El arzobispo René Leigue siguió el gesto de Jesús al lavar los pies a 12 personas. Reflexionó sobre la necesidad de servir a todos sin hacer diferencias. Hoy se vive la pasión de Cristo

7 de abril de 2023, 4:00 AM
7 de abril de 2023, 4:00 AM

En la celebración de la Última Cena, la Iglesia pidió reflexionar sobre nuestra relación con Dios y con los demás para buscar el perdón y la reconciliación entre hermanos.

“El más importante de todos es aquel que se hace esclavo de ellos, quien quiera ser el primero que se haga el último. Esto es lo que Jesús pone en práctica”, dijo monseñor René Leigue, arzobispo de Santa Cruz, durante su mensaje antes de repetir el gesto de Jesús lavando los pies a 12 personas, entre niños y adultos.

Leigue invocó a no sentirnos superiores a los demás porque “para Dios todos somos iguales”. Lamentó que en este mundo hay marcadas diferencias, según el cargo y el estatus que se tenga, “pero para Dios no hay eso y por eso él dice: si alguien quiere ser más que otro que se haga el último, que se haga el servidor”.

Remarcó que para Jesús el poder es servicio. “Para Dios no hay uno que tenga el poder absoluto, y si lo hay, sería Dios mismo. Aquel que se siente que tiene poder debería ser servidor de todos. Eso es lo que nosotros esperamos de aquellos que tienen el poder para hacer y deshacer muchas cosas, deberían primero ver a las personas que están atendiendo y por las cuales están ahí, porque todos queremos que de verdad nos escuchen, nos ayuden, hagan algo por las personas sin mirar a quién servir, sino servir a todos. Ese es el mensaje que nos da hoy el Señor”, resaltó en su mensaje de Jueves Santo.

Recordó que Jesús durante la Última Cena nos dejó el mandamiento del amor: Ámense los unos a los otros como yo los he amado. Insistió en que ese amor implica muchas cosas, especialmente respeto entre nosotros. “El amor de Dios y entre nosotros se manifiesta también en el perdón y en la reconciliación”, complementó.

“Hoy celebramos este gran misterio que es la eucaristía y es ahí donde nosotros realmente experimentamos esa entrega de Jesús hasta el extremo, no se guarda nada, lo ha dicho siempre: el amigo es aquel que da la vida por el amigo y él lo hace realidad entregando su vida por nosotros. Ahí se manifiesta este gran amor que nos tiene. Da su vida para que nosotros tengamos vida en abundancia”, remarcó.

Desde el Vaticano

El papa Francisco lavó los pies a 12 jóvenes detenidos de una cárcel de menores de Roma, al cumplir con los ritos de Jueves Santo.

El Pontífice argentino, de 86 años, que fue hospitalizado la semana pasada por una bronquitis desatando preocupación entre los católicos, acudió ayer jueves por la tarde a la prisión de Casal del Marmo, en el norte de la capital italiana, donde ya había realizado ese rito en 2013.

“Voy a cumplir con este ritual. No es folclore. Espero salir de esta porque no puedo caminar muy bien”, explicó el papa, que estuvo varios minutos de pie, en alusión a sus problemas para caminar por los dolores en una rodilla que lo obligan a moverse en silla de ruedas.

Entre los jóvenes había un musulmán, además de católicos de varias partes del mundo, según precisó el Vaticano, que transmitió en directo la ceremonia.

El jueves por la mañana, el papa Francisco presidió en la basílica de San Pedro la tradicional Misa Crismal, en la que se bendice el aceite santo que servirá para otros sacramentos durante el año.

El Señor “nunca se asusta porque ya ha pagado, solo quiere acompañarnos, quiere llevarnos de la mano para que la vida no sea tan dura para nosotros”, puntualizó el papa durante la celebración de la Última Cena.

“Cuánta gente se aprovecha de los demás, cuánta gente que está en la esquina y no puede salir, está ahí (...) Cuántas injusticias, cuánta gente sin trabajo, cuánta gente que trabaja y le pagan la mitad, cuánta gente que no tiene dinero para comprar medicinas, cuántas familias rotas, tantas cosas malas”, reflexionó.

El papa subrayó que Jesús “nos enseñó a ayudarnos los unos a los otros y así la vida es más bella”.

Tradiciones

Anoche la gente visitó los templos, aunque no todos lograron llegar a las siete iglesias, pero visitaron las que están cercanas a sus hogares para acompañar a Jesús en sus últimos momentos.

Esta tradición también se sigue en otros países, puesto que recorrer las siete iglesias simbolizan la intención de acompañar a Jesús en el camino transitado desde la noche de su captura hasta su crucifixión.

Viernes Santo

Los actos religiosos continúan este Viernes Santo, cuando se recuerda la pasión y muerte de Jesús. La pasión comienza con la condena a muerte de Jesús por parte del romano Poncio Pilatos tras proclamarse ‘Rey de los Judíos’ y representa aquellos sufrimientos que soportó en el camino a la cruz en el Monte Calvario.

Según los evangelios, tras la decisión de Pilato, Jesús fue despojado de sus ropas, golpeado y agredido con piedras. Luego le colocaron una corona de espinas y le hicieron cargar con su propia cruz hasta el Monte Gólgota (Monte Calvario), en las afueras de Jerusalén.

Allí fue crucificado junto a dos ladrones y bajo un cartel que decía: “Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos”. Este es el origen de las siglas y de la expresión INRI. En ese lugar fue donde pronunció las Siete Palabras, es decir, las siete últimas frases pronunciadas durante su crucifixión. Esta es la base de la reflexión profunda que se hace durante la jornada por parte de los fieles.

El pueblo católico participa del viacrucis, donde se revive las etapas de su muerte, divididas en 14 estaciones, desde su condena a muerte hasta su entierro. Por cada una de ellas, se reza una oración.

Este Viernes Santo en Bolivia y en muchas partes del mundo se escenifica la pasión de Cristo.

La procesión desde la catedral cruceña partirá a las 18:00 y recorrerá las calles cercanas a la catedral.

La gente también mantiene firme la costumbre de no consumir carne roja, por lo que el menú que se prepara en este día es a base de pescado, queso y huevo. En algunos hogares preparan los 12 platos.