Opinión

OPINIÓN

La metida de pata de Lucho

24 de julio de 2020, 3:00 AM
24 de julio de 2020, 3:00 AM

En el proceso político-electoral boliviano 2020 empiezan emerger diferentes actos insospechados y lo hacen más entretenido. Los actores políticos en competencia, en su afán de demostrar mayores posibilidades de ganar la contienda, le dan más emoción al show de temporada del circo político nacional. La metida de la pata de Lucho Arce es un sketch más de la función que recién empieza en la incesante búsqueda de complacer a votantes persuasibles.

¿Por qué metida de pata? Propagar el conocimiento de un hecho: los porcentajes de intención de votos con respecto a diferentes organizaciones políticas en competencia electoral, es una afirmación empírica específica prohibida por ley. Así de simple. Sería otro el escenario si el candidato en cuestión se limitaba, como lo hizo en un primer momento, a sólo comentar las coincidencias de diferentes encuestas con las de su partido político sin referirse a datos.

Si el Tribunal Supremo Electoral es institucionalista, el candidato Arce Catacora y el MAS tendrán que, amargamente, acatar las reglas de juego creadas por ellos mismos. Esta situación insospechada, a raíz de una incontinencia verbal, puede derivar en una convulsión social gestada por las milicias del proceso de cambio que demandan elecciones, aunque la pandemia cada día sea más intensa.

Si el Tribunal Supremo Electoral no es institucionalista, grupos sociales, plataformas ciudadanas y organizaciones partidarias opositores al MAS, tendrán un nuevo motivo para producir movilizaciones y protestar en demanda del cumplimiento de las reglas de juego establecidas por el proceso de cambio.
Así, emerge una nueva tensión en el largo proceso político-electoral: lógica de incumplir normas versus lógica de cumplir normas. Sin embargo, de acuerdo a la interpretación electoralizada de las milicias y dirigencia del MAS es una afrenta a la legitimidad de un partido que tiene posibilidad de ganar -de eso no hay dudas- y no una metida de pata de su candidato; para las fuerzas sociales radicales de la otra vereda política-electoral, es el momento oportuno para sacar al MAS de la cancha como si fuera una fuerza política minoritaria –una ingenuidad de antología- que puede desaparecer por la aplicación de una norma.

Sin la intención de hacer culto al fatalismo, la lógica de incumplir normas versus la lógica de cumplir normas es una disyuntiva complicada por el potencial de explosivos que contiene en un momento tan crítico como el que estamos viviendo a causa de diversos factores.

La metida de pata de Lucho Arce, a raíz de su incontinencia verbal, ha generado el abono para un nuevo descontento social en relación al incumplimiento de las reglas del juego. Reglas elaboradas por el MAS para mantener su hegemonía partidaria y limitar las posibilidades políticas de sus opositores, pero que hoy, paradójicamente, las tiene en su contra.

Tags