Cerca de una veintena de mujeres recibieron pelucas en medio del agasajo por el Día de la Madre. Ellas cuentan que esto les levanta la autoestima en medio de los tratamientos que le hacen perder el cabello

24 de mayo de 2023, 4:00 AM
24 de mayo de 2023, 4:00 AM


“Es una ayuda muy grande para las mujeres con cáncer que sufrimos la caída de pelo porque las pelucas nos ayudan a levantar nuestra autoestima. Las quimioterapias no solo acaban con nuestros cabellos, sino con parte de lo que nos identifica como mujeres”, dice Roxana Delma Villarroel, una de las beneficiadas con la entrega de pelucas en el Oncológico, en ocasión del Día de la Madre.

Cerca de una veintena de mujeres, que no se rinden ante la adversidad, vivieron ayer una jornada distinta. Entre bailes y risas olvidaron por un momento sus dolores y preocupaciones, y recibieron el regalo más esperado: contar con una peluca que las haga ver ‘normal’. 

Roxana lleva más de dos años entre radioterapias y quimioterapias contra el cáncer de cuello uterino, enfermedad que en su momento la llevó a estar dos días en estado de coma. Sin embargo, contra todo pronóstico salió de ese cuadro crítico y ahora no pierde la esperanza de vencer este mal. “He hecho 20 sesiones de radioterapia y llevo cinco quimioterapias. La lucha es dura, pero de la mano de Dios todo es posible”, dice quien tuvo mudarse de su natal Tarija para seguir su tratamiento contra el cáncer en Santa Cruz. 

Marina Barriga Pérez, de 53 años, lucha contra el cáncer de ovario desde hace ocho meses. “Estoy con quimioterapia, radioterapia y braquiterapia”, dice Marina, al indicar que entre las situaciones más duras que ha tenido que enfrentar todo este tiempo está la pérdida de cabello, que trató de disimular usando pañoletas.

Me siento feliz porque echaba de menos mi pelo. Me sentía mal porque la gente lo ve a uno como un bicho raro, sin saber lo que uno tiene”, señala luego de recibir su peluca y lucirla, al estilo de modelo de pasarela, frente a las otras mujeres que estaban en el acto.

Mariana Leydy Gil Román (24) enfrenta una dura batalla contra el cáncer de mama. Tiene tres hijos (8, 5 y 4 años), por los que cada día lucha para seguir viviendo. Su esposo trabaja en la zafra de caña para costear los gastos que tienen en la familia. 

Hace dos años le detectaron el cáncer, cuando les salió unas bolas en el pecho que luego se reventaron y tuvo que iniciar quimioterapias. “Cuando me enteré que tenía cáncer me asusté mucho, pero hay que seguir luchando por los hijos. En ese momento pensé en ellos y lo hago todo el tiempo para seguir adelante”, comentó.

Le tuvieron que quitar la mama izquierda, pero ahora le salió un tumor en la garganta y ha tenido que iniciar quimioterapias, lo que le tumbó el cabello. Ayer ella también tuvo la grata sorpresa de recibir como regalo una peluca que le robó una sonrisa, porque dijo que es una forma de sentirse bien y mostrarse fuerte antes sus hijos.

Esta campaña es impulsada desde hace ocho años por Geovana Flores Arteaga (34) y su madre Yanette Arteaga, más conocida como Negrita, propietarias de Negrita’s Atelier. 

Haber pasado por un tratamiento con radioterapias y pastillas de quimioterapia oral para tratar un tumor que resultó ser benigno llevaron a Geovana a experimentar la angustia de un paciente con cáncer y lo que representa la caída del cabello para una mujer. 

Con su mamá hicieron la promesa de que si ella se recuperaba iban a donar pelucas para las pacientes con cáncer. “Pasé una etapa muy complicada, no es lo mismo ver desde afuera que vivirlo y saber lo que la persona (con cáncer) siente. El cabello pareciera algo superficial, pero es algo importante. Sí nos influye porque tiene ver con la imagen”, dice.

Confeccionan pelucas de cabello natural. Tejen a mano cabello por cabello hasta armar la peluca. Para una necesitan pelo de hasta cuatro personas, que son donados por mujeres que apoyan a la campaña.

Historias de lucha
Hay otras mamás que enfrentan al cáncer con todas sus fuerzas, aunque ella no sean las pacientes, porque quieren ver sanos a sus hijos. “Estoy muerta en vida”, dice Yoselín Valda (30) que tiene tres hijos de 12, 8 y 4 años. A la última le detectaron leucemia cuando tenía solo un año, por lo que, en vez de estar divirtiéndose en los parques, la mayor parte de su corta vida la ha pasado en el hospital. 

“Cuando le detectaron leucemia se me cayó el mundo, pero vamos avanzando. Ella ya estaba fuera de tratamiento, pero tuvo recaída, entonces estamos comenzando de cero. Nadie me reemplaza, porque soy mamá soltera, mi madre falleció y no tengo padre, por eso llevo un solo apellido. Tengo algunos familiares que me ayudan con lo que pueden y ese poquito que me dan tengo que hacerlo grande para que alcance”, comenta.

Señala que busca ayuda de un lado y otro. “Ahorita tengo que buscar hasta mañana (hasta hoy) para costear una quimioterapia que no la cubre el hospital”, indica.

Mientras ella permanece en el centro hospitalario, su hermana de 17 años cuida de sus otros hijos.