.

El Deber logo
22 de octubre de 2024, 3:00 AM
22 de octubre de 2024, 3:00 AM

Jorge Artieda Flores

Bolivia está en un momento decisivo. Mientras los efectos del cambio climático se sienten cada vez con más fuerza, desde la sequía extrema hasta la deforestación sin control, las empresas bolivianas se enfrentan a una disyuntiva inevitable: apostar por la sostenibilidad o quedar atrapadas en un modelo obsoleto. La sostenibilidad ya no es solo una opción, sino una necesidad económica para mantenerse competitivas en el mundo moderno. En este sentido, Fundares, el brazo verde de Cainco, que acaba de celebrar 15 años de vida, ha sido pionera en guiar a las empresas del país hacia un futuro más responsable y resiliente.

Quince años pueden parecer pocos, pero para una organización que ha trabajado incansablemente por la sostenibilidad en un país donde esta idea apenas comenzaba a echar raíces, es un logro trascendental. Fundares no solo ha liderado el camino, ha sido el motor que ha permitido que cientos de empresas transformen su manera de operar. A través de su trabajo, ha puesto en marcha iniciativas que no solo protegen el medio ambiente, sino que también generan valor económico y social para las empresas que las adoptan.

Uno de los logros más importantes de la fundación ha sido impulsar la economía circular, un concepto que ha transformado la manera en que las empresas manejan sus recursos. La idea es simple: reducir, reutilizar y reciclar para minimizar el impacto ambiental. ¿El resultado? Menos residuos, menores costos y más eficiencia. Algunas industrias en Bolivia, como la manufactura y la agroindustria, han comenzado a ver los beneficios directos de este enfoque, utilizando subproductos para generar energía o incorporando materiales reciclados en sus procesos.

Otro frente en el que Fundares ha tenido un impacto significativo es en la promoción de la descarbonización. A través del programa Ecosector, la fundación motiva a las empresas a medir y compensar su huella de carbono empresarial, proporcionando herramientas para evaluar su impacto ambiental de manera precisa y, lo más importante, ofreciendo soluciones concretas para mitigar este impacto. Gracias a estas iniciativas, las empresas no solo identifican sus principales fuentes de emisiones, sino que también se comprometen a reducirlas de manera activa. Hasta la fecha, este esfuerzo ha logrado la recuperación de más de 1.000 toneladas de residuos valorizables, lo que demuestra que el cambio hacia una operación más limpia es posible.

Es hora de que Bolivia mire hacia adelante y abrace el futuro que ya ha comenzado a construirse. Un futuro en el que las empresas no solo sean motores de la economía, sino también guardianes del medio ambiente. Un futuro en el que el progreso no signifique sacrificar nuestros recursos naturales, sino utilizarlos de manera responsable e inteligente. Las empresas están haciendo su parte, es momento de que todos hagamos la nuestra.

Fundares ha marcado el camino. Ahora, depende de nosotros seguir avanzando por esa ruta hacia una Bolivia más verde, más justa y más próspera. La sostenibilidad ya no es una opción; es la única vía posible. ¿Estaremos a la altura del desafío? Solo el tiempo lo dirá, pero las señales son alentadoras: estamos despertando, y el futuro está en nuestras manos.

Tags