Relaciones. Hay temores que se convierten en ansiedades y que se guardan bajo siete llaves o casi en secreto, pero que dañan la autoestima y la vida sexual de las personas. Es necesario aprender a lidiar con ellos , a pesar de que a veces la tarea no sea tan fácil.

24 de enero de 2021, 19:11 PM
24 de enero de 2021, 19:11 PM

El sexo es la fuente de muchos placeres, pero a la vez es la fuente de muchos temores o inseguridades que muchas veces callamos por vergüenza, miedo o desinformación, pero que pueden tener un efecto catastrófico en nuestra vida sexual, autoestima y relaciones. Aprender a lidiar con ellos y superarlos a veces no es una tarea fácil, pero es necesaria si se quiere tener una mejor calidad de vida.

“Entre las más frecuentes están, por un lado, las inseguridades físicas durante la relación sexual y, por otro, las inseguridades de desempeño sexual. No de manera radical, pero la mayoría de las inseguridades físicas prevalece más en las mujeres, porque creen que deben cumplir ciertas expectativas que ellas tienen, y esto es lo más interesante, porque ni siquiera son las expectativas que podría tener la pareja, si no de ellas y de lo que consideran acerca de cómo deberían verse durante el acto sexual”, explica la sicóologa y terapeuta sexual Teresa Méndez.

Entonces en qué deriva esto?, cuestiona la especialista y responde: “En que no se sienten cómodas para disfrutar, ni siquiera para expresar alguna satisfacción, porque tienen que estar cuidando de que algo no se vea, no se note, de que no se sienten afectadas dentro de su inseguridad física”

En el caso de los hombres, las inseguridades que prevalecen, indica Méndez, en base a su experiencia como terapeuta, son las relacionadas con el desempeño sexual. Se impone el temor a si podrán llegar a nivel de satisfacción que está esperando su pareja. 

“El tema del desempeño sexual del varón es muy fuerte, porque deriva en los trastornos sexuales masculinos más conocidos, que son la impotencia, la falta de erección, entonces influye mucho la parte mental. Esas son las más frecuentes. Aun así hay otras que van a depender la etapa de vida, tanto de la persona, como de la relación”, comenta Méndez.

El tamaño

Seth Stephens-Davidowitz es un analista de datos de Internet , que ha centrado su investigación en las búsquedas que hacen las personas en Google, su objetivo es que en base a ellas obtener nuevos conocimientos hacer de la psiqué humana. El investigador, que también escribe artículos acerca del tema para The New York Times, analizó en 2016 un mes de búsquedas de sexo en Google y descubrió que, para muchos estadounidenses, la alegría de conseguir sexo pasaba a un segundo plano frente a todas las ansiedades que provocaba averiguar acerca del tamaño del pene.

“A la mayoría de los hombres les gustaría tener un pene más grande, pero ¿por qué es esto un problema para tantos? La respuesta corta (¡ja!) Es que nuestros ‘joysticks’ tienen mucho peso simbólico y representan todo, desde el poder y el dominio hasta la competencia y el éxito. También se nos dice que un hombre de verdad debería ser, bueno, Khal Drogo de Game of Thrones: dominante, confiado, agresivo y súper definido. Pero nadie es todas estas cosas todo el tiempo; y por eso llevamos una perpetua sensación de inseguridad, que proyectamos en nuestra vida sexual. Desafortunadamente esto puede conducir a serios problemas de autoestima y las investigaciones muestran que los hombres que se preocupan demasiado por el tamaño de su pene tienen más probabilidades de enfrentar problemas de erección y eyaculación precoz”, explica Daniel Sher, sicólogo clínico y experto en terapia sexual de la clínica estadounidense que trata problemas de eyaculación precoz, Between Us.

“Los tamaños de los penes como de las vaginas son como los zapatos, hay en diferentes tamaños y tallas; entonces encontrar que calce uno con otro, creo que es lo más importante”, comenta Méndez, que indica que la inseguridad por el tamaño es un estigma para el hombre, porque parte del supuesto de que la mujer está exigiendo mayor tamaño, mayor diámetro, pero para empezar el punto de estimulación de la mujer, el punto G, está a cuatro centímetros de la entrada del conducto vaginal, por lo tanto todos los varones tienen las oportunidad de llegar ahí. Aun así prevalece el concepto social, que también es influenciado mucho por la pornografía, de que la mujer necesita un gran tamaño y diámetro”, enfatiza la terapeuta.

Olores

Los hombres no son los únicos nerviosos por sus genitales. Stephens-Davidowitz descubrió que las mujeres buscan en Google la palabra ‘vagina’ casi con tanta frecuencia como los hombres buscan ‘pene’. La mayor preocupación de las mujeres es el olor. Según ese estudio a las mujeres les preocupa que sus partes íntimas tenga un mal olor.

“Todas hemos tenido esa inseguridad. Principalmente porque la sociedad nos ha inculcado que nuestros olores naturales de niña son malos, y que tenemos que comprar toallitas vaginales con aroma a ‘margarita’ para limpiar la suciedad. Chicas, eso no es verdad y mientras seas una persona sana con hábitos de baño regulares, estás bien. De hecho, en el contexto del sexo, esos olores y sabores son realmente jodidamente sexys. No estoy siendo obscena. El sexo huele sexy cuando estás teniendo sexo. Fuera de contexto, es posible que el sexo no huela muy bien, pero en el calor del momento, es muy excitante”, afirma Zara Barrie, autora del libro Girl, stop passing out in your makeup .




Dilema. En pareja lo mejor es sincerarse, pero no conversarlo en la cama aconsejan los especialistas.

Las preocupaciones por la imagen corporal se están convirtiendo en una fuente cada vez más común de inseguridad sexual no solo entre las mujeres, también los hombres cada vez se sienten más afectados acerca de este tema ¿Quién no querría ser más fuerte, más delgado y más musculoso? “Los estudios han demostrado que el 40% de nosotros no estamos contentos con nuestro cuerpo y, como resultado, una cuarta parte de los hombres prefiere tener relaciones sexuales con las luces apagadas”, comenta Daniel Sher.

“Eso es una variable netamente sociocultural. No es lo mismo estar hablando de cómo me veo si estoy aquí en Bolivia o si estoy en Arabia. Ahora, hay que reconocer de que la imagen física siempre ha sido importante porque llevamos una especie de vestigio histórico de evolución en el que un cuerpo para procrear tenía ciertas características y eso lo hemos arrastrado a un estereotipo de imagen estética, lo cual está muy distorsionado pero es lo que nuestra cultura maneja. 

Entonces lo ideal es una educación libre de estigmas sociales y eso viene de la casa, el colegio para poder frenar ese bombardeo de internet y globalización que está afectando la autoestima de mujeres y de hombres también, porque ahora el varón tiene muchas exigencias de cómo verse, porque también hay una exigencia estética para ser elegible entre sus iguales”, opina Méndez.

No en la cama

Cuando hablamos de la relación entre dos personas ya empiezan a ver otras inseguridades que van más allá de las individuales y tienen que ver con dos pilares fuertes que son la comunicación y la confianza, afirma Teresa Mendez “Todo suena muy lírico, pero a la hora de estar con tu pareja y decirle ‘ mirá te cuento que me pongo nervioso y no voy a funcionar bien’ o ella te dice ‘no estoy lubricando bien’ son cosas de mucha intimidad que se deben manejar adecuadamente. Es por eso que el tip que siempre doy es que las cosas de la cama no se resuelven en la cama, porque en la cama los dos están expuestos. 

Es un momento vulnerable. Entonces es mejor esperar un momento aparte del de la exitación y decir ‘yo quiero disfrutar más y podemos mejorarlo’. Es decir, que sea una demostración de preocupación por la relación y por el otro”, aconseja la terapeuta sexual.

La sicóloga opina que para llegar a ese nivel se debe ir tanteando, de a poco hasta dónde puedo hablar con mi pareja y que tipo de palabras puedo utilizar. Muchas veces, para detectar el nivel de comunicación o para mejorarlo hace falta la intervención de profesionales que ayuden a establecer un canal fluido de comunicación que beneficie a la pareja.

Problema. El afán de mostrar un buen desempeño sexual puede provocar ansiedad.

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