3 de febrero de 2022, 4:00 AM
3 de febrero de 2022, 4:00 AM


Esta semana en una entrevista que tuve con el múltiple campeón y recordista nacional de natación de Bolivia entre 1985 y 1997, ganador 8 veces de la Victoria Alada y nadador Master afiliado a la USMS (United States Masters Swimming), Martín E. Berbetti, y ante mis cuestionamientos del porqué la piscina olímpica inaugurada en octubre del año pasado aún no está disponible para que nuestros nadadores entrenen como debe ser, es que describo casi textualmente las informaciones que de manera generosa compartió con esta columna.

Martín Berbetti narró que en Santa Cruz teníamos una piscina olímpica, que fue inaugurada en 1992, y aunque esa piscina tuvo defectos técnicos en su construcción, sobre todo en el filtrado del oleaje con los bordes inadecuados y con el número de carriles también, aun con esos defectos, cumplió con su objetivo y se hicieron los Bolivarianos de 1993, Copa Pacífico de 1999, varios torneos nacionales y cumplía porque los nadadores entrenaban en una piscina de 50 metros (medida olímpica) y sin duda pese a esos defectos durante 21 años esa piscina cumplió con su objetivo. Pero el año 2014 la Gobernación decidió demoler esa infraestructura y bajo el argumento de la modernización y reconstrucción de una nueva infraestructura, con mucha expectativa se lanzó el proyecto que no debería haber demorado los ocho años que tardaron en construirla y la inauguraron diciendo que esa piscina contaba con los más altos estándares para competencias internacionales.

Grande fue la sorpresa cuando experimentados nadadores se percataron de los varios defectos insalvables que tiene la actual piscina, por eso es que desde octubre hasta hoy, febrero de 2022, no se ha entregado al uso de los deportistas generando un malestar profundo en la comunidad deportiva del departamento.

Berbetti señaló como defectos insalvables los siguientes errores técnicos: el principal es que se construyó sin el “borde finlandés”; según la FINA (Federación Internacional de Natación Amateur), este borde es el que evita el oleaje, y para salvar ese defecto técnico (oleaje) los expertos de la Gobernación han sugerido colocar unos filtros que producen burbujas que propulsionarían a los nadadores haciendo que las competencias no tengan validez, debido a que por las reglas de la FINA, los nadadores no pueden tener ningún tipo de propulsión, es antinatural. Otro defecto, la medida de los carriles no es reglamentaria, la han hecho más angosta. La fosa de saltos ornamentales tiene un avance de obra que no llega al 10 por ciento, incluso los expertos de la Gobernación hablan de colocar una estructura metálica (para el salto) no recomendada desde cualquier punto de vista, además que los ‘genios’ quieren hacer de esa fosa una piscina de 25 metros, pero no tienen ni líneas ni carrileras, por lo tanto no sería una piscina adecuada. No han previsto la infraestructura para el cableado de los sistemas de cronometraje electrónico y finalmente no cuenta con el tablero electrónico de precisión.

En consecuencia, y solo para redondear, llevamos 8 años sin piscina y son tantos los defectos que para ser útil y que cumpla con los estándares tendría que ser demolida nuevamente, porque hacer parches para cableado o para hacer el “borde finlandés” y para aumentar el ancho de los carriles se requiere “picar” y eso significa destruir la estructura de la piscina, entonces tristemente la única solución es demolerla.

Lo triste de toda esta historia es que en el resto del país han construido piscinas olímpicas que cumplen con todos los requisitos técnicos y deportivos, mientras nuestro departamento que aporta con la mayoría de los nadadores de élite del país no cuenta con una piscina olímpica y tiene condenados a sus nadadores a entrenar en piscinas de 25 metros, lo cual los deja en desventaja al momento de ir a una competencia. Las autoridades y especialmente los técnicos deben inmediatamente iniciar una auditoría técnica y financiera de la construcción de la actual piscina olímpica y explicar a la población qué es lo que ha ocurrido y si han existido malas prácticas denunciarlas y llevar a los responsables ante los estrados judiciales. Ya no más bromas con el deporte y la natación.

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