La carrera del presente. La NASA premió a seis estudiantes de la Universidad Católica Boliviana, que, explorando las reglas de la mecatrónica, construyeron un vehículo para simular un recorrido por la luna

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27 de abril de 2021, 19:58 PM
27 de abril de 2021, 19:58 PM

Ni siquiera han terminado la carrera y ya son ganadores premiados por la NASA. Seis estudiantes de cuarto año de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Católica Boliviana (UCB) San Pablo de La Paz fueron premiados en el concurso mundial de desarrollo de vehículos lunares Exploration Rover Challenge, organizado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).

El equipo Vehículos Mecatrónicos VEMEC- UCB, integrado por Franco Torres, Alejandro Núñez, Fabricio Jallaza, Manuel Elías Soria, Mariana Molina y Sergio Fernández, construyó el róver Orión, que recibió el premio Videography Award, enfocado en reconocer al equipo que mejor plasmó las características, funcionalidades y desempeño del vehículo construido para la competencia. Este reconocimiento fue uno de los nueve premios otorgados por la comisión del NASA Human Exploration Rover Challenge.




Parte del proyecto. Manuel Elías Soria, uno de los seis estudiantes que fabricó el róver Orión

Experiencia

Así como Camila Velasco, la boliviana que inscribió su nombre en la mayor misión a Marte, estos seis talentos de la ingeniería quieren dejar huella en la historia de los avances de la ciencia.

“Nos encontramos sin palabras para expresar la felicidad que significa recibir una distinción de la NASA, este premio no solo se convierte en el primero para nuestra universidad, sino también en el primer reconocimiento para un equipo de Bolivia. Es una experiencia increíble”, afirma Franco Torres,

La competencia contó con la participación de 86 equipos de estudiantes de secundaria y universitarios de cuatro continentes y más de 70 universidades, que diseñaron, construyeron y probaron los róvers.

Para ser parte de esta competencia, debían postularse y demostrar que eran capaces de asumir el desafío y que contaban con las herramientas para lograrlo. Luego de la etapa de evaluación de la propuesta, por parte de la organización del certamen, en noviembre, el equipo ya estaba en condiciones de demostrar el avance y la calidad del trabajo, tanto en el diseño del prototipo como en la elaboración de la documentación requerida.

Así comenzó la fase de construcción y el testeo del róver. Esa etapa también incluyó la grabación y edición del video con el cual ganaron el concurso.

Excursión

Todo el video representa una misión espacial. Trata de imitar lo que se hizo en la misión Apolo XIV de la NASA. El prototipo tenía que ser capaz de atravesar los obstáculos que se presentan en la excursión, además debía cumplir con todas las misiones involucradas en la misma.

Una parte de la competencia se enfocó en la construcción de herramientas en 3D, tecnología esencial en tareas como la recolección de muestras. La misión incluía que el hombre vuelva a la luna en un vehículo sin motores.

“Todos los componentes del vehículo tienen que estar bien fundamentados para el objetivo de la misión. El prototipo tenía que sobrellevar ese tipo de terreno. En sí, lo que teníamos que hacer en el video con el que ganamos, era mostrar las capacidades, características y funcionamiento del róver con esos obstáculos. Es por eso que en el video se puede ver el obstáculo de las tablas, que simulan los cráteres, las piedras y la arena”, relata Mariana Molina.

Misión cumplida

“Lo más exigente fue agarrar el ritmo de la construcción del vehículo. Formar un grupo de amigos hizo más fácil la labor. Nos sentimos satisfechos por completar lo que nos habían pedido, comenta Fabricio Jallaza.

“Ha sido una grata experiencia, hemos aprendido un montón, pero también hemos tenido que trabajar muchísimo. El equipo está orgulloso de haber trabajado tanto y que todo eso se vea recompensado. Hay que saber reconocer las habilidades de cada uno y potenciarlas, la perseverancia ha sido clave en ese sentido, persistir y nunca rendirse”, añade Jallaza.

Molina agradece a la familia, a los amigos y a la gente de la universidad. Durante todos estos meses, en los que trabajaban hasta altas horas de la noche, recibieron el apoyo de sus padres. También formó parte del equipo Fabio Díaz Palacios, docente y mentor del proyecto.

Como parte de la sociedad científica de la universidad, los integrantes del equipo están involucrados en otros proyectos y participan activamente de hackatones y competencias internacionales similares.

Un aspecto importante fue que el equipo supo transmitir conocimiento a estudiantes de otros niveles. Es una regla de la NASA para este tipo de concursos. Mientras construían el vehículo, debían compartir sus conocimientos en tecnologías, ingeniería y matemáticas a estudiantes de entre 10 a 13 años. Para ello, organizaron talleres a colegios con el apoyo de la universidad.



Esfuerzo. Mariana Molina fue la única mujer del equipo, integrado por seis alumnos de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, de la UCB

La carrera

La historia de estos jóvenes es una muestra de que Ingeniería Mecatrónica no es la carrera del futuro sino del presente, así lo reafirman los avances en la enseñanza de estas tecnologías que promueve la Universidad Católica Boliviana (UCB)

“Mecatrónica es una carrera muy diversa, que te ofrece un montón de oportunidades a medida que avanzas, asimismo, te muestra las diferentes áreas en las que puedes especializarte”, comenta Molina.

Durante la pandemia, la carrera de la UCB se encargó de que los estudiantes mantuvieran la interacción con el avance de materias. Para ello dotó de kits de circuitos electrónicos a los alumnos para que pudieran utilizar el material del laboratorio de forma semipresencial y así extender la experiencia de la práctica del aula en las casas.

“Hay mucha teoría por detrás de lo que hacemos, pero la parte práctica es esencial y por eso es tan importante para la carrera, por ello el esfuerzo para que los estudiantes puedan relacionarse con lo que se hace. Nos da la oportunidad de poner a prueba todos nuestros conocimientos”, agrega Mariana.

Por su parte, Jallaza comenta: “La universidad promueve este tipo de investigaciones y de concursos que hacen creer a uno y a la comunidad. Se están dando grandes pasos en este campo con el fin de llegar a más personas y transmitir los conocimientos. Estamos interesados en proyectos internacionales en los que representemos nuevamente a Bolivia y podamos demostrar el talento que tenemos en el país”.




1. Satisfechos. El equipo VEMEC- UCB, reconoce la relevancia del premio obtenido y destaca la importancia de “investigar, motivarse a uno mismo, creer en uno mismo”.

2. Orión. El prototipo del róver tenía que demostrar ser capaz de sobrellevar la misión en un terreno lunar. Trata de imitar lo que se hizo en la misión Apolo XIV de la NASA.




Otra opción

La Escuela Militar de Ingeniería  (EMI) también ofrece la carrera de Ingeniería Mecatrónica desde hace cinco años y ya tiene tres promociones de alumnos formados con conocimiento de soluciones tecnológicas de automatización y robótica.

“Estamos en la era de la automatización, de la robótica y del desarrollo de todas estas nuevas tecnologías. Si bien somos un país tercermundista, estamos tratando de adecuarnos y entrar en el contexto global a través de una combinación sinérgica de diseño concurrente de mecánica de precisión, electrónica e informática; para analizar, optimizar, automatizar, comprender y resolver problemas en diferentes actividades del sector productivo”, señala el capitán Rodolfo Millán Salazar, jefe de la unidad de Ciencias Tecnológicas, a la que pertenece la carrera en la EMI de Santa Cruz.

Convencidos de que los profesionales deben integrarse en el campo laboral de manera óptima, los directivos han provisto de modernos laboratorios de mecánica y automatización.

También trabajan con hidráulica, neumática y están consolidando convenios con universidades del exterior para integrar la parte de la medicina con la parte mecánica, tomando en cuenta que existe un campo muy amplio en el uso de la robótica y la salud.

“Hemos visto que la pandemia también está obligando a desarrollar y acelerar los procesos y sistemas a partir del uso de herramientas tecnológicas vinculadas a la parte mecánica y electrónica, eso ha generado una alta demanda de estudiantes para la carrera, que integra la parte mecánica con la programación y los sistemas”, añade Millán.