Opinión
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Inteligencia artificial y educación sexual
Xiomara Zambrana
Cuántas veces hemos dicho o escuchado la frase: “Mi hijo(a) maneja mejor el celular que yo”. Sí, manejan mejor la tecnología que sus madres y padres, pero esta aparente habilidad tiene varias caras, más si se trata de contenidos que desinforman sobre sexualidad y sus derechos. Un tema tabú que se evita, pero del que es urgente hablar.
Más allá de los controles parentales que algunas plataformas y dispositivos ofrecen para bloquear contenidos no aptos para menores ¿qué tanto podemos protegerlos de otros contenidos donde se tergiversa la información y se reproducen estereotipos y conductas? ¿De qué manera la tecnología puede ser una aliada en la tarea de garantizar los derechos sexuales y reproductivos de una sociedad? ¿Cuál puede ser su rol en la educación sexual?
La Unesco describe los objetivos de la educación sexual como “enseñar y aprender sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad”. Su objetivo es dotar de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les empoderen para ser conscientes de su salud, su bienestar y su dignidad; desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas; cómo sus elecciones afectan a su propio bienestar y al de los demás; y comprender y garantizar la protección de sus derechos durante toda su vida”.
Si bien hay muchos mitos, las investigaciones demuestran los beneficios de una educación sexual integral: iniciación sexual tardía, reducción en la toma de riesgos, mayor uso de anticonceptivos y mejores actitudes relacionadas con la salud sexual y reproductiva.
La inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta valiosa para educar a niñas, niños y adolescentes sobre derechos sexuales y reproductivos.
Puede ayudar a crear programas educativos interactivos y personalizados que se adapten a las necesidades de cada estudiante. Por ejemplo, un programa de IA podría evaluar el nivel de comprensión de un estudiante sobre un tema específico y proporcionar información adicional o actividades de aprendizaje en consecuencia.
Los algoritmos de diagnóstico pueden ayudar a detectar y tratar enfermedades de transmisión sexual de manera rápida y precisa.
También, la tecnología puede ayudar a combatir la discriminación y la violencia basadas en género. Por ejemplo, las aplicaciones móviles y las redes sociales dan herramientas para denunciar la violencia sexual y recibir apoyo.
Otro uso que se le puede dar a la IA está vinculado a la detección y prevención de la violencia sexual y el acoso en las escuelas. Un sistema de IA podría analizar el lenguaje utilizado en las redes sociales de los estudiantes y detectar el lenguaje inapropiado o amenazante. Esto podría ayudar a prevenir incidentes de violencia sexual o acoso.
La IA tiene el potencial de mejorar la educación sobre derechos sexuales y reproductivos en la niñez y adolescencia. A través de programas educativos interactivos y personalizados, detección temprana de problemas de salud, prevención de violencia sexual y acoso, la IA puede ayudar a garantizar que los estudiantes reciban la información y el apoyo necesarios para tomar decisiones informadas y saludables en temas de salud sexual y reproductiva.
Bolivia ha avanzado en algunas políticas y programas que buscan garantizar los derechos sexuales y reproductivos, pero aún no se cuenta con una Ley Integral que garantice estos derechos, tema pendiente que es fundamental avanzar para garantizar la igualdad y la autonomía de las personas. Si existe desde ya un desconocimiento sobre cuáles son los derechos sexuales y derechos reproductivos, por qué no educar también desde el algoritmo y usar la tecnología a favor, eso sería realmente usar la inteligencia artificial a favor de la inteligencia colectiva.