Opinión

Hombres araña lobo

1 de julio de 2021, 5:00 AM
1 de julio de 2021, 5:00 AM

Burlarse de los norte potosinos por aquella versión de que algunos creen que la vacuna puede convertir a las personas en hombres lobo podría ser una crueldad y hasta incurrir en discriminación de no mediar el hecho de que revela algunas de las grandes debilidades de nuestra gente.

Lo primero que se debe aclarar es que la versión no pudo ser confirmada, así que, por lógica deducción, es una mentira.

Al parecer, la versión de los hombres lobo es el resultado de una cadena de falsificaciones y mentiras, como se ha hecho común en estos tiempos en los que las redes sociales son las principales transmisoras de desinformación.

Todo comenzó a principios de junio, cuando la fotografía de un hombre en estado dudoso -pues no se sabe si estaba borracho o en otra condición- fue alterada para que se parezca a algún tipo de bestia. Se agregó letras advirtiendo que el ser, encontrado en Chayanta, “no es una persona (sino que) es un lobo que come personas”. La fotografía fue subida a las redes junto al video de un hombre lobo jadeando sobre una especie de camilla, que debió ser tomado de alguna película.

La falsificación era evidente, pero los comunarios, que ya llevan tiempo usando celulares, creyeron la tramoya y compartieron las imágenes. Es probable que alguien más introdujera la variante de la vacuna y la mentira se hizo más grande.

Parece una anécdota graciosa, pero no lo es. Se trata de una muestra del tremendo daño que pueden causar las mentiras y la desinformación que ha crecido en proporciones geométricas durante la pandemia.

El principal objetivo es la vacuna contra la covid, así, en general. Cada vez son más los mentecatos que creen que la pandemia es parte de una conspiración y las vacunas son inoculaciones de otras enfermedades, o chips para el control mental.

Hay versiones menos disparatadas, pero más peligrosas. Existen iglesias que les están diciendo a sus fieles que solo Dios nos salvará de la enfermedad y vacunarse es pecado, ya que, al hacerlo, se está dudando de él, se está incurriendo en falta de fe. Debido a esta disparatada interpretación, centenares, si no miles, de personas se están resistiendo a vacunarse y, por lo tanto, se exponen ellos y a sus familias porque varios se han contagiado.

Es gente necia con una obcecación que no les permite ver más allá de sus creencias. No son hombres lobo, porque ese es un mito conocido como licantropía, pero son como las arañas lobo de las cavernas de Kaua’i, una especie de la familia lycosidae que se caracteriza por su falta de visión. Están ciegas pero, aun así, son capaces de causar daño con su veneno.


Juan José Toro | Surazo / Premio Nacional en Historia del Periodismo

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