Este mes, la UTI para pacientes con coronavirus cumple dos años de funcionamiento y trata de mantener el contacto entre familiares y pacientes. Si la persona se recupera se lleva las misivas como recuerdo

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6 de marzo de 2022, 4:00 AM
6 de marzo de 2022, 4:00 AM


Una enfermera se detiene delante de un paciente que está intubado para leerle una carta que le escribió un familiar. Este es el único contacto que puede tener la familia con su ser querido, que lucha por su vida desde terapia intensiva. Las enfermeras destacan que con esta acción se busca humanizar la atención y que los pacientes que batallan contra los daños del Covid-19 puedan mantener los lazos familiares. 

Esta escena se repite con cierta frecuencia en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del hospital San Juan de Dios, que este mes cumple dos años de funcionamiento, pues fue el primero en ser habilitado en Santa Cruz ante la llegada del Covid-19 al país. 

En este tiempo, en el servicio atendieron a más de 600 pacientes que llegaron con complicaciones del Covid-19. Algunos no lograron superar la enfermedad, pero otros se recuperaron y tratan de mantener contacto con los médicos que los ayudaron a superar la enfermedad y sus secuelas. 

Lázaro Yucra, de 37 años, es uno de los pacientes que estando intubado recibió cartas de su esposa, a través del personal de salud. En abril del año pasado estuvo 20 días internado y, desde el primer día, su esposa le entregó cartas al personal de salud para que se las lean, ya que ella no podía verlo. 

Cuando Lázaro recibió el alta médica, se llevó como recuerdo las cartas escritas por su amada, además de fotografías de sus familiares. “Uno despierta y va pensando qué pasó. En ese momento te entregan las cartas o te las leen de nuevo, dependiendo de cómo está uno y de como despertó. Es muy importante saber que después de un proceso tan complicado, tu esposa te escribió o ver fotografías de tus familiares es un alivio, una tranquilidad, después de que uno luchó para vivir”, expresa Lázaro.
Cuenta que antes de enfermarse estuvo cuidando a su padre que fue el primero en la familia en dar positivo al virus, por lo que considera que la carga viral y la falta de vacuna complicaron su salud siendo una persona sin otra enfermedad de base. No había recibido la dosis porque para entonces su grupo aún no estaba habilitado para la vacunación en el país. 

Luisa Chávez, enfermera del servicio, destaca que tratan de mantener los lazos entre los pacientes y sus familiares, por lo que también comparten con las familias videos de los pacientes de su progreso en la UTI.

Chávez también contó que hacen escuchar a los pacientes audios que sus seres queridos les envían.
“Algo que me emocionó es que una vez los familiares de un paciente llegaron con globos y gorritos para festejar el cumpleaños de una de las personas que estaba intubada en estado muy grave”, agrega Yenny Hurtado, otra de las enfermeras de este servicio. 

“Son momentos, detalles que son especiales y nosotros tratamos que no se pierda eso, la humanidad, porque ellos (los pacientes) están inconscientes, pero están vivos. Leerles las cartas es parte del servicio que damos”, resalta Hurtado, quien también enfermó de Covid-19 y fue atendida en el San Juan de Dios. 

Agrega que hay pacientes que reciben cartas casi a diario, en algunas ocasiones de una sola persona y en otras, de varios familiares porque le escriben los hijos, nietos, esposa, hermanos, etc.
El personal resalta que cuando los pacientes reciben el alta médica, les entregan todas sus cartas. 

“El subconsciente no duerme, pese a estar en coma”, agrega el director del hospital, Marcelo Cuéllar, para explicar la importancia de esta sencilla y noble acción.
La coordinadora de la UTI, Rosmery Gross, reflexiona sobre el trato al paciente y su familia. “Entendemos que es difícil no saber si un ser querido va a salir vivo o no y la familia entrega en las manos de todo el equipo a su familiar, por eso todos los días hay el contacto con los familiares para decirle como está el paciente”, afirma. 

Dos años de funcionamiento
En este servicio se atendió al segundo paciente que dio positivo al coronavirus en Santa Cruz. Los profesionales recuerdan que tenían la unidad lista para atender a la primera paciente -que llegó desde Italia-, pero fue rechazada en varios nosocomios y en el hospital no fue la excepción porque se registró una protesta de los trabajadores de salud.
Sin embargo, lo anecdótico de la situación fue que en medio de la protesta llegó un joven, de 25 años, con síntomas del Covid-19, que resultó ser el segundo paciente en dar positivo al virus en el departamento cruceño. 

Gross fue una de las profesionales que atendió al joven, y junto a un médico, tomó la muestra para la prueba de PCR.

Asegura que ambos no tuvieron miedo al virus y hasta ahora ella se mantiene libre de contagio. “Es interesante esa situación, pero (para evitar contagios) tenemos que cumplir los protocolos”, remarcó.
En estos dos años de funcionamiento, el servicio atendió a cientos de pacientes y aseguran que la mortalidad fue bajando en cada ola. Según los registros en el 2020, cuando empezó la pandemia, el 50% de los pacientes que llegaban a este servicio lograban superar la enfermedad mientras que en el 2021 se supera el 70% de promedio de recuperación.

Hasta el servicio llegaron incluso familias completas con problemas de salud graves, derivados del coronavirus. Los funcionarios recuerdan que asistieron a un par de hermanos, a esposos, a padre e hija, y a suegro y nuera. 

El jefe del servicio, Andrés Martínez, señaló que el promedio de permanencia de los pacientes en este servicio es de 15 a 20 días, aunque hay pacientes que se quedaron cerca de dos meses. 

A su vez, la doctora Gross remarca que todos los pacientes que llegan a este servicio tienen en común algún factor de riesgo o alguna enfermedad de base, además de coronavirus. “Ninguno de los pacientes que llegó al servicio tenía solo coronavirus. Todos tenían otra enfermedad de base, un factor de riesgo más”, insistió.

El director del hospital, Cuéllar agrega que recibieron a varios pacientes con problemas renales, con diabetes, con hipertensión y, en esta última ola, a no vacunados.
Cuéllar dice que ante la necesidad algunas personas buscan preferencia en la atención, pero se asiste según la disponibilidad de camas y el orden de llegada. 

Hasta ahora la unidad atiende con normalidad, pero su continuidad dependerá del curso de la pandemia.
El director del San Juan de Dios indica que para que se consolide como UTI Covid-19 de forma permanente se requiere tener pacientes durante todo el año y eso aún es incierto, otra alternativa es que el servicio se fusione con terapia general.