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29 de noviembre de 2023, 3:00 AM
29 de noviembre de 2023, 3:00 AM

A nivel mundial Latinoamérica es noticia por la degradación sin disimulo de la política partidista y sus actores; donde los mandatarios se creen más caudillos que servidores públicos, utilizan el aparato del Estado para no dejar nunca el poder; además, gastan los recursos de sus naciones como si fueran de su propiedad, y un sin fin de acciones que dejan mucho que desear. Todo lo antes descrito, fue o es lo común en los países de América del Sur, Centro América y México; ahora lo está padeciendo España, una nación compleja en su conformación y naturaleza.

Sin entrar en los debates de la historia de España, lo cierto que en la actualidad está viviendo lo visceral de la política partidista y las ansias de una persona de no querer dejar el poder como si fuera un caudillo; algunos dirán que es muy distinto de lo que sucede en tierras americanas, y ciertamente lo es porque en España existe una monarquía constitucional  (el rey no gobierna aunque es el Jefe de Estado), un parlamento que delega en una persona el gobierno, después de unas votaciones de los diputados elegidos en las elecciones generales. Así mismo, desde el pacto de la Moncloa en los años de 1970-80, las facciones políticas se comprometían a respetar las elecciones, la figura del rey y la gobernabilidad del gobierno de turno; sin embargo, como todo sistema con el tiempo se fue degastando, perdiendo fuerza el bipartidismo dando cabida a otros partidos políticos que no estuvieron de acuerdo con dicho pacto antes luchaban con las armas, ahora lo hacen desde el Parlamento donde intentan debilitar o destruir el pacto de la Moncloa.

Partiendo de lo antes descrito, el presidente en funciones del gobierno Español ha logrado obtener los votos necesarios para ser investido y obtener otro mandato gobernando toda España; generando una convulsión social que se venía arrastrando desde varios años siendo más evidente en los último días, porque se ha pactado una investidura con grupos que sencillamente quieren una España distinta a la que ha traído progreso y bienestar a millones de españoles desde los años de 1970; pero al parecer a Pedro Sánchez no le importa, con tal de atarse al poder unos años más; recordándonos a  Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua, Bukele en el Salvador y a otros caudillos a los que Sánchez quiere imitar.

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