoría de grado de desarrollo según el nivel de ingreso por habitante, ha permanecido invariable en los últimos 20 años, a pesar de nuestro crecimiento. En el año 2002 éramos un país de ingresos medios bajos junto con Brasil, Paraguay, Perú, Colombia y Ecuador, y después de 20 años ahora somos el único país de ingresos medios bajos en Sudamérica, lo que significa que no fue posible crecer lo que debimos crecer, contrario al resto de los países sudamericanos que en su totalidad hoy son países de ingresos medios altos. La pregunta entonces es, qué tan cualitativo y significativo para la población boliviana ha sido el crecimiento de la economía nacional en los últimos 20 años.

El Coeficiente de Gini que mide la desviación de la distribución de los ingresos entre individuos u hogares dentro de un país, es otro de los indicadores de desarrollo al medir la desigualdad existente en el bienestar económico en la población. El valor 0 del coeficiente representa la igualdad total, mientras que el valor 1 indica la desigualdad total. En tal sentido los países calificados más cerca de la unidad (1) denotan una desigualdad mayor en el percentil de los que mayores ingresos tienen, respecto al percentil de los que menores ingresos poseen.

Sudáfrica ocupaba la primera posición del ranking en 2021, con un índice superior a 0,60. En el caso de Bolivia la desigualdad se ha reducido de 0,56 el 2003 a 0,41 el 2021 según datos del Banco Mundial, lo cual es coincidente, en buena parte, con la reducción de la pobreza y el aumento real del salario en los últimos años.

En el contexto Sudamericano la desigualdad en los ingresos es mayor en países como Brasil con un coeficiente de 0,53 en 2021, seguido de Paraguay con 0,46, Chile 0,45, Argentina 0,44, Bolivia 0,43 y Perú que cierra como el país con menos desigualdad en los ingresos con un coeficiente de Gini de 0,41 en 2021.

Curiosamente la mayoría de los países que tienen mayor desigualdad en los ingresos son los de mayor ingreso per cápita, mayor desarrollo económico y menor índice de pobreza, por lo que la mejor distribución de los ingresos no garantiza prosperidad, sino mayor equidad social. En definitiva, no se trata que todos ganen lo mismo, sino que todos tengan las mismas oportunidades y menos carencias básicas.

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