Vecinos cuentan lo complicado que es caminar por las aceras invadidas. La Alcaldía identificó cuatro puntos críticos en distintas zonas y asegura que hace controles para retirar los letreros, pero los propietarios los vuelven a colocar

5 de septiembre de 2022, 7:11 AM
5 de septiembre de 2022, 7:11 AM

“Camino esquivando obstáculos y hasta debo bajarme a la calzada”, describe Enrique Perrogón al momento de contar cómo es su día a día cuando tiene que cruzar las tres cuadras del segundo anillo, entre las avenidas Melchor Pinto y Brasil, que han sido ocupadas por varios talleres de moto.

La actividad se ha vuelto un dolor de cabeza para los vecinos de la zona, prosigue Perrogón, porque, además de ocupar las aceras y parte de la calzada, derraman aceite de motor en el piso, situación que ha derivado en caídas de transeúntes”, comenta Perrogón que vive hace 50 años en el barrio Villa Adela, ubicado por esa zona.

Este tramo sobre el segundo anillo de circunvalación, al igual que la zona de Alto San Pedro, son dos puntos neurálgicos identificados por el municipio cruceño, donde han proliferado todo tipo de negocios que colocan letreros y realizan sus actividades sobre las aceras, incomodando al vecino.

También está la calle Charcas y la avenida 2 de Agosto, además de otras vías de la ciudad.

En un recorrido que hizo EL DEBER comprobó la ocupación del espacio público. En el segundo anillo se hace evidente a partir de la esquina de la calle Ñuflo de Chávez, donde los talleres que ofertan servicio de cambio de repuestos, electrónico, de mantenimiento y otros tienen a las motos sobre la acera e incluso, dos de ellas están apoyados sobre letreros que indica que está prohibido estacionar y otra, sobre una señalética de una parada del transporte público.

Esta última, incluso tiene colgada una llanta en la parte superior.

En la siguiente cuadra, que comienza en la calle Manuel Ignacio Salvatierra también hay motocicletas parqueadas indebidamente sobre el espacio público, incluso sobre la calzada, dificultando así la circulación vehicular.

“Cada vez que pasamos por acá tenemos que bajarnos a la calzada, lo que es un peligro por los vehículos que pasan, pero lo tenemos que hacer porque no hay por dónde caminar”, protesta Sergio Vargas, que además recuerda que desde que están los talleres, hace poco más de 10 años, el número de estos negocios ha ido incrementándose.

En la zona sur de la capital, en el tercer anillo, entre las avenidas Grigotá y Santos Dumont, la situación se agrava más porque además de los talleres para vehículos, también hay negocios que trabajan soldando fierros y en el rubro de la maderería. Estos cometen las mismas infracciones: invasión espacios público con letreros y trabajos laborales.

Entrando por el tercer anillo externo de la av. Grigotá y, tras avanzar un par de cuadras, se observa una seguidilla de talleres en ambos lados de la vía. Arreglo de radiadores, tornería, cambio de amortiguadores y pintura son algunos de los servicios que ofrecen estos negocios.

Algunos de los transeúntes, que recorren el lugar para cotizar alguno de estos servicios o trasladarse a su trabajo, lo hacen con temor porque, como tienen que bajar de la acera, corren el riesgo de ser embestidos por algún motorizado.

José Iván Olmos, vecino de la avenida Escuadrón Velasco, comenta que son varios años que lleva lidiando con esta incomodidad, por lo que no tiene mucha esperanza en que la situación vaya a mejorar.

“La Alcaldía debería regular de una vez esto porque el problema no es nuevo. Como vecinos son años los que llevamos lidiando con esta situación. Los propietarios de estos negocios sacan sus letreros y mercadería sobre la acera y nadie dice nada. El control no llega”, asegura el hombre que vive hace más de dos años por el lugar.

En tanto, en la zona central de Alto San Pedro, es decir, en la avenida Prefecto Rivas, el número de estas actividades económicas se multiplica y con esto sus infracciones.

Por el lugar, algunos de los negocios tienen sus letreros fabricados de diferentes materiales: fierro, madera y tela, y los tienen de diferentes tamaños, colores y uno sobre el otro, produciendo contaminación visual.

A unas cuadras de este carnaval de letreros, se encuentra la Unidad Educativa ‘Japón V’, donde padres y madres de familia se dan modos para llevar a los más pequeños, sorteando estos obstáculos en las aceras y mirando de reojo si es que no aparece algún imprudente al volante.

Ericka Justiniano, vecina de la av. Prefecto Rivas, comenta que en el tiempo que vive en el lugar no ha habido soluciones concretas de las autoridades.

Son tres cuadras las que tenemos que caminar evitando estos obstáculos, haciéndonos a un lado y bajando a la avenida porque no se puede caminar libremente”, asegura la mujer, que se encontraba acompañada de sus dos hijos.

Decomisos constantes

El director municipal de Medio Ambiente, Ruddy Valverde, dijo que al menos se han identificado cuatro zonas donde los negocios han invadido los espacios públicos colocando letreros y realizando sus actividades laborales.

Estas son: la zona de Alto San Pedro, que es la más grande de todas; el segundo anillo, entre las avenidas Brasil y Melchor Pinto; la calle Charcas; y la avenida 2 de Agosto.

“Alto San Pedro es una de las zonas más conflictivas que se tiene porque cada vez que realizamos el decomiso de estos letreros que están fuera de norma e invadiendo los espacios públicos, al día siguiente los propietarios lo reponen. Es increíble lo persistente que son”, dijo el responsable municipal.

Valverde detalló que cuando hacen operativos llegan a decomisar unos 35 letreros que están invadiendo los espacios públicos, en cada una de estas zonas. En los operativos más grandes, la cifra se incrementa hasta los 800 letreros, de todo tipo, dijo.

Adelantó que se está trabajando junto con las direcciones de Espacio Público y Seguridad Ciudadana para realizar un barrido en estas zonas para no solamente controlar el colocado de letreros, sino también los trabajos que realizan los talleres, soldadores de fierros y empresas que trabajan en el rubro de la madera.

“Estamos elaborando una nueva ley municipal ambiental para este tipo de actividades económicas de bajo impacto. Para que tengamos un control más riguroso en lo relacionado con las sanciones”, informó Valverde.

El proyecto de ley ya fue enviado al Concejo para su aprobación, por lo que se espera que dentro de un mes ya se la pueda promulgar. La norma permitirá fortalecer el control a estos talleres, señaló el funcionario municipal.