Opinión

La vengadora

26 de noviembre de 2020, 5:00 AM
26 de noviembre de 2020, 5:00 AM

Bajo la medida del Ministerio de Culturas, los gobiernos del MAS y Jeanine Áñez resultaron la misma porquería.

Justifico el aserto:
Todo indica que uno y otro se olvidaron de que existe el patrimonio, y no precisamente el conjunto de bienes del ministerio, sino lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) define como “el legado cultural que recibimos del pasado, que vivimos en el presente y que transmitiremos a las generaciones futuras”.

Para proteger ese legado, la Unesco tiene programas que abarcan tanto los sitios como los bienes inmateriales de los países. Bolivia ha inscrito por lo menos siete sitios y hasta cuatro manifestaciones como patrimonio inmaterial. Ahora bien… ¿cómo los protegemos como país? La vía estatal es el Ministerio de Culturas.

Por eso, cuando Áñez tomó la decisión oscurantista de cerrar el ministerio, pegamos el grito al cielo, pero ella puso oídos sordos. Ayudada por sus áulicos, que nos replicaban en las redes sociales, nos ignoró y dejó en el limbo las innumerables obligaciones que Bolivia tenía en el plano cultural.

Potosí fue la primera ciudad inscrita en la lista del patrimonio mundial, en 1987, y en 2014 ingresó a la de patrimonio en riesgo debido al daño diario que sufre su Cerro Rico. Si no se asume, ya nomás, medidas preventivas, será eliminada de la lista del Patrimonio Mundial -lo que los potosinos llamamos “perder el título de patrimonio de la humanidad”- y eso bloqueará muchas de nuestras posibilidades de convertir al turismo en una fuente de sustento.

En marzo de este año, la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Culturas preparó el “Plan de Manejo del Sitio Potosí”, que no es otra cosa que la estrategia para sacar a la ciudad de la lista de patrimonio en riesgo. Debía presentarlo oficialmente el 25 de marzo pero ¡zas!.. se vino la pandemia y, después, Jeanine nos dio el hachazo de la eliminación del ministerio.

Luis Arce ha repuesto el Ministerio de Culturas pero, en la misma actitud de Áñez, que nombró ministra a una dirigente sindical de El Alto, puso esa cartera a cargo de una de las “Bartolinas”. Una vez posesionada, la nueva ministra anunció acciones para castigar los supuestos actos de discriminación de la Resistencia Juvenil Cochala y la Unión Juvenil Cruceñista.

¿Y qué hacemos mientras la ministra mezcla atribuciones y se dedica a perseguir a perseguidores?
El tema del patrimonio es, fundamentalmente, técnico y no hay señales del Gobierno de querer ocuparse de él.
¿Patrimonio?.. ¿qué es eso?.. ¡Primero está la venganza!



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