16 de enero de 2023, 4:00 AM
16 de enero de 2023, 4:00 AM



Por Wang Jialei, cónsul general de China

Creo que para nadie es una novedad o sorpresa que la campaña antichina ya se ha establecido como una constante a nivel global, digitada desde el gobierno de EEUU y amplificada por la enorme caja de resonancia que conforman ciertos medios de comunicación occidentales. En este empeño, no mezquinaron calumnia ni desaprovecharon tema para tergiversar e intentar engañar a buena parte de la población. Ahora intentan implantar la narrativa de que China está viviendo una crisis de Covid-19 prácticamente insuperable, inflando las cifras reales no dos o diez veces, sino miles de veces, pues como China “relajó sus medidas”, desde su lógica (y tristemente su experiencia), deberían estar muriendo millones. Pero cuando las medidas de China eran la “reducción dinámica a cero contagios”, eran los mismos quienes decían que China tenía a “millones encarcelados”.

Esta misma estrategia hostil podemos encontrarla repetidamente en otras áreas referidas a China, como los Uygur, los chips, y empresas tecnológicas, Huawei entre otras. Pero también hay ejemplos conocidos de este comportamiento reiterativo y ruin de EEUU, como las mentiras ya reveladas que han provocado guerras, décadas de dolor e incontables muertos en Medio Oriente. 

Pero por más esmero que han hecho por calumniar a China, hasta ahora no han logrado su cometido pues, ante la verdad y la razón, no hay mentira que alcance. Por eso, en las líneas siguientes, les expongo brevemente las constataciones y hechos científicos que no pueden opacarse a punta de titulares escandalosos.

Primero, es necesario saber que, frente a las características de la variante Omicron, el gobierno chino ha optimizado continuamente las medidas de prevención y control del virus. El 7 del diciembre pasado, China suspendió la aplicación de la política de “reducción dinámica a cero contagios”, adoptando nuevas normativas que incluyen, entre otras medidas, permitir a los pacientes asintomáticos y de síntomas leves quedarse en sus hogares, abstenerse de hacer pruebas PCR a gran escala y no aplicar confinamientos temporales. A partir del 8 de enero se degradó la gestión de la enfermedad de Clase A a Clase B, facilitando el flujo internacional de pasajeros.

Ya sea la política anterior de “reducción dinámica a cero contagios” o la actual gestión de “clase B”, ambas están basadas en la ciencia y el análisis serio del estado situacional de la pandemia, tomando en cuenta las condiciones propias de China, pero, sobre todo, las políticas asumidas se suscriben a la premisa del gobierno de “poner en primer lugar al pueblo y su vida”. Así lo ha demostrado China en todo momento durante la pandemia.

China tiene una población enorme y con un porcentaje importante de adultos mayores, ya que 264 de de 1.400 millones de chinos tienen 60 o más años, lo que representa el 18,7% de la población. Esto eleva el nivel de riesgo de la covid en comparación de otros países, además que hace más difícil que los recursos médicos y la asignación de los mismos puedan ser insuficientes o que no esté equilibrada.

Es justamente gracias a la política de “reducción dinámica a cero contagios” que China ha evitado la prevalencia masiva de la cepa original y de la variante Delta, las cifras lo demuestran. Estas acciones han reducido al máximo los casos graves y los óbitos, pero además permitieron a China ganar un tiempo valioso, tanto para el desarrollo de vacunas y medicamentos, como para la preparación de recursos médicos para afrontar la guerra contra la covid-19. 

La política de “reducción dinámica a cero contagios” tuvo además otros efectos positivos, pues China se convirtió en la primera economía importante del mundo en lograr un crecimiento económico positivo. Durante los últimos tres años, mantuvo una tasa de crecimiento anual promedio de alrededor de 4,5%, que es significativamente más alta que el promedio mundial, lo que también trajo un efecto colateral positivo al crecimiento económico del mundo.

Dicho esto, cabe aclarar que, al contrario de lo vertido por la propaganda antichina, la situación general de la epidemia en China está mejorando. Muchas provincias y ciudades han superado el pico de contagios, la producción de las empresas y la vida social están volviendo a la normalidad de forma acelerada y el dinamismo económico ha aumentado significativamente. De hecho, según la proyección de la Academia de Ciencias de China, la tasa de crecimiento económico este año será de alrededor del 6,0 %. Una vez más, China será la mayor fuerza impulsora del crecimiento económico mundial. Además, hasta el 4 de enero de 2023 China ha administrado un total de 3.480 millones de dosis, es decir el 92,9% de su población. Mucho más de quienes la critican. 

Finalmente, mencionar que las energías de China no se enfocaron en ningún momento en difamar a nadie; por el contrario, ha efectuado activamente la cooperación internacional, compartiendo de manera oportuna informaciones epidémicas y experiencias en prevención y control con la OMS y otros países, y brindando, en la medida de sus posibilidades, asistencias como vacunas e insumos de bioseguridad a otros países, especialmente a aquellos en desarrollo. Asimismo, ha proporcionado cientos de miles de millones de unidades de materiales antiepidémicos a 153 países y 15 organizaciones internacionales, ha suministrado más de 2.200 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 a más de 120 países y organizaciones internacionales, y ha realizdo más de 300 conferencias de intercambio técnico sobre la prevención y el control de los contagios. Los ciudadanos extranjeros en nuestro país han recibido los mismo servicios médicos que cualquier otro ciudadano chino.

La solidaridad y la cooperación son las armas más poderosas para la comunidad internacional, especialmente frente a desafíos globales como la pandemia. La politización no ayudará a la cooperación internacional tanto en el combate a la covid-19 como en la recuperación económica mundial. Esperamos que los países, cualquiera que sea, se abstengan de la discriminación y de ejecutar medidas restrictivas contra los ciudadanos chinos. 

Ante un tema de tal magnitud, se debe partir desde un enfoque científico y con un espíritu de respeto mutuo. China está dispuesta a trabajar con todos los países para continuar defendiendo los principios científicos y responder a la pandemia de forma efectiva y eficiente, contribuyendo a la construcción de una comunidad de un brillante futuro compartido para la humanidad.

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