Fortalecida. Desde que decidió ser escritora buscó la forma de llegar a los niños y jóvenes con sus historias. Superó las secuelas de un accidente gracias a la lectura

El Deber logo
8 de agosto de 2021, 4:00 AM
8 de agosto de 2021, 4:00 AM

Foto: Natalia Banzer y Marco Velasco

“Tengo la habilidad de mutar en lo que quiera. Solo tienes que tener la imaginación para creerme”. Tal vez, esta frase defina muy bien la esencia de una escritora como Bárbara Antelo Méndez. Este relato corto, que forma parte de Cuentos para endulzar la noche, se ajusta bien a la búsqueda de esta joven autora, que se convierte en los personajes que habitan sus historias, desde El Duende del siglo XXI hasta las aventuras de Eufi y sus amigos.

Estas obras conviven en su stand de la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, donde la acompañan sus padres. Su madre expone manualidades creadas por ella y su padre presenta su libro Un haiku para mi foto, una foto para mi haiku.

Bárbara exhibe toda su producción literaria enfocada en la literatura infanto-juvenil, que abarca una decena de títulos propios (su nombre aparece además en varias antologías del género). En esta ocasión incluye Eufi, revelación, tercera parte de la saga juvenil Eufi (luego de El secreto mejor guardado y Descubriendo el enigma) y ya anuncia que escribe la parte final.



 Juntos. Comparte el stand de la Feria del Libro con sus padres

A sus 32 años, Bárbara ha logrado construir una fuerte empatía y conexión con sus lectores a partir de la retórica de sus textos como también en el contacto personal con su público.

A ella, que comenzó a leer con mucho interés a partir de los siete años, le interesa dar a los niños y jóvenes material que pueda competir con aquello que ocupa su tiempo, algo que aprendió a partir del ejemplo que recibió en el hogar.

“Tuve la suerte de viajar mucho por el deporte que practicaba, en cada viaje mi papá nos decía que lleváramos un libro para leer. Había como un pequeño reto en familia en el que intercambiábamos criterios sobre la lectura. Nunca hubo una voz impositiva, siempre fue un diálogo que ayudó a sentirme valorada y a adquirir el hábito de la lectura”, recuerda la escritora que tiene tres hermanos.

El deporte que practicaba era bicicrós. Durante nueve años se dedicó a esta disciplina, que la llevó a participar en varios campeonatos nacionales e internacionales, hasta que en 2009 sufrió un accidente en una competencia, que le provocó movimiento de masa encefálica y esguince cervical.

El accidente la alejó de la bici, pero la acercó más a los libros. “Por los coágulos que tenía, perdí por completo la memoria y después tuve secuelas que duraron seis meses. Pero los libros me ayudaron a recordar lo que había leído. Fue como una terapia”, asegura.

Esa experiencia fortaleció y encaminó a la joven dinámica y multifacética que actualmente es Bárbara Antelo, que también se ha dedicado al canto y a la gestión cultural. Recientemente ha sido designada presidenta de la Sociedad Cruceña de Escritores y tiene varios proyectos para el crecimiento del sector.




Tags