11 de abril de 2023, 4:00 AM
11 de abril de 2023, 4:00 AM

Las tentaciones de Evo Morales no son de ahora, vienen ya de principios de siglo. Desde entonces amenaza con la formación de grupos irregulares armados en la zona de Chapare y es posible que estos ya existan, tengan entrenamiento militar y estén prestos para actuar en cualquier momento. El expresidente puso de pretexto la ausencia de controles en la zona cocalera del trópico de Cochabamba para anunciar la creación de grupos de “ronderos”, como en Perú.

¿Quiénes son los ronderos? Pues grupos irregulares y armados. En Chapare, según Morales, estarían para hacer vigilancia y evitar la presencia de extranjeros ligados al narcotráfico en la zona. En Perú son milicias de autodefensa, creadas y entrenadas por los militares para resistir a los terroristas de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Pero pasó el tiempo, las guerrillas ya no están más, pero permanecen los ronderos que se han convertido en dueños y señores de ciertos territorios, especialmente en el sur peruano, que cometen delitos: secuestros, asaltos y agresiones, además de darse el lujo de anunciar que lucharán contra la derecha, según registran diarios peruanos.

El deseo de conformar “grupos de autodefensa”, “milicias” y ahora “ronderos” comenzó a principios de siglo, cuando Morales era un dirigente cocalero y formó la policía sindical, compuesta por cultivadores de coca que tienen palos y que ‘ponen orden’ en los congresos y asambleas de las organizaciones sindicales y del MAS. Ellos tienen su propia autoridad y no responden al Estado, sino a la dirigencia que los forma y emplea.

A principios de 2020, cuando Morales estaba en Argentina dijo, muy suelto de cuerpo, que se arrepentía de no haber creado milicias como en Venezuela. Hay que recordar que en el país de Nicolás Maduro hay círculos bolivarianos, que son civiles armados, que salen a la calle a reprimir a opositores, amedrentar a ciudadanos y cometer varias tropelías al amparo del poder.

La última ocurrencia de Morales es la conformación de “ronderos”, como en Perú, pero en Chapare, precisamente en el lugar identificado como una zona roja de producción de coca que se destina a la fabricación de droga y donde hay mucha actividad del narcotráfico. ¿Ronderos para cuidar a los traficantes o para ser un brazo armado en el marco de la guerra de cárteles por territorio? Porque no se puede desconocer que mafias brasileñas, colombianas, mexicanas y hasta italiana se disputan espacios en Bolivia.

Hay que recordar que durante el paro de los 21 días aparecieron grupos irregulares armados en Chapare, Yapacaní, Portachuelo y otros lugares, que estaban en contra de la movilización ciudadana que rechazaba el fraude. Incluso fue detenido un exguerrillero de las FARC de Colombia, Facundo Molares, acusado de dar entrenamiento militar a estas milicias. Ahora mismo hay grupos armados y encapuchados haciéndose de tierras productivas.

O sea que el anuncio de Morales es solo poner sobre el tapete lo que ya existe en Bolivia, a vista y paciencia del Gobierno. O ¿qué hizo el ministro de Gobierno cuando se impidió que el vicepresidente David Choquehuanca salga del aeropuerto de Chimoré y circule por el Chapare?

Sean autodefensas, milicias, ronderos o como se llamen, estos son una realidad en Bolivia con el peligro de que escalen y se conviertan en grupos terroristas al servicio de las mafias del narcotráfico y del contrabando.

Evo Morales anunció un delito y, hasta ahora, parece que pretenden que se quede en el circo mediático del MAS. Es urgente que el Gobierno se dé por enterado y que haga algo para evitar que estos grupos irregulares se vuelvan más grandes y más fuertes. Se equivocan quienes creen que la mentada derecha es el enemigo; el enemigo de la paz social parece estar en la facción del MAS que insiste en actuar al margen de la ley.

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