Opinión

La historia está absolviendo a la expresidenta

19 de mayo de 2021, 5:00 AM
19 de mayo de 2021, 5:00 AM

La frase: “La Historia me Absolverá”, está inspirada en el libro Mi Lucha, de Adolfo Hitler. Posteriormente, Fidel Castro, en 2007, publico el libro La historia me absolverá, haciendo referencia al alegato de autodefensa del cubano ante el juicio en su contra iniciado el 16 de octubre de 1953 por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; donde en realidad, concluyo diciendo “la historia, definitivamente, lo dirá todo”.

Consiguientemente se hace necesario sopesar si dicha frase se ajusta a la expresidenta Jeanine Áñez Chávez, en cuanto al proceso penal que le sigue la Fiscalía por los delitos de Terrorismo, Sedición y Conspiración; denominado por los actuales agentes gubernamentales como “golpe de Estado”. El proceso se sustenta en la versión de que en un encuentro suscitado en fecha 11 y 12 de octubre de 2019, al interior de la Universidad Católica se tendría consolidado un “golpe de Estado” que proyectó llevar a Añez a la Presidencia. En la audiencia de medidas cautelares de la exmandataria la Fiscalía argumentó que, para ello, en uno de esos encuentros se obligó a renunciar a la expresidenta del Senado, Adriana Salvatierra.

Al respecto los hechos históricos nos señalan que en Bolivia, en el mes de septiembre y octubre de 2019, se desató una crisis social causada por los resultados de las justas electorales tachadas como fraudulentas por la Organización de Estados Americanos. Aparejado a ello, el no respeto del referéndum denominado 21F, del 2016, causaron un profundo descrédito en el Órgano Electoral patrio y se constituyeron en el acelerador del paro cívico cruceño, que ocasionó la televisada renuncia del gobierno en su totalidad (presidente de la república, el vice, la presidenta del Senado y de Diputados).

Doria Medina y el Padre José Fuentes (hoy rector de la Universidad Católica) son coincidentes en señalar que, ante el descrito vacío de poder y el rechazo popular al partido de gobierno, en fecha 11 y 12 de octubre de 2019, políticos del gobierno y de oposición, instalaron reuniones en predios de la Universidad Católica, considerado un terreno neutral. Participaron todos los partidos políticos de Bolivia (gobernantes y de oposición), entre ellos, Adriana Salvatierra, Susana Rivero, Teresa Morales, el actual ministro de Gobierno, Samuel Doria Medina, Jorge ‘Tuto’ Quiroga, Carlos Mesa, embajadores de la Unión Europea y de España y un enviado de las Naciones Unidas.

Que, previo a instalar las reuniones, Adriana Salvatierra y Susana Rivero presentaron como requisito sine quanon facilitar la salida de los mandatarios renunciantes; cumplida tal exigencia, con el arribo de estos a México; se abocaron a la sucesión presidencial, toda vez que las antes nombradas rechazaron su derecho de asumir el poder y en ningún momento reivindicaron la posibilidad de esa sucesión, argumentando el riesgo de vida que los políticos gubernamentales sufrían en ese momento. Amén, de que todos estuvieron de acuerdo en que la solución a la sucesión presidencial fuese la más constitucional posible. En ese momento Jorge Tuto Quiroga habría telefoneado a Jeanine Añez, que se encontraba en el Beni (a decir de ella, haciendo masaco) y le señalo que constitucionalmente ella debería asumir la Presidencia.

Para efectos de una sucesión absolutamente constitucional, los políticos acudieron al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que emitió un comunicado que respaldo la sucesión constitucional de Jeanine Añez ante el álgido vacío de poder y la grave situación política y social que atraviesa el país, se estableció en el artículo 169.I de la Constitución Política del Estado (CPE), señalando que: “…la jurisprudencia constitucional contenida en la Declaración Constitucional 0003/01 de 31 de julio de 2001, estableció que: “…frente a una sucesión presidencial, originada en la vacancia de la Presidencia de la República, ocasionada por la renuncia del jefe de Estado y no a un acto de proclamación, no requiriendo de ley ni de resolución congresal para que el Vicepresidente asuma la Presidencia, sino que conforme al texto y sentido de la Constitución, el Vicepresidente asume ipso facto la Presidencia de la República (…) cualquier entendimiento distinto podría atentar contra la inmediatez en la sucesión presidencial, prevista en el orden constitucional”.

Concluyentemente, la historia está absolviendo a la expresidenta toda vez que todos los eventos que originaron el vacío de poder fueron ajenos a ella; de ahí que, su conducta jamás podría ser tipificada como delictiva en los tipos penales de Terrorismo, Sedición y Conspiración. El suscrito desea dejar por sentado su absoluta desaprobación a la administración de la expresidenta a partir de su decisión a candidatearse a la Presidencia y los lamentables hechos de corrupción suscitados con los respiradores, Entel, uso indebido de bienes del estado y otros; y, que son esos hechos que deben ser investigados para dar con sus autores, cómplices e instigadores.



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