Economistas observan que el alza coyuntural de los precios de las materias primas es insuficiente para aliviar la presión a la baja que ejercen sobre las reservas internacionales otras variables como el subsidio a los combustibles y la inversión pública

23 de octubre de 2022, 4:00 AM
23 de octubre de 2022, 4:00 AM


La principal apuesta del Gobierno para aumentar las reservas internacionales netas (RIN) y sostener el tipo de cambio es la contratación de deuda externa, una decisión que funcionará en el mediano y largo plazo, si es que no se afecta el mercado privado de divisas, según analistas.

Tras la “significativa” caída experimentada en 2020, las reservas internacionales “se estabilizaron” en 2021, reportó el Banco Central de Bolivia (BCB) en marzo pasado, cuando suscribió también con el Ministerio de Economía el Programa Fiscal-Financiero 2022, en el que una de las metas para la economía boliviana es que las RIN aumenten hasta fin de año en una cantidad de $us 450 millones.

Este objetivo aún no se concretó, ya que tras registrar $us 4.752 millones a fines de 2021, las reservas descendieron este año dos veces por debajo de los $us 4.000 millones. Al 6 de octubre, cerraron en $us 3.984 millones, tras haber descendido hasta $us 3.721 millones el 2 de septiembre pasado.

Estas cifras se observan pese al mayor ingreso de divisas al país en los últimos meses, producto del récord en el valor de las exportaciones, y por el aumento de las remesas familiares, dos de las principales variables que pueden subir el nivel de las RIN.
El 8 de octubre pasado, el ente emisor informó a este medio que esto se debe a que la reconstrucción de la economía demanda una mayor cantidad de divisas. 

“En lo que resta de 2022 se prevén importantes flujos de ingresos desde el exterior relacionados con el superávit comercial, que se estima alcance uno de los niveles más elevados en los últimos años; con los desembolsos de deuda externa; con influjos positivos de inversión extranjera y con las remesas familiares, entre otros”, indicó.

La importancia de que estos activos se encuentren en un buen nivel radica en que con ellos se pagan las importaciones y la deuda externa, y que sirven como respaldo al boliviano, lo que permite mantener el tipo de cambio. 

Este “es un problema para el tipo de cambio fijo. El Gobierno se ve obligado a defender la moneda nacional con las reservas, pero ese respaldo se va acortando poco a poco”, afirmó Enrique Araníbar.

Sin embargo, agregó el economista, “lo más probable es que la situación de las RIN se mantenga, no por el superávit comercial ni una mejora en la economía nacional, sino porque en los próximos meses habrá desembolsos de deuda externa”. “Puede que las reservas aumenten, pero eso será transitorio”, acotó.

Pero el que no hayan crecido con el mayor ingreso de dólares generado por las exportaciones y remesas se explica con otras variables que presionan a la baja el nivel de estos recursos.
“Las reservas son una clara muestra del estado de salud de la economía boliviana”, remarcó el analista financiero Jaime Dunn, quien con Araníbar y José Gabriel Espinoza, ex directivo del BCB, detallaron otros factores que merman estos activos.

Entre estos están: la inversión pública, que requiere de la importación de bienes de capital; y el déficit fiscal, que se cubre también con deuda interna que, a su vez, fomenta la inversión pública y la compra de maquinaria. 

También figuran la compra de mercadería en otros países con dólares de Bolivia para ingresarla por contrabando al país; la baja inflación, reprimida a costa de subsidios; y el consumo masivo, que promueve la mayor internación legal e ilegal de mercadería.
La creciente importación de combustibles, producto de la caída en la producción nacional de hidrocarburos, es igualmente fundamental y se ve agravada por la elevación internacional de precios y por el contrabando de gasolina y diésel subvencionados desde Bolivia a otros países.

Estos elementos negativos “ponen una gran presión hacia la baja sobre las RIN y por eso no suben, a pesar de que las exportaciones han aumentado. De continuar así, cualquier beneficio que se tenga por la balanza comercial inmediatamente se pierde por el déficit fiscal, el crédito interno o la inflación restringida”, dijo Dunn.

Y la balanza comercial formal, precisó, será positiva mientras dure el conflicto entre Ucrania y Rusia, y en tanto no se agrave la actual recesión mundial, que causará menos consumo de commodities y la caída de precios.

El estado de las RIN “tiene que ver, con el mal manejo de la política monetaria y, sobre todo, de la política fiscal”, subrayó Espinoza.

Pero en la actual situación de las reservas juega también un rol lo que la población cree que pasará con las variables de la economía. “Por ahora, las familias tienen unas expectativas calmadas sobre el tipo de cambio, pero en la medida que las reservas sigan cayendo, esas expectativas pueden cambiar muy rápidamente”, explicó Espinoza.

Para José Luis Evia, investigador de la Fundación Milenio, “un bajo nivel de las RIN puede generar mayores expectativas de devaluación, que si se generalizan pueden complicar la situación financiera del país, reduciendo la demanda de dinero local e incrementando la demanda de dólares”. 

“Si la demanda de dinero no crece o se reduce, la pérdida de reservas puede hacerse insostenible. Esto puede forzar al Gobierno a tener que escoger entre abandonar el tipo de cambio fijo o hacer un ajuste fiscal”, aseveró. 

Pero “cuando el ciudadano de a pie o el empresario crea que el tipo de cambio ya no funciona, cuando todos salgamos a buscar dólares, se puede dar una devaluación de facto:”, advirtió Dunn.

Otro factor a tomar en cuenta es la oferta privada de divisas, que evita una presión aún mayor sobre las RIN. Si el Gobierno no afecta a este mercado con mayores restricciones a la exportación o mecanismos de captura de divisas, si no rompe ese equilibrio que es bastante delicado, podría mantenerse el tipo de cambio por un tiempo relativamente largo”, sostuvo Espinoza.

El sector privado necesita divisas “para la importación de bienes y servicios; es por eso que deben ser suficientes para financiar por lo menos tres meses de compras externas”, afirmó Gustavo Jáuregüi, gerente general de la Cámara Nacional de Comercio.
Hasta agosto de este año, “los niveles de reservas están justos” para ese tiempo, consideró.

Evia precisó que la situación de las RIN es delicada “aumenta el riesgo país, aleja al país de los mercados internacionales de crédito, encarece el crédito al que se puede acceder, ahuyenta inversión extranjera, hace más difícil la gestión y el endeudamiento de las empresas privadas, y, en muchos casos, hace más difícil la concreción de acuerdos a largo plazo, los que tienden a dolarizarse”.

“No se ve que el Gobierno esté tratando de solucionar al problema. Da la impresión de que está tratando de sobrevivir al momento y esperando que de alguna forma tanto el contexto internacional, como el nacional mejore para pasar el vendaval”, dijo Araníbar.