14 de febrero de 2024, 4:00 AM
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“La Sociedad del Cansancio” es un concepto introducido por el filósofo surcoreano Byung-Chul Han en su libro del mismo nombre, publicado en 2010. 

Han analiza y critica la sociedad contemporánea, caracterizada por una cultura del rendimiento, la productividad y la sobreexplotación de uno mismo. Según Han, en contraste con la sociedad disciplinaria, en la que el poder operaba a través de la represión, en la sociedad del cansancio el poder opera a través de la seducción y la producción constante de imágenes y estímulos, lo que resulta en una presión sobre los individuos para que se autoexploten en aras del éxito y el reconocimiento social.

En esta sociedad, el individuo se convierte en un emprendedor de sí mismo, siempre tratando de optimizar su rendimiento y su imagen, lo que lleva a una presión constante y un agotamiento generalizado. “El trabajo ya no necesita de supervisión externa; el trabajador está siempre autoexplotándose” Dice Han. El trabajador se encuentra motivado por una presión interna para rendir más, hacer más y alcanzar niveles cada vez más altos de éxito profesional. Esta autoexplotación se ha convertido en una característica central de la cultura actual, en el que las personas luchan día a día por obtener los mas altos niveles de productividad , sin importar a qué costo.

Una de los argumentos principales de Han es que toda época tiene sus enfermedades emblemáticas. Hubo una era bacterial que produjo la invención del antibiótico, otra época viral que generó la técnica inmunológica. El siglo XXI ya no sería ni bacterial, ni viral, sino neuronal. La autoexplotación tiene consecuencias significativas para la salud y el bienestar de las personas. El estrés y la presión para rendir pueden llevar al agotamiento físico y emocional, así como a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. Una amplia gama de estudios y datos respaldan el aumento de la depresión y el estrés crónico en todo el mundo, así como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) o el síndrome de desgaste ocupacional (SDO).

Otro concepto central en la obra de Byung-Chul Han es la “hipertransparencia” es un término que utiliza para describir cómo la sobreexposición a la información y la visibilidad constante en la era digital están transformando nuestra experiencia de vida y nuestras relaciones sociales. La hipertransparencia se refiere a un estado en el que casi todo es visible y accesible instantáneamente a través del internet y las redes sociales. En esta era digital, nuestras vidas están cada vez más expuestas al escrutinio público, ya sea a través de perfiles en redes sociales, publicaciones en blogs y otras. Nuestras acciones, pensamientos y emociones se vuelven fácilmente disponibles para los demás, lo que genera una sensación de ser constantemente observados y evaluados. Esta sensación nos hace sentir presionados para mantener una imagen positiva de nosotros mismos en todo momento, ya que estamos conscientes de que nuestras acciones están siendo monitoreadas y juzgadas por otros. Estamos esperando y contando los “likes” y tristemente medimos nuestro éxito por el número de likes o por los seguidores que ganamos. Estas interacciones suelen ser superficiales y carecen de autenticidad porque no resultan muchas veces de una conexión emocional o de una coincidencia de ideas, sino mas bien de una costumbre social.

Además, la cultura de la imagen y la exhibición en las redes sociales nos lleva a mostrar de manera selectiva nuestra historia, tendemos a mostrar una versión idealizada de nosotros mismos, seleccionando cuidadosamente qué aspectos de nuestra vida queremos compartir y resignificando y ocultando aquellos que no se ajustan a la narrativa que los demás esperan que proyectemos. Escribimos nuestra historia y la autoeditamos y generando una brecha entre quiénes somos y quiénes deseamos ser.

Definitivamente, esta sociedad del cansancio, nos aleja de nuestra auténtica esencia, vivimos en un constante estado de agitación, en un ciclo vertiginoso de actividades en el que perdemos de vista lo que realmente importa: detenernos y tomar un momento para reflexionar, sentir, e incluso sufrir. Es en esos momentos de pausa y contemplación donde encontramos la oportunidad de reconectar con nosotros mismos, de explorar nuestras emociones más profundas y de permitirnos crecer y evolucionar como individuos. Es fundamental reconocer la importancia de estos momentos de quietud en medio del ajetreo diario, para así recuperar nuestra autenticidad y redescubrir el verdadero significado de la vida, de como queremos vivirla, de quienes queremos que estén en nuestro entorno y con que valores queremos promediar nuestra existencia. 

Recuperar la autenticidad en la Sociedad del Cansancio importa recuperarnos a nosotros mismos.