Opinión

La necesidad de priorizar la agenda del futuro

1 de junio de 2021, 5:00 AM
1 de junio de 2021, 5:00 AM

Nuestra vida cotidiana se desenvuelve en tres agendas reflejadas por los medios y las redes. Un análisis básico de ellas demuestra que todavía no están coincidiendo en las acciones prácticas de los actores políticos.

La primera agenda es la de las personas y que tiene en la salud y la economía, el énfasis y la prioridad. La falta de vacunas suficientes, de oxígeno médico, el colapso de los centros de salud, la falta de información responsable, acompañadas de las necesidades de trabajo y producción, tienen una ausencia de decisiones que ofrezcan márgenes de tranquilidad ciudadana. ¿Hasta cuándo?

La segunda agenda tiene que ver con las prioridades de la política. Mas allá de los discursos, los actores gubernamentales no terminan de empatar y coordinar sus acciones para que la población se sienta más tranquila, y, por el contrario, prioriza confrontaciones que tendrían que ser secundarias, si evidentemente el acecho de la muerte es cierto. Las noticias relativas a persecuciones y juicios, que deben ejecutarse con procesos transparentes, y la ninguna, ninguna, reunión entre las autoridades nacionales con los agentes de la economía, lo demuestra. ¿Hasta cuándo?

La tercera agenda es la del futuro, la que no está relacionada a los periodos electorales y que tendría que hacernos preguntar hacia dónde vamos, hacia dónde va el mundo, qué debemos hacer en una situación inédita como la que estamos viviendo. Esta agenda frente a la pandemia convertida en sindemia, aparece desdibujada, como ausente; el riesgo es que, frente a la agitación por las enfermedades, las crisis y las muertes, puede colocarnos en una situación de abandono, desidia y abulia, antesala de la negación y renuncia del instinto de conservación.

Paradójicamente, esta tercera agenda depende más de nosotros mismos el desarrollarla y fortalecerla. Depende de la actitud y el talante con el que enfrentemos reflexivamente la situación para actuar. Encontramos un ejemplo con la disponibilidad movilizada que ha generado Alexis Dessard en los puntos del país donde propone una acción tan simple como el recojo de la basura. Siempre hubo campañas, hay organizaciones y personas dedicadas a esa acción, pero, ¿por qué está teniendo este resultado? Bienvenidas las respuestas de espíritus abiertos que pongan en valor una cualidad solidaria de la sociedad.

Estamos proponiendo a todo el que sepa leer y escribir que se constituya en un difusor de ideas y pensamientos creativos para no perder la esperanza en estos tiempos de cambios, irreverentes y radicales, y de despedidas entrañables e intempestivas.

En esa división social del trabajo disruptivo, habemos quienes creemos que este es un buen momento para reflexionar sobre los avances y riquezas acumuladas por nuestra sociedad y tratemos de hacerlas funcionar mejor. En la mayor confusión ideológica y política, hemos descubierto que acontecimientos como la gesta de Andrés Ibáñez, el Memorándum de 1904 de la Sociedad Geográfica e Histórica, y 1a experiencia nacional que desde la Guerra del Chaco va delineando nuestra personalidad como sociedad y Estado, hasta llegar al gran salto de la revolución nacional, pueden ayudarnos a salir positivamente de la modorra.

Si comprendemos que lo que generó la revolución nacional fue una propuesta de modernización del Estado, que, a partir de ella, iniciamos el saldado de las cuentas pendientes con la sociedad y el territorio, que construyó un imaginario, un ideario y definió tareas que no hemos concluido, podremos aceptar que sus propuestas, corrigiendo errores, siguen siendo válidas para interpretar a la sociedad boliviana y ayudar con ternura en nuestro desarrollo,

Resulta que setenta años después, podemos abrir una esperanza que concentre mirada y acción en el desarrollo nacional con una visión integrada y creativa entre todos los bolivianos que vivimos en Santa Cruz, en función del país. Y que las rupturas políticas del anterior ciclo que se inicia con la guerra federal, hace ciento veinte años, tiene que darse con un proceso concertado, con tareas a cumplirse en todo el territorio nacional.

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