Lideró el Reino Unido durante siete décadas, con un compromiso inquebrantable con los rituales de su función en medio de épicos cambios sociales y económicos y de escándalos familiares.

9 de septiembre de 2022, 13:41 PM
9 de septiembre de 2022, 13:41 PM

Fue la monarca con más años de servicio en el mundo. Su reinado sobrevivió los cambios profundos de los siglos XX y XXI. Superó los sucesivos desafíos planteados por las elecciones románticas, los errores y los embrollos de sus descendientes.

Elizabeth Alexandra Mary nació en Londres el 21 de abril de 1926.

Hija del duque y de la duquesa de York, quienes más tarde serían los reyes Jorge VI e Isabel. Fue bautizada bajo la religión anglicana en el Palacio de Buckingham, y cuando era niña la apodaban Lilibet.

Estudió Historia Constitucional y Derecho, pero también aprendió música y literatura. Practicó con destreza la natación y la equitación e hizo de los perros y caballos sus animales predilectos.

Cuando su abuelo murió en 1936, Eduardo VIII lo sucedió, pero al abdicar tras proponerle matrimonio a Wallis Simpson, el príncipe Alberto ocupó el trono y su hija quedó como sucesora legítima.

En Windsor ella y su hermana menor, Margarita, fueron enviadas para escapar de la amenaza de los bombardeos alemanes tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939. Desde allí hizo su primera emisión de radio como princesa en 1940, a los 14 años, ostensiblemente dirigida a los niños británicos que habían sido evacuados a Norteamérica, según su biógrafo, Ben Pimlott, pero también diseñada para influir en el pensamiento oficial de Washington. “Mi hermana Margarita Rosa y yo lo sentimos mucho por ustedes, ya que sabemos por experiencia lo que significa estar lejos de los que más queremos”, dijo Isabel entonces.



Isabel II mantuvo capacidad para hacer frente a varias crisis importantes en su reinado/Foto: AFP



Su matrimonio

Isabel II y el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca se conocieron cuando eran niños. Dicen que se enamoró de él a la edad de 13 años y desde entonces ambos mantuvieron una comunicación epistolar.

Al cumplir 21 años, la princesa contrajo matrimonio y su unión con Felipe tuvo lugar en la Abadía de Westminster. Aunque ella y él son sobrina y tío en tercer grado por parte del rey Christian IX de Dinamarca, y primos terceros por parte de la reina Victoria, Felipe renunció a sus títulos griegos y daneses al unirse a Elizabeth. Antes de la boda, él fue designado duque de Edimburgo.

En su boda con el príncipe Felipe, Gandhi le envió un taparrabos hecho con una tela que él mismo había tejido. La pareja se casó en 1947 y tuvo cuatro hijos: Charles (1948), Anne (1950), Andrew (1960) y Edward (1964).

Reina a los 26 años

Aunque estaba preparada sicológicamente para sus deberes reales, Isabel no esperaba que su padre falleciera tan pronto, a la edad de 56 años. Famoso por la película basada en su vida, El discurso del Rey, el monarca, incapaz de hablar en público, había conseguido, con el apoyo de su familia, superar su discapacidad y asumir su papel de primera figura del Imperio Británico. En 1952, Jorge VI murió repentinamente mientras dormía a causa de un cáncer de pulmón.

La princesa heredera estaba de viaje en Kenia con su marido Felipe cuando se enteró de la muerte de su padre. Solo tenía 26 años. Fue llevada a casa y entronizada al día siguiente de su muerte. Su coronación tuvo lugar 16 meses después en la Abadía de Westminster, en una brillante ceremonia transmitida en directo por radio y televisión.

La joven reina pronto se dio cuenta de que tenía muy poco poder. Era sobre todo un símbolo de la continuidad del Estado. Pero se tomaba en serio sus audiencias privadas semanales con el primer ministro. Cuando Isabel II llegó al trono en 1952, el primer ministro al que se enfrentaba cada martes por la mañana no era otro que Winston Churchill. Este arquitecto de la victoria británica contra la Alemania nazi fue su mentor.

 Nadie podía decir si la reina era de izquierdas o de derechas. Nunca concedió entrevistas a los periodistas. Lo único que se sabe es que era una trabajadora incansable, que estudiaba a fondo los periódicos y los despachos del número 10 de Downing Street (la residencia del primer ministro) todas las mañanas. 

En sus memorias, Margaret Thatcher, que se reunió con la reina todas las semanas durante diez años, le rindió homenaje, llamando la atención sobre la diligencia con la que la reina leía cada mañana importantes telegramas y despachos diplomáticos. “La Reina es, sin duda, la mujer con más experiencia y conocimientos del mundo”, escribió la Dama de Hierro.

Isabel se mantuvo decididamente comprometida con el distanciamiento, la formalidad y la pompa característicos con los que la monarquía ha tratado de preservar durante mucho tiempo la mística que sustentaba su existencia y supervivencia. Sus modales cortesanos y reservados cambiaron poco.

El 9 de septiembre de 2015 batió el récord de longevidad en el poder que ostentaba su tatarabuela, la reina Victoria, que había reinado durante 63 años, siete meses y dos días. Isabel II estaba en la cima de su popularidad, como demuestran los homenajes que se le rindieron en todo el reino y en toda la Commonwealth durante las celebraciones del septuagésimo aniversario de su reinado el pasado mes de junio.

Isabel II era una pieza viva de la historia. ¿No fue acaso la interlocutora de 15 primeros ministros británicos y 13 presidentes estadounidenses? La reina ha recibido en el Palacio de Buckingham a los líderes más prestigiosos del mundo, desde De Gaulle a Nelson Mandela, Walesa, Nehru, Tito, el emperador Akihito y el matrimonio Biden, por citar solo algunos. La primera página de esta larga historia se cerró el 9 de abril de 2021, con la muerte de su marido, el príncipe Felipe, a la edad de 99 años y tras más de setenta años de matrimonio. Gracias a su longevidad, la pareja se había convertido en un símbolo de la permanencia de la monarquía británica.



Tuvo una deferencia especial con Nelson Mandela por ser el artífice de la democracia en Sudáfrica



EMPATÍA Y RESPETO CON EL PUEBLO BRITÁNICO

Su cercanía casi instintiva al pueblo británico explica probablemente por qué la corriente republicana que pedía la abolición de la monarquía nunca llegó a cuajar en el país durante el reinado de Isabel II. Según una reciente encuesta de YouGov, el 80% de los británicos tiene una opinión positiva de Isabel II y el 70% está a favor de la monarquía.

Dado que Carlos, el sucesor de la difunta reina, tiene una personalidad más divisiva, existe un riesgo real de que aumente el republicanismo. A menos que el futuro rey, inspirado en el saber hacer de su madre, adopte la “distinguida y soberana discreción” que fue la principal marca del largo reinado de la difunta reina. Y probablemente también el secreto de su popularidad.


En 2019 Donald Trump visitó a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham