Conozca la historias de familiares de pacientes con coronavirus que se ven obligados a dejar sus trabajos para buscar los medicamentos para sus pacientes en terapia. Recurren a préstamos para cubrir los gastos

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2 de junio de 2021, 7:12 AM
2 de junio de 2021, 7:12 AM

Hoy se cumplen exactamente 17 días desde que Celso Silva salió desde Roboré hacia la capital cruceña, en busca de atención médica para su esposa que estaba embarazada y con Covid-19. Por la gravedad del cuadro de su esposa que ha requerido asistencia en terapia intensiva, Silva debe conseguir hasta Bs 5.000 al día para cubrir los medicamentos.

Desde que llegó, vive momentos de angustia porque su esposa fue sometida a una cesárea y luego la intubaron, mientras su bebé prematura, fue ingresada a una incubadora.

Silva también había sido afectado por el virus, por lo que recién pudo conocer a su hija cinco días después de su nacimiento. Su esposa continúa intubada.

Por cuidar a su esposa e hija, este hombre tuvo que renunciar a su trabajo en Roboré y ahora debe peregrinar todos los días por medicamentos que son escasos.

Como él varios familiares de pacientes con coronavirus se ven obligados a dejar sus trabajos para dedicar tiempo en buscar los medicamentos para sus pacientes en terapia y recurren a préstamos para cubrir los gastos de medicamentos que son caros.

Según testimonios de los familiares hay días en que gastan hasta Bs 5.000 en remedios, pese a que estos están incluidos en el Sistema Único de Salud (SUS), por lo que deberían entregarse gratuitamente por el Estado.

Silva cuenta que ya se le agotaron todos sus ahorros y pide que el Estado cumpla con su función de dotar los remedios.

“Gracias a la generosidad de la gente de buen corazón mi esposa está viva. Yo soy de provincia y dejé mi trabajo y dos hijos allá para venir a cuidar a mi esposa y mi bebé y ya no tengo recursos”, cuenta a tiempo de señalar que en la ciudad duerme en casa de un familiar. “Un día solo en 10 Fentanil gasté Bs1.500, pero están pidiendo 30. ¡Imagínese!, necesito el triple de recursos para comprarlos”, expresaba ayer.

Él trabajaba de albañil y agricultor, pero desde que está en Santa Cruz no puede generar ingresos, por lo que pide ayuda a la población. Cualquier ayuda al celular 749-35184.

Por su hija y su nieta

La hija de Silvia Salvatierra se convirtió en madre el 27 de mayo, pero hasta ahora no tiene la dicha de conocer a su bebé. La mujer llegó en estado crítico al Japonés y ese día le practicaron una cesárea para luego intubarla.

Desde ese momento ya pasaron seis días, en los que la familia vive en angustia por su salud, la de la bebé y por conseguir medicamentos. “No sentimos la entrega de medicamentos a los hospitales que dijo el Gobierno. No nos alivian el gasto diario. El Estado debería cubrir todos estos remedios”, expresa.

Salvatierra es contadora, pero igualmente dejó su trabajo porque debe peregrinar por medicamentos para su hija. Hoy se cumplen seis días desde que su ser querido está en el domo del Japonés. “Hace dos días tuvo un paro respiratorio, la tuvieron que reanimar. Según el último informe ahora está estable, no ha presentado fiebre”, expresaba ayer.

Su madre en terapia

José Miguel Arce tiene internada hace 13 días a su madre, de 43 años, en el domo del mismo hospital público. Asegura que solo por los medicamentos y exámenes que requiere su madre, ya gastaron más de Bs 15.000.

“Todo este dinero es préstamo de familiares o de amigos. Esta semana me dijeron que mi mamá está presentando mejoría, pero ya no tenemos dinero para comprar medicamentos. Aquí solo algunos medicamentos cubren”, lamenta.

A él lo acompaña una de sus familiares y reclaman la entrega de más medicamentos. “Dicen que el Gobierno entregó medicamentos, pero aún falta, no llegó y seguimos gastando”, expresa.

Un familiar de José dice que una sola vez compró una ampolla de ese medicamento a precio justo, es decir, en Bs 46.

“Ahora no hay Fentanil y no sabemos hasta cuándo aguantará el atracurio que recién entregaron”, dice con angustia su familiar de otro paciente, quien también espera afuera del domo.