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28 de noviembre de 2024, 3:00 AM
28 de noviembre de 2024, 3:00 AM

El Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia autorizó la extradición del ex director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, Maximiliano Dávila. Con esta decisión se cumple con el tratado que tienen ambos países y se permite que la justicia estadounidense procese al exjefe policial. En Bolivia fue detenido por una acusación de legitimación de ganancias ilícitas, pero no por tráfico de estupefacientes, a pesar de que en 2022 se hizo público un informe que revelaba la presunta vinculación de este policía con ese delito.

Maximiliano Dávila fue un hombre de alta confianza de Evo Morales. Ocupó el máximo cargo de la lucha antidrogas del país. Además, circuló ampliamente una fotografía en la que el ex jefe policial celebraba el cumpleaños de Morales en el epílogo de su mandato, el 26 de octubre, cuando en el país se llevaba adelante un paro nacional con bloqueos en rechazo al fraude electoral de 2019.

Dávila ocupó ese cargo entre 2018 y 2019. Fue destituido con el cambio de gobierno, en la gestión de Jeanine Áñez. Pero volvió a dirigir el comando departamental de Cochabamba durante los primeros meses de la gestión de Luis Arce Catacora. Fue aprehendido en la frontera, cuando presuntamente intentaba huir del país. Desde entonces guarda reclusión en el penal de San Pedro, pero no fue acusado de narcotráfico.

En cambio, en Estados Unidos se abrió un proceso en su contra “por confabular para la importación de cocaína desde Estados Unidos y confabular para utilizar o portar ametralladoras y en relación con la confabulación para cometer un delito de narcotráfico, y de poseer ametralladoras para llevar a cabo dicha confabulación”, según indica el documento que está en el sitio web de la Embajada de Estados Unidos.

En febrero de 2022, el Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que conduzca a la condena en una corte en Estados Unidos de Maximiliano Dávila Pérez. Ese país había puesto los ojos en el jefe policial al saber de un informe en el que sus subordinados revelaban que había dado la orden de anular un operativo en el que fueron halladas más de 60 avionetas habilitadas para transportar droga y precursores.

El pedido de extradición llegó hace un año a la Cancillería de Bolivia, pero la solicitud se formalizó ante el Tribunal Supremo de Justicia en septiembre de este año. Los magistrados de esta alta corte votaron a favor de que se avance con este procedimiento, con lo que se da luz verde para que el acusado sea enviado a Nueva York, Estados Unidos, para someterse al proceso.

El caso tiene implicaciones políticas, vinculadas al temor del entorno de Evo Morales de que Dávila pueda implicarlo en actividades de narcotráfico. Esa susceptibilidad fue expuesta desde que llegó el pedido de extradición.

El problema en Bolivia es que la alta injusticia imperante hace que el ciudadano desconfíe de las razones por las que se toman decisiones judiciales. Lo correcto sería que el ex jefe policial sea investigado y que tenga la posibilidad de demostrar su inocencia o que se pruebe su culpabilidad. Los aspectos político partidarios no deberían jugar ni a favor ni en contra.

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