Fernanda Pavisic: “Los haters fueron crueles. Inventaron cosas que nunca pasaron, además metieron a mi familia”
Después de los duros momentos que le tocó vivir a Fernanda Pavisic se levantó como el ave Fénix, hoy brilla y está ganando cada una de sus batallas
Fernanda Pavisic, ex Miss Bolivia, ha atravesado una metamorfosis personal y profesional desde que se levantó como el ave Fénix después de una gran caída.
La hermosa cochabambina es sincera y emotiva, además comparte cómo enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida, marcado por críticas y desafíos.
A pesar de las adversidades, Fernanda encontró la fuerza para levantarse, impulsada por sus sueños, el apoyo incondicional de su familia, y una profunda fe en Dios.
Hoy, se abre camino en el mundo de la televisión y lucha por superar problemas alimenticios, demostrando que, con determinación y amor propio, es posible salir adelante.
- ¿Qué queda de la Fernanda que fue Miss Bolivia?
Creo que queda la mujer determinada, con muchos sueños e ilusiones, que no se rinde y que da todo de sí para conseguirlos.
Fernanda es estudiante de Psicología, tiene 25 años y hoy brilla en la pantalla chica /Foto: Raúl Ramírez
- ¿Costó superar ese mal momento?
Siendo sincera, fue uno de los momentos más difíciles que me tocó vivir, ya que nunca había tenido tal exposición, mucho menos había estado expuesta a la maldad de algunas personas, porque el mal momento comenzó desde el minuto uno de mi coronación.
Vengo de una familia que se encargó de llenarme de amor y de momentos muy bonitos, y cuando viví ese mal momento, no podía entender por qué estaba sucediendo algo así.
Soy una persona que muy pocas veces demuestra que está triste o se siente mal. Demostré fortaleza, pero en el fondo estaba muy triste. Entendí que es completamente válido sentirse así, pero que, si uno cae, es para aprender, crecer y tomar impulso, y continuar con todos los retos que la vida te trae. Y eso es exactamente lo que hice.
- ¿Cayó y se levantó, cuál fue su fortaleza?
Mi fortaleza fueron mis propios sueños. Siento que, a pesar de cómo me sentía en ese momento, tenía como motivación muchos sueños por cumplir y metas que alcanzar, y que debía salir adelante y no ser mi propia ancla. Además, mi familia y amigos cercanos fueron mi apoyo incondicional, y sin ellos no sé qué hubiera hecho, sobre todo mi hermana menor, que es mi mundo y que estuvo conmigo en todo momento.
- ¿Los haters fueron crueles?
Como la palabra lo dice, haters son personas llenas de odio, que obviamente lo único que tienen para dar es eso. Sí, fueron crueles. Inventaron cosas que nunca pasaron, metieron a mi familia y muchas otras cosas más. Pero, al final de cuentas, entendí que son personas a las que les falta amor, y que no debe importarme la opinión de gente que realmente no sabe quién soy, ni cómo soy.
- ¿Qué les dice a esas personas que la criticaron?
Que todo el mundo tiene la libertad de opinar, pero si su opinión está llena de odio, algo anda mal dentro de ellos. Así que les deseo que sanen y les mando mucho amor, que tal vez les hace falta.
- ¿Volvería a participar en algún concurso de belleza?
Por el momento, es algo que no está en mis planes, pero nunca digas nunca.
- ¿Pensó alguna vez que todas las puertas se le iban a cerrar?
La verdad es que sí, o al menos creí que iba a ser muy difícil, ya que vivimos en una sociedad que muchas veces es conveniente. Cuando estuve en un buen momento, todos querían ser amigos míos, todos querían trabajar conmigo, todos querían una foto conmigo, todos querían una mención en mis redes sociales. Pero, en un mal momento, esas mismas personas fueron las que me dieron la espalda. Sin embargo, entendí que, así como hay personas, empresas y trabajos que te dan la espalda, también hay muchos otros que te apoyan incondicionalmente, se dan la oportunidad de conocerte, ver lo que puedes hacer y valorarte, más aún cuando yo estaba y estoy dispuesta a demostrar quién realmente soy y de lo que soy capaz de hacer.
- ¿Hoy está disfrutando de una de sus pasiones, la televisión?
Exactamente. Siempre soñé con hacer televisión. Antes ya lo había hecho, pero nunca en el mundo del entretenimiento, y eso es algo que me encanta. Estoy aprendiendo mucho de todo este mundo, estoy conectando con un público al que siempre apunté, las familias, y sobre todo con los niños, que son las personitas con las que siempre quise relacionarme, y así mismo volví a conectarme con mi niña interior.
- ¿Hasta dónde le gustaría llegar en cuestión de televisión?
Creo que soñar no cuesta nada. Me veo teniendo mi propio programa en un futuro (espero que así sea).
A pesar de los duros golpes de la vida, Fernanda sigue de pie cumpliendo sus sueños /Foto: Raúl Ramírez
- Cambiando de tema, ¿cómo sale adelante de sus problemas alimenticios?
Esa es una pregunta fuerte, que tal vez hace un año no hubiera podido responder, pero en este momento me encuentro trabajando mucho en eso. El primer paso, y el más difícil, fue aceptar que existía un problema.
El segundo paso fue hacer terapia, que muchas veces es un tabú, es acudir al psicólogo, que es algo que debería normalizarse, porque la salud mental es igual de importante que la salud física. Hice dos años de terapia y tuve que dejarla por temas laborales, pero es algo que pienso retomar. Y el tercer paso, aunque suene feo, fue depurar a las personas tóxicas de mi vida y rodearme de aquellas que nutren mi vida en todo sentido y me hacen bien. Y, por último, pero no menos importante, fue mentalizarme de que este problema es algo que solo yo tengo el poder de destruir.
- ¿Fue difícil librar esa batalla?
Sí, fue y es difícil. Algunos días más que otros. Un problema alimenticio es una batalla de todos los días. Existen altos y bajos, batallas ganadas y perdidas. Lo importante es luchar, ser consciente de que nadie va a poder ganar esta batalla por ti. Está psicológicamente comprobado que este es uno de los problemas difíciles de superar, sin embargo, uno no debe rendirse.
- ¿Qué les dice a las jovencitas que están pasando por lo mismo?
Lo primero es que no sientan vergüenza. Es algo que viven muchas jóvenes hoy en día, y pocas se atreven a hablar de esto. Que busquen a profesionales que puedan ayudarlas, que se rodeen de gente que las quiera de forma genuina, y por, sobre todo, que no están solas. El abrazo desde mi corazón y les mando mucha fuerza y amor, porque sé que al final del túnel siempre hay una luz, y verán que llegará el día en que superen ese TCA.