3 de febrero de 2023, 4:00 AM
3 de febrero de 2023, 4:00 AM


La reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebró el regreso de Brasil a la organización. También estuvo marcada por el protagonismo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien aspira a hacer valer el liderazgo regional que le corresponde a Brasil, a causa de su tamaño relativo.

La Celac fue fundada en Caracas en diciembre del año 2011 como un foro político regional, cuando el ambiente político latinoamericano era propicio para crear entidades y proyectos de distinta naturaleza con el adjetivo Sur, sin la participación de Estados Unidos y Canadá. A diferencia de la OEA, entidad que el presidente Biden describió como el principal foro multilateral del hemisferio, la Celac no incluye una cláusula democrática, ni se ocupa del tema de los derechos humanos. Conserva, por lo tanto, un sesgo bolivariano vinculado a su origen que condujo al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, a manifestarles a sus colegas que no le gustaba que la Celac se convirtiera en un club de amigos ideológicos.

Sabemos que la afirmación del presidente Lacalle fue como un balde de agua fría, pero a los mandatarios poco o nada les interesa si es que alguien los critica desde adentro, es más, los amigos de Maduro y de Ortega se regocijan al brindar con sus copas de plata las declaraciones antiimperialistas que les agrada pronunciar.

Bolivia, obviamente es un hincha a muerte de este “club de póker” en el Cono Sur y en particular en Argentina, se le asigna especial importancia a la Celac, habida cuenta de la intensidad de las relaciones económicas con Brasil. Para Alberto Fernández, cuyo Gobierno enfrenta un año electoral en condiciones económicas deplorables, la Celac representó un alivio a su deteriorado prestigio internacional. Lula y Fernández reanudaron la cordialidad bilateral que se había debilitado bajo la Presidencia de Jair Bolsonaro. Lula ofreció financiar un gasoducto en Argentina. Los dos presidentes hablaron de conformar una moneda común.

Un perspicaz analista argentino evalúa de la siguiente manera la política latinoamericana del presidente Lula: “Hay dos Lulas. Uno es el que está dentro de Brasil. Pragmático y realista… El otro Lula es el que se muestra fuera de Brasil, capaz de abrazar a los peores dictadores de la región. ¿Cuál es el verdadero Lula?”. Hay algo de auténtico en los dos. El que gobierna Brasil fronteras adentro es el político que sabe que debe construir riqueza en su país para no fracasar….El que se muestra en el exterior es el presidente brasileño que quiere para su país un liderazgo de América Latina; el que solo admite como interlocutor válido a Estados Unidos…; el que trata de apartar a México de la región, (qué fue si no eso su idea de Unasur que por definición excluía al país azteca?) y el que aspira a hacer de Brasil un protagonista central de la política mundial. Esos grandes objetivos deben empezar forzosamente por abroquelar a las naciones latinoamericanas alrededor de Brasil. Esa fue su estrategia durante los primeros dos mandatos.

Las perspectivas que la OEA decline posiciones es muy remota, por lo que a futuro veremos mucho show de los “amigotes” de la Celac violando los derechos democráticos de sus ciudadanos y de sus instituciones. Lula va a tener que posicionarse, la historia lo demandará.

Tags