Expertos coinciden en que la pérdida de la cobertura boscosa está afectando gravemente el ciclo hídrico, produciendo sequía y también inundaciones. Señalan que el problema se ha acentuado en la última década y que también hizo subir la temperatura

26 de febrero de 2023, 4:22 AM
26 de febrero de 2023, 4:22 AM



En las últimas semanas los dramas de familias con el agua a las rodillas, y de agricultores que perdieron sus producciones de alimentos, son el pan de cada día.

Si bien los expertos concluyen que esta problemática ya se ha presentado en tiempos anteriores, también reconocen que existe una importante incidencia del aumento de los desmontes, que sumado al fenómeno climático, en los próximos años podrían llegar con efectos más desastrosos.

Marlene Quintanilla, directora de Investigación y Gestión del Conocimiento de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), dijo que hay una relación muy estrecha de la deforestación con las inundaciones y otros eventos extremos, como las sequías, que cada vez tienen más intensidad y duración. 

“Evidentemente, las sequías son fenómenos que siempre han existido, pero la recurrencia, severidad e intensidad de estos fenómenos se están haciendo cada vez más agudas por el cambio en los ecosistemas, a usos que no son compatibles. Se están eliminando servidumbres ecológicas que se encuentran establecidas en la ley forestal vigente”, explicó.

Según Quintanilla, muchas de esas servidumbres ecológicas se han eliminado para ampliar la actividad agrícola principalmente, o para asentamientos humanos, pero en puntos con mayor fragilidad para las inundaciones. 

Los datos de FAN, indican que a partir del año 2000 hubo un ascenso bastante importante de la deforestación. “Antes de 2000, la deforestación iba por las 97 mil ha anuales, pero de 2000 en adelante se duplicaron los desmontes, es decir que desde entonces tenemos como 200 mil desmontadas por año”, lamentó.

Al equipo de la organización FAN le preocupa el incremento de la deforestación, ya que desde 2015 se disparó a 60% y el ascenso continúa. Quintanilla enfatizó que Santa Cruz es el departamento con el 76% de la deforestación, y el que “paradójicamente” tiene más áreas protegidas, que son las que frenan el avance de la deforestación, pero que además son las más agredidas en la actualidad.

También agregó que 2015 fue un año importante en términos de deforestación, con un crecimiento exponencial. De acuerdo al monitoreo de FAN de 2021, la tendencia sigue amenazante, ya que en 2021 estaban por alcanzarse las 300 mil ha deforestadas. “A partir de 2015 ha sido peor esta transformación, tanto en las riberas como en las cuencas completas”, lamentó. 

En el caso de Pailón, San Julián, Cuatro Cañadas, y Charagua, Quintanilla dijo que han eliminado una cantidad impresionante del bosque. San Julián tiene 93% de su superficie deforestada, Pailón el 71%, y los más productivos son los menos boscosos. “Es necesario enfatizar en que la Chiquitania está yendo en ese proceso.

Y todo lo que hoy ocurre en el
Norte Integrado será más intenso más adelante, y también habrá sequías en la Chiquitania”, apuntó. 

Asimismo, lamentó que el departamento vaya en contrarruta con otras ciudades del mundo que empiezan a trazar sus planes de adaptación al cambio climático. La experta advirtió que todo esto afectará más a los que hacen agricultura y ganadería. “Falta desarrollar el manejo forestal, actividad que podría conservar la cobertura forestal y generar un desarrollo económico importante”, finalizó.

José Antonio Rivero, director de Cuencas del Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (Searpi), aclaró que siempre hubo inundaciones, y que los ríos cruceños tienen demasiado arrastre de sedimentos, pero aceptó que influye la presión antrópica en cuencas altas.

Sobre lo que está pasando en San Julián, Okinawa, Cuatro Cañadas y Pailón, dijo que las inundaciones se deben a una intensa precipitación, y a que no abastecieron los canales de
las distintas áreas productivas. 

“Allá no hubo desborde de ríos, pero tampoco la capacidad para evacuar el agua que se precipita”, afirmó. También reconoció que San Pedro es un municipio muy bajo, y que sus inundaciones sí se deben a desborde de ríos. “No hay vegetación y tampoco una planificación del drenaje pluvial en estos municipios”, aceptó.


Para él, todos los años siempre habrá inundaciones en San Pedro y Santa Rosa porque la actividad antrópica está casi sobre el río, “no respetan la servi¡dumbre, y el río es muy pequeño para aguantar la cantidad  de agua que tiene. Van a tener problemas todos los años si no corrigen eso. Además, esa es la zona más baja de Santa Cruz, donde llegan los ríos, se unen y se hacen uno solo, hasta que se convierten en Mamorecillo”, informó.

El especialista en Hidráulica, Juan Carlos Sauma, explicó que hay una relación directa entre deforestación y eventos extremos, y que es importante recordar que el concepto deforestación también se aplica para carreteras y desmontes del sector agropecuario. “Llega la gente y con ella viene la deforestación”, dijo, a tiempo de agregar que el bosque es el regulador del ciclo hidrológico, de muy bajo costo, a diferencia de las obras de
ingeniería. “Cuando se pierde ese bosque aparece el problema de hidrología extrema, que es lo que vivimos, las tormentas son más intensas, y las sequías más prolongadas”, lamentó.

 Néstor Cuéllar, del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) Chaco, luego de analizar las precipitaciones y el incremento de la temperatura, desde 1980, indicó que el comportamiento de las precipitaciones ha ampliado los periodos de sequía y se han concentrado las lluvias en periodos más cortos. Recordó un factor importante y poco mencionado, los incendios, además de la ampliación de la frontera agrícola. “están contribuyendo a que haya pérdida de fertilidad del suelo y mayores inundaciones. Ya hay un incremento de la temperatura entre 0,5 y 1 grado centígrado”, dijo sobre su zona

de operaciones, el chaco cruceño.


Seguridad alimentaria
El gerente de Anapo, Jaime Hernández, lamentó que las inundaciones estén ocasionando enormes perjuicios porque
en algunas zonas productivas afectadas se está impidiendo el ingreso de los productores para ver el estado de sus campos de producción, así como el ingreso de maquinaria y equipos de fumigación para realizar el control oportuno de plagas y enfermedades, lo que puede ocasionarles una pérdida en
su potencial de rendimiento.

Según Hernández, las zonas más afectadas son los municipios de Cuatro Cañadas, San Julián y San Pedro. Como Anapo, aseguró que han coordinado con los municipios y la Gobernación el ingreso de maquinaria para habilitar los caminos  vecinales y sacar la producción, ya que es tiempo de cosecha.

Quintanilla dijo que los técnicos en temas ambientales a menudo sienten que están dando cifras alarmantes, pero en realidad se cuestionó si es que más
bien son muy tibios, porque lo que sucede en las comunidades es peor de lo que avizoraban los ambientalistas. “Lo que viene es peor si no se toman las medidas ahora. El tema de las servidumbres debería ser considerado
por el sector agrícola como una
buena práctica”, alertó.



SANTA CRUZ

Datos.
Según FAN, el departamento cruceño acapara la deforestación, con el 76% de la estadística nacional.


SAN PEDRO
Junto con Santa Rosa,
en el norte, son los
puntos más bajos
del departamento, y
más vulnerables a las
inundaciones.


2015. Fue cuando empezaron a
dispararse los desmontes,
que ni siquiera perdonan
las servidumbres de los
ríos, sobre todo en zonas
agrícolas.