Continúa la declinación de los campos petrolíferos y el incremento de las importaciones. Una alternativa real a este problema es la electrificación de la matriz energética, según una especialista del sector

4 de abril de 2023, 13:00 PM
4 de abril de 2023, 13:00 PM


La producción de diésel oil de Bolivia se redujo en 33% en 2022 y representa el 18% de la demanda nacional, lo que evidencia que la declinación de los campos de petróleo se va agudizando y que se amplía la dependencia de las importaciones de combustibles. Una alternativa real es la electrificación de la matriz energética.

El año pasado, la producción de gasóleo del país fue de 414.000 metros cúbicos, menor a los 617.672 metros cúbicos de 2021 (3,88 millones de barriles), según datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y del Ministerio de Hidrocarburos.

Los 414.000 metros cúbicos representan el 18% de los 2,28 millones de metros cúbicos que demandó el mercado interno, por lo que fue necesario importar 1,85 millones de metros cúbicos, según la petrolera estatal, aunque el Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que fueron 2,46 millones de metros cúbicos.

Esta menor oferta se debe a que los campos de petróleo de Bolivia “están prácticamente agotados” y, “si cada vez se produce menos crudo, habrá menos diésel”, explicó Carmen Crespo, especialista en energía y medioambiente.

“Adicionalmente, el petróleo condensado, asociado al gas (que se explota) es cada vez más ligero. Eso quiere decir que se compone de cada vez más hidrocarburos ligeros, como propano, butano (GLP) o gasolinas” y que se puede extraer menos diésel, precisó.

Perspectiva

El 25 de marzo, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, reveló a EL DEBER que tiene entre sus planes prioritarios la compra de petróleo de Vaca Muerta y la inversión en ese megayacimiento argentino para producir crudo para el mercado boliviano. “Bolivia terminará importando casi el 100% de sus necesidades energéticas desde Argentina”, consideró Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos.

El diputado Ronald Huanca, del Frente de Izquierda Revolucionaria, parte de la alianza Comunidad Ciudadana, expresó su preocupación por la menor producción de hidrocarburos líquidos y por los mayores volúmenes de importación de estos productos.

El legislador anticipó que, por ello, realizará una petición de informe (PIE) escrito al Ministerio de Hidrocarburos, para conocer la cantidad real de combustibles que se importa, se produce y se demanda en el mercado. “Hasta el momento, ya envié como tres peticiones (PIE), solo que responden muy superficialmente. El equipo del Gobierno piensa que los políticos no saben nada de cuestiones técnicas”, dijo.

La declinación de los campos petrolíferos se inició ya hace varios años, repercutiendo en una menor oferta de hidrocarburos líquidos y en una mayor importación de gasolina y diésel que ejerce una gran presión sobre las arcas del Estado.

Más que calcular cuándo se agotarán estos reservorios, “hay que pensar en la manera óptima de sustituir el consumo de diésel y gasolinas”, apuntó Crespo, quien sostiene que “la única solución real y efectiva es la electrificación del parque automotor”.

El Gobierno plantea como solución de corto plazo la instalación de dos plantas de agrodiésel y la importación de petróleo crudo por ductos, para producir diésel en las refinerías del país.
Crespo consideró que el biodiésel no representa una respuesta a la situación de déficit productivo de petróleo por dos razones.

La primera es que, por el precio subsidiado al que se vende en el mercado interno, el combustible se seguirá contrabandeando a otros países. La segunda es que la producción del agrodiésel provocará un gran daño ambiental, porque habrá deforestación para monocultivos.

Además, sostuvo, que la instalación de la segunda planta de biodiésel en El Alto presenta varios interrogantes, como qué tipo de materia prima la alimentará, dónde se producirá y cuál será su costo de transporte. “El presidente (Luis Arce) se comprometió a hacer una planta que, además del daño brutal al medioambiente, logrará el producto de la manera más cara e ineficiente posible”, aseveró.

Con respecto a la importación de crudo, Huanca observó que el tipo de petróleo que llega al país es más pesado (denso) y tiene más sulfuro, por lo que sería necesaria la construcción de una nueva refinería con esas características.
“Las refinerías de YPFB están hechas para petróleos livianos (blend) y procesar en ellas petróleos pesados no es técnicamente factible”, indicó el legislador, quien forma parte del Comité de Energías e Hidrocarburos de la Cámara de Diputados.
“Importar petróleo crudo implica gastar recursos en esa operación y en la refinación, para después seguir alimentando el contrabando”, acotó Crespo.
Dorgathen anticipó que el crudo importado “se mezclará con el blend” que se produce en el país.

“Está disminuyendo la producción de petróleo, la de gas y las exportaciones a la Argentina y Brasil (…). No hay dinero ni divisas en las arcas del Estado. Entonces hay que hacer algo”, subrayó Huanca.
“Lo que estamos viviendo (en el mercado del dólar) es resultado principalmente del pésimo manejo del sector energético de nuestro país por varios años”, aseveró Ríos.