El uso de las abreviaturas, cambio de letras y el descuido de acentos son algunas de las prácticas que se reflejan en los cuadernos de los estudiantes. Son influenciados por las conversaciones virtuales

14 de mayo de 2023, 7:41 AM
14 de mayo de 2023, 7:41 AM


Expresiones como ‘q’ en lugar de ‘que’, utilizar la ‘x’ en vez de ‘por’ y el uso de la ‘y’ por la ‘ll’ son errores cada vez más comunes en la escritura de los niños y jóvenes escolares que llegan a horrorizar a los profesores al momento de revisar tareas y de corregir los exámenes.

El uso de las redes sociales ha tenido un impacto en los escolares que se están acostumbrando a escribir en la misma forma como se comunican a través de las redes sociales. Los maestros señalan que pese a los esfuerzos que se hacen por promover una escritura correcta, los errores ortográficos transcienden las comunicaciones digitales y se instalan en el aula, donde los docentes advierten sobre el incremento en las faltas de ortografía.

Hay distorsiones especialmente con las abreviaturas, pero también es común el olvido de tildes, se obvian las comas y hay confusiones en la ‘h’, entre los problemas más comunes.
La profesora María L. señala que ha observado que existe una confusión entre los estudiantes con el uso correcto de la ‘ll’, ya que cada vez es más común que los jóvenes la pronuncien como ‘y’, debido al fenómeno conocido como yeísmo, que se ha acentuado con el uso de la tecnología.
“Hay niños que en pleno dictado piden que se les aclare si una palabra con ll, como calle o llave, se escribe con ‘y’; en ese momento tenemos que hacer un alto para aclarar”, manifiesta. 

Otras profesoras lo notan al momento de corregir exámenes y revisar tareas. “Ponen ‘q’ en lugar de escribirlo completo”, señala Lizeth y muestra el examen de una alumna de sexto grado con este error. Añade que no siempre es porque no sepan cómo escribir correctamente, sino que lo hacen sin darse cuenta por la costumbre que adquieren en las redes sociales.
Señala que en la ‘vieja escuela’, si un alumno tenía errores ortográficos o una palabra mal escrita era obligado a escribirla 100 veces, pero eso ya no se aplica y ahora se recurre a nuevas estrategias. Se hace lo posible para incentivar a la lectura, porque eso ayuda a que los escolares aprendan a escribir de forma correcta.

Complementa que la influencia de las redes sociales crea una tendencia de escribir con abreviaturas incorrectas y dejando a un lado la puntuación. En los grupos de WhatsApp es normal ver textos sin signos de puntuación y hasta insertan una imagen en lugar de colocar la frase que se quiere decir. Lo peor es que eso también se refleja en el cuaderno escolar.

Un estudio realizado por Smartick, la herramienta educativa líder en educación online en España, muestra que leer y escribir textos continuamente con errores gramaticales crea una representación inadecuada de las palabras y fomenta las faltas ortográficas de forma inevitable. Aseguran que a los niños les basta con leer entre seis y ocho veces una palabra para que pase a formar parte de su léxico.

El pedagogo Alberto Santelices, que el año pasado impulsó un proyecto para promover la correcta escritura, recuerda que en 2016 la materia que tenía mayor cantidad de reprobados entre los bachilleres que dieron la PSA para ingresar a la universidad pública no era matemáticas, sino lenguaje. 

El profesor Édgar Lora señala que la forma de escribir en redes sociales tiene efectos muy fuertes porque se fijan en la mente. Tanto la lectura, como la escritura en determinados momentos del desarrollo de la personalidad se convierten en algo automático, así como es la palabra, así como es el lenguaje. “Cualquier dirección, cualquier enfoque que se le da al uso del manejo de la letra, de la sílaba o de la palabra va a tener repercusiones en su manera de concebir, de comprender o de interpretar el mundo, y hasta de crear los conceptos y las ideas que necesita para comunicarse”, manifiesta.

Una tarea de todos
El pedagogo Santelices señala que si la familia es permisible en este tema, será un campo favorable para que los niños y jóvenes de ese entorno se expresen con faltas en las formas del lenguaje.

Hace notar que técnicamente las redes sociales incentivan esta forma de comunicación al proporcionar caritas con diversidad de expresiones, videos, dibujos (emoticones o jerga de internet). Esta jerga se ha asentado definitivamente entre los usuarios más jóvenes. Simplifica la comunicación por expresar mejor el mensaje, puesto que las redes sociales son un espacio informal.

“Eso acostumbra a la persona a manejar, por razones de tiempo o de pereza, el idioma de manera rara y mal. En conclusión, las redes sociales cambiaron la forma en que las personas se comunican, especialmente en la manera en que se usan abreviaturas, emojis y expresiones informales que antes no eran comunes en la comunicación escrita”.

El pedagogo considera que las redes sociales no son la única causa de estos cambios en la forma de comunicarse de los niños y jóvenes. También hay otros factores, como la influencia de la cultura popular y el lenguaje utilizado en los medios de comunicación, como la televisión. El lenguaje es altamente imitativo.

“La familia debería cuidar esta circunstancia y tornarse exigente para relacionarse intrafamiliarmente. Los padres que reciben mensajes mal redactados y sin buena ortografía tienen que rechazar esa comunicación y obligar a sus hijos a rehacer la redacción. Tienen la obligación de mostrar a sus hijos las diferencias entre un lenguaje coloquial y otro de internet, discriminando los ambientes de su uso”, enfatiza.

Recomienda a los docentes a reaccionar en equipo, ninguno tiene que aceptar un trabajo oral o escrito que no observe un buen lenguaje. No tiene que dejarse esta tarea sólo al docente de lenguaje. “Ante una palabra mal escrita, en otros tiempos, la profesora mandaba a escribirla muchas veces. La estrategia era buena (se quería corregir), pero la técnica era mala. No se debe mostrar como un castigo la escritura correcta”.

Por su lado, Lora indica que la escuela tiene la función de enseñar el manejo de la gramática y de la literatura. La gramática como ciencia del lenguaje y la literatura como arte de la lengua, las dos cosas tienen que enseñarse de acuerdo con las normas existentes, a las leyes que rigen el uso de la gramática, el manejo de la literatura; sin embargo, siempre está el habla popular, donde entra el uso libre del lenguaje. Señala que, pese a que pronuncie de alguna forma, se debe saber la forma correcta de escribirlo.

Santelices también considera que las autoridades educativas tienen responsabilidad en este problema. “Administrativamente se tiene que fiscalizar la calidad docente y las iniciativas que ellos toman para disminuir los vicios lingüísticos”. 

Insiste en que se tiene que entender que la educación no es sólo mejorar en robótica o en ajedrez, “se tiene que implementar programas especiales para evitar daños al dulce idioma de Cervantes”. 

Incentivo en la lectura
“Leer no es un placer entre la juventud. Escribir tampoco. Pero es por falta de iniciativa docente y el entorno familiar”, añade el pedagogo Santelices.
Recomienda fomentar la lectura permanente de grandes autores. “Hay que formar hábitos de la lectura en los niños y jóvenes, ya que esto los ayudará a mejorar su vocabulario y la comprensión del idioma”, indica.

Lora coincide en que una de las funciones de la palabra es la lectura de grandes obras, de grandes autores, por eso se tiene que incentivar la lectura de forma permanente. Hay que elegir algunas que cautiven, que incentiven, no aquellas que más bien los aburren.