La novedad es la harina de banano. Este es un producto elaborado por mujeres de la comunidad Altamarani, en plena Amazonía. Las tacanas tienen varios emprendimientos, como el tejido artesanal, chocolate puro, harina, entre otros.

21 de agosto de 2023, 7:30 AM
21 de agosto de 2023, 7:30 AM

Roxana Áñez tiene en sus manos el producto final de su emprendimiento. Ella es una mujer tacana que vive en la comunidad de Altamarani, que pertenece al municipio de San Buenaventura del departamento de La Paz. En ese lugar el calor no cansa las ideas de Roxana. Agarra con orgullo un envase de harina de plátano que tiene el nombre de Tacana. La idea de la emprendedora indígena es llegar al mercado urbano.

Altamarani es una comunidad tacana. Es muy pequeña, pero grande en ideas. Son 25 familias que empujan día tras días para salir adelante. Se sienten olvidados por el Estado, pero eso no los limita. Las mujeres se adueñaron del proyecto y construyeron un pequeño espacio en la comunidad donde sus sueños se hacen realidad. La única materia prima que necesitan es el plátano, y ese fruto está en todas partes de esa localidad indígena.

Roxana, que es la presidenta del emprendimiento, y otras mujeres de esa comunidad son el motor de la organización productiva. Se dedican a la producción de banano, bajo sistemas agroforestales, pero además a su transformación en chila, que es la harina de banano. Ellas tienen el apoyo de Practical Action, una organización sin fines de lucro que se dedica a fomentar los emprendimientos en comunidades indígenas, entre otras actividades.

Altamarani es una de las 20 comunidades del territorio Tacana 1. Está situada a orillas del río Beni. Las frecuentes inundaciones han carcomido la ladera de la comunidad y el acceso fluvial ahora es nulo. Además, algunas obras cercanas han desviado el cauce del río. Esto no solo provoca que una zona antes segura se inunde, sino que afecta al segundo ingreso de Altamarani.

Sacan producción

Aun así, Altamarani está de pie y con emprendimientos propios. Roxana Áñez explicó que en un inicio -hace dos años- no tenían un mercado seguro para llevar sus productos, ya que antes no tenían un camino para salir a San Buenaventura o Rurrenabaque y lo hacían por el río Beni. Hoy, pueden sacar su producción a ambos municipios.

“Empezamos a ver qué sería lo mejor para sacar nuestros productos al mercado. Ahí nació la idea de este producto, la harina de banano, más conocido como chila, es un producto que nuestros antepasados lo produjeron y consumieron. Eso vimos y aprovechamos el plátano, para que no se eche a perder. Hemos visto que de un racimo de plátano sacamos un kilo y medio”, relató Áñez.

La mujer indígena explicó que un kilo de la harina de banano cuesta 20 bolivianos en los municipios de San Buenaventura y Rurrenabaque y que en la ciudad de La Paz puede llegar a costar 25 bolivianos, pero todavía esa meta la ve a medio plazo, ya que todavía no tienen maquinaria para producir la harina del fruto.

Por su parte, María Elisa Navi, que es la secretaria del emprendimiento, explicó que primero se pela el plátano y luego se lo corta en partes pequeñas. Después se seca el producto durante tres días en mesones especiales. Posteriormente, se lleva el plátano seco y trozado al molino para lograr la harina. Inmediatamente se cierne el polvo hasta lograr un resultado fino. Por último, se coloca la harina de banano en un envase especial y se lo deja en un espacio hasta llevarlos a los mercados.

La población tacana, en general, sufre de amenazas por quemas, sequías e inundaciones. Su biodiversidad y medios de vida sufren pérdida de bosques debido a los desmontes y asentamientos agrícolas ilegales (para uso agrícola y pastos para el ganado). A eso se suma la extracción de madera, la extensión de la frontera agrícola y el deslave de la ladera de los ríos que va socavando y quitando espacios productivos. Esto provoca la muerte de los bosques por inundaciones.

El desarrollo y la resiliencia son enfoques complementarios. Desde la inundación de 2014, Practical Action ha buscado alianzas para poder apoyar a los medios de vida y el desarrollo integral de varias comunidades tacana.

Orgánicamente el territorio tacana cuenta con organizaciones comunales de mujeres, pero la mayoría tiene un don productivo. En la comunidad de Altamarani, el proceso de fortalecimiento organizacional ya lleva varios años. En los últimos años, las mujeres se han organizado cumpliendo el mandato orgánico, pero además están organizadas para producir y transformar chila.

Al no tener mercado para el banano, el fruto se fue acumulando y la producción se iba perdiendo. Las mujeres de Altamarani se plantearon la idea de convertir este excedente en harina, producto altamente solicitado por sus nutrientes, especialmente para la alimentación de menores de edad.

Las bandejas, calaminas y cocinas solares se extendían para secar el producto; sin embargo, este esfuerzo no era suficiente y necesitaba mejorar para lograr un producto más inocuo.

Plátano de freír

María Elisa recalca que el producto es el plátano de freír y no el de consumo de fruta. Ella dice que eso aporta más en sus nutrientes y que el secado es más rápido. La mujer indígena muestra más de seis bolsas grandes con el producto partido en pequeñas partes. Eso pasará al molino, todavía uno pequeño que les ayuda mucho.

“En el molino el trabajo es más rápido. Eso gracias a Soluciones Prácticas, que nos dio la maquinaria para sacar el producto. Por suerte en la comunidad hay mucho sol y el plátano se seca más rápido, puede ser en dos días ese proceso, si es que el sol es muy fuerte. Este es un producto natural y que tiene muchos nutrientes. Por eso pedimos apoyo de las autoridades para poder sacar esta harina de banano a mercados más grandes, como La Paz”, dijo Navi.

En las comunidades del pueblo indígena Tacana 1 los emprendimientos son muchos. Estas ideas son sustentables, pero también son muy impactantes. Una de ellas es el tejido que realizan mujeres tacanas, un producto que es de exportación y muy requerido.

Entre los tejidos más tradicionales, las mujeres tacanas ofrecen maricos (bandoleras que se cuelgan en los hombros), billeteras, cinturones, sombreros, bananeros, individuales y carteras. Asimismo, hacen colaboraciones con diseñadoras famosas para aportar con su arte.