Las comparsas han ido modificando su estructura, pues se abrió a recibir a nuevos integrantes. La música, el baile y los lugares donde se celebraba la fiesta también fueron cambiando con el paso del tiempo. El Carnaval se adapta a la sociedad

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13 de febrero de 2022, 4:00 AM
13 de febrero de 2022, 4:00 AM


La forma de celebrar la fiesta grande de los cruceños ha ido cambiando en el tiempo. Las comparsas también se han adaptado y se abrieron a nuevos integrantes hasta incluir a ballets, que le ponen coreografías desde las precarnavaleras hasta el corso.

La historiadora Paula Peña resalta que “el Carnaval es una fiesta que evoluciona como la cultura”. Señala que en Santa Cruz de la Sierra siempre han estado presentes los juegos callejeros durante los tres días, las fiestas nocturnas antes y después del Carnaval y el corso o desfile de comparsas. 

Recuerda que las comparsas nacieron en el Siglo XX, eran las que tenían el protagonismo de los corsos y desfiles, que reunían a las familias cruceñas. Ahora, los ballets han tomado el protagonismo.

Los cuadros de Armando Jordán, que se encuentran en el Museo de Historia, muestran la celebración de antaño y también reflejan los cambios que se han venido dando en el tiempo. Uno refleja la fiesta grande de los años 30 y otro, de los años 60. “En el primero hay solo hombres y en el otro ya hay mujeres, hoy probablemente hay más mujeres”, destaca Peña.

Una de las características que tenía antiguamente la fiesta es que en medio de la celebración todo estaba limpio, pero en los años 60 ya se nota algunos cambios, porque la gente empezó a jugar también con barro. 

“Actualmente, es un Carnaval de garaje, ya no existen las comparsas como tales, sino las agrupaciones carnavaleras”, señaló. 

También es notorio que los jóvenes ya no desean festejar en las calles como se acostumbraba, sino en los garajes. “Para los jóvenes no existe el Carnaval de calle, existen los garajes y por más que la ACCC (Asociación Cruceña de Comparsas Carnavaleras) quiera volver al Carnaval de calle, no creo que pueda lograrlo”, afirma. 

Actualmente, la fiesta también es mucho más abierta, pues quien desea participar compra su manilla en cualquiera de los garajes y participa, ya no es una fiesta exclusivamente de varones.
El Carnaval de garaje representa a la actual generación y será difícil retroceder el tiempo.
Nino Gandarilla, historiador y co-fundador de la ACCC, relata parte de la historia de fiesta grande. Señala que a mediados del siglo pasado el Carnaval cruceño ya tenía características claras con la música, pues la gente bailaba al ritmo del taquirari y de la chobena. 

“Las comparsas salían a festejar los tres días y se jugaba con agua limpia, porque todos respetaban esa norma; recién en el segundo día se usaban pinturas que no eran nocivas, porque había un nivel de respeto entre las personas”, señala Gandarilla.
En el primer día no se usaba nada de tinta, era como una norma general que todos respetaban, por lo que recién en los dos últimos días usaban talco y perfume. 

Otra costumbre muy fuerte son los churrascos que aún comparten las comparsas y las familias cruceñas. Además, recuerda que por la tarde, la gente comenzaba a salir por las calles de la ciudad y los mayores iban a las casas de espera, permanecían un cierto tiempo y pasaban a la siguiente, para recorrer varias calles de la ciudad.

A finales del siglo aparecen las calles de espera, que están en el centro de la ciudad, como la Ballivián, Pari, Rafael Peña, Callejas y otras. 

Posteriormente, comienzan a instalarse tarimas, donde se genera la aglomeración de gente, lo que se mantiene hasta ahora con los garajes.