Claudia López enseña jiu jitsu a mujeres de todas las edades para que aprendan a defenderse de feminicidas. Forma parte de un proyecto integral , Femme Sinistre. Mujeres Creando también proporciona talleres de Autodefensa Feminista

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8 de mayo de 2022, 4:30 AM
8 de mayo de 2022, 4:30 AM


Son las ocho de la mañana en el club de boxeo Verástegui. En el tatami (piso), Claudia López observa atentamente y a cada instante da indicaciones a sus alumnas de jiu jitsu brasileño, que entrenan en parejas. Claudia es la primera mujer de Bolivia que obtuvo el cinturón negro en lo que también llaman el arte suave y es la fundadora de un movimiento dentro del jiu jitsu que ha bautizado como Femme Sinistre.

Femme Sinistre surge cuando Claudia deja otro grupo en el que practicaba. “Es un movimiento un poco más social, orientado políticamente y con un compromiso hacia las mujeres”, explica Claudia, que recuerda sus inicios en las artes marciales, cuando en el gimnasio generalmente lo que ella veía era una mujer en medio de diez varones. “Son 25 años que estoy practicando artes marciales, pero en jiu jitsu llevo siete años y medio”, menciona.

“Hace un par de años me separé del equipo con el que entrenaba jiu jitsu, rompimos relaciones con mi anterior maestro justamente por un tema de machismo, acoso y este tipo de cosas. Estaba totalmente molesta. Conmigo se fueron muchas personas, entre ellas casi todas las mujeres, que querían seguir entrenando y yo tomé responsabilidad de ellas. Nosotras hablamos de muchos temas, no solamente del jiu jitsu como arte marcial, sino de filosofía, política, porque Femme Sinistre es un movimiento que ayuda a otras mujeres a salir de ciertas situaciones. Es una forma de enfrentar nuestra realidad como mujeres de manera distinta”, señala Claudia.

Saber defenderse
En Femme Sinistre también se hace hincapié en que la mujer sepa y pueda defenderse ante situaciones de violencia. Uno de los preceptos en los entrenamientos es darle herramientas para enfrentar un ataque sexual en distintas situaciones.

 “Hay mujeres que vienen porque ya ha ocurrido alguna cosa así en su vida, por eso les cuesta el contacto físico. Es un trabajo psicológico también, paulatino; entonces, no empiezas por la parte física, sino por su mente”, explica Claudia, que además tiene formación en Psicología.

 “Cuando una chica con buena preparación física viene tengo que saber por qué lo hace, qué la trae acá, de ahí parte todo. Puede ser que venga a aprender a prepararse físicamente, pero también en el camino va a aprender otras cosas. Si viene solo a saber defenderse tengo que tratarla de otra manera”, agrega la entrenadora. 

“La defensa personal que yo enseño está basada en el jiu jitsu, pero tiene también golpes (se le llama arte suave al jiu jitsu en parte porque no utiliza golpes) y otros movimientos que son considerados ilegales en la parte deportiva. Por eso en mis charlas yo les digo a mis alumnas que en una situación de violencia tienen que quitarse el chip de arte marcial y ponerse el chip de defensa personal. Porque en la defensa personal no se retrocede. En jiu jitsu tienes la opción de que si tu rival te palmea a vos ya se rindió. En defensa personal es lo opuesto: vas primero a hacer el mayor daño, tienes que neutralizar al agresor, porque si le das otra oportunidad a él quizás tú no tengas otra”, puntualiza López. 

“También soy muy clara con ellas cuando les digo que no por tomar un curso sabrán defenderse. Es un proceso de formación constante, incluso les comento de Rachael Ostovich, campeona de UFC, que también sufrió violencia doméstica”.

Claudia ha dado varios talleres de defensa personal que tienen un día de duración, algo que sabe que no es suficiente para preparar a una mujer. En ese tiempo trata de decirles, primero, que no está mal sentir miedo, sentir inseguridad, pero que es importante que no bajen la cabeza.

 “Muestro técnicas de jiu jitsu. Para el jiu jitsu no necesitas tener dos metros y una gran masa muscular, porque los apalancamientos no necesitan una gran fuerza, y no necesitas tener 20 años, porque hay mujeres que tienen 30 y 40, que pueden tener mucha destreza. Hay que saber brindar los recursos acordes al cuerpo de la mujer, a las posibilidades, para que ella pueda defenderse en caso de que lo necesitara. El jiu jitsu es óptimo para cualquier persona”, dice Claudia.

Femme Sinistre tiene una base feminista, comenta Claudia, en el sentido de que ella quiere que las mujeres sean más poderosas consigo mismas. Es un trabajo por y para las mujeres.

“Yo antes entraba a un gimnasio y si había otra chica rápidamente decían que teníamos que pelear entre nosotras. Yo quiero que una chica venga y se sienta tranquila, no se la va a criticar, no se la va a forzar a hacer nada que no quiera. Este es un espacio seguro y cómodo para lo que ella vaya a desarrollar y para encontrar su fuerza. Sin tener que responder a una estructura machista de pelea, de competir, de convertirse en la mujer alfa. Había mucho antes de eso en las artes marciales, una entraba y tenía que defender su espacio contra otra mujer, porque a eso nos llevan”.

Experiencias del jiu jitsu
Josy Paes es una de las entrenadoras de Femme Sinistre. Empezó en el jiu jitsu junto con Claudia y entrena a niños. “Entré al jiu jitsu cuando estaba casada y sentí la necesidad de aprender defensa personal. Mi exmarido era un poco agresivo y siempre me amenazaba que me iba a pegar, que me iba a romper. Infelizmente, yo viví esa realidad; entonces, busqué algo en caso yo necesitara defenderme, para mi infelicidad en esa época sí tuve que hacerlo, pero ya entrenaba hacía algún tiempo. Gracias a Dios pude escapar de él, y no pasó a mayores”, cuenta Josy. 

En el grupo es bonito ver la evolución de cada una, porque cuando llegan acá lo hacen por un motivo: o llega por dolor o llega por el amor al arte del jiu jitsu. Lamentablemente, casi siempre es por dolor, porque sufrió una violencia o porque teme sufrirla, y despacito va aprendiendo que ellas pueden defenderse”, menciona Josy.

Naty Eguivar está desde hace un año entrenando. Antes había hecho otros deportes, como atletismo. “La verdad que siempre he evitado ese tipo de deportes de contacto, pero el jiu jitsu, y en realidad este equipo, me ha dado la posibilidad de ver un poco más allá del hecho físico. Me ha dado la posibilidad de deconstruir algunas cosas mías como persona y volverlas a construir de una manera equitativa para mí y también para los que me rodean”, expone Naty y agrega: “Si tú vences en el tatami, tienes más posibilidades de vencer en la vida también”.

Isabella Moreno tiene 13 años y está en Femme Sinistre desde el año pasado. Su padre estuvo buscando una disciplina deportiva que le permitiera aprender defensa personal y ahora Isabella es campeona nacional infanto-juvenil en jiu jitsu brasileño. “Yo había hecho otros deportes, pero ninguno de contacto. La idea era que venga a una clase y vaya aprendiendo de a lapsos y continuar con otras artes marciales, pero al final me terminé quedando aquí”, indica Isabella.

 
Sandy Soliz también es campeona en su categoría. Inició sus entrenamientos el año pasado. “Anteriormente no hacía ningún deporte de contacto. Ni siquiera sabía que existía el jiu jitsu, mucho menos de qué se trataba. Una vez que empecé a entrenar con más fuerza y me empecé a embalar me empezó a gustar y no lo solté”, comenta Sandy, quien ingresó a Femme Sinistre después de asistir a una clase de defensa personal. “Con el jiu jitsu cada día es un reto, cada día hay algo más que superar. A veces son las lesiones, a veces no te sale nada, el jiu jitsu es superar todo eso. Eso es lo motivante, que aquí uno encuentra una familia”, reflexiona Sandy.

Autodefensa feminista
El colectivo feminista Mujeres Creando desde hace algunos años viene realizando unos talleres que han denominado de Autodefensa Feminista. Desde la gestión 2019 los hacen de manera más organizada y estructurada. Cada año realizan alrededor de 40 talleres para niñas, adolescentes y adultas; para escuelas, centros, organizaciones sociales o para grupos en universidades o colegios nocturnos.

 También de manera individual a mujeres no organizadas. “Vamos donde nos convocan a colegios, barrios, etc., en nuestra casa tenemos instalaciones adecuadas, los talleres se desarrollan en la ciudad de La Paz, El Alto y los ocho departamentos de Bolivia”, señala María del Carmen Gardeazabal Medina, integrante de Mujeres Creando y profesora de autodefensa feminista.

La base de estos talleres es saber de dónde viene la violencia, quien la ejerce. Se las concientiza de que ellas no son las culpables. “Solamente desde el feminismo es donde se reconoce a la mujer como sujeto, que tiene voz, que decide”, indica María del Carmen. “La clave es ser dueña de tu cuerpo en todo momento y tener herramientas para detectar las amenazas antes de que llegue la violencia, y si ya ha llegado saber salir de ella y salvar la vida”.


Los talleres tienen una formación integral: una parte teórica para romper con los roles que son impuestos a las mujeres, como si fueran una pastilla concentrada de feminismo. La otra parte es de técnicas de defensa, como usar el cuerpo, acciones ingeniosas para salvar sus vidas. 

María del Carmen explica que las mujeres tienen que entender que con actos de ingenio y rapidez pueden salvar sus vidas. A diferencia de Femme Sinistre, en Mujeres Creando el foco está puesto más en la defensa. “Estos talleres no son para enfrentar la violencia con violencia, no se trata de responder con golpes. Son técnicas que te llevarán segundos para salvar tu vida”, señala.

“Hablamos y pensamos sobre nosotras y nos damos herramientas para ser libres, para no tener miedo o dependencia de nadie y para no estar bajo el pie de ninguna persona, sino detectar la violencia y buscar relaciones horizontales y no relaciones tóxicas”, agrega María del Carmen. 

“Hablamos de las relaciones en las redes, y de nuestras condiciones que necesitamos establecer con nuestras parejas y amigos, y hablamos de cómo diagnosticar una situación de riesgo y cómo reaccionar. Hablamos de las redes sociales y del control de nuestras parejas sobre nuestras vidas”, menciona y añade que “el machismo de los hombres es su debilidad, no su fortaleza”. 

Los talleres de autodefensa de Mujeres Creando se dividen en tres grupos: de 7 a 12 años, de 13 a 18 años y de 19 a 99 años, cada uno de ellos dura ocho horas, aunque también hacen más horas por grupos personalizados. 

María del Carmen concluye que para iniciar la autodefensa las mujeres deben saber que es importante “recuperar nuestra voz, tomar conciencia de que nuestro cuerpo es una herramienta de defensa, definir el peligro que nos encontramos para saber qué técnicas usar. Tomar los espacios, porque mientras más mujeres existan en los espacios públicos, esos espacios serán más seguros”.
Para más información de los talleres de Mujeres Creando, contactarse al WhatSapp 68079617.