Opinión

Los “okupas”

1 de abril de 2021, 5:00 AM
1 de abril de 2021, 5:00 AM

Si bien España goza de la mayoría de los beneficios de los países del primer mundo, también es cierto que en este reino existen desventajas que, con todo y sus adelantos, no puede resolver exitosamente.

La que más me llamó la atención fue el fenómeno de la “okupación” y no… no me equivoqué yo ni es un error mecanográfico… en realidad se escribe con “k” y no con “c”.

Tratemos de entenderlo: mientras “ocupación” es “tomar posesión o apoderarse de un territorio, de un lugar, de un edificio, etc., invadiéndolo o instalándose en él”, resulta que en España, y aparentemente también en otros países, “okupación”, con “k” es lo mismo pero con un contenido por una parte reivindicativo y por otra de transgresión.

La reivindicación tiene que ver con el derecho a la vivienda que tienen todos los seres humanos pero la transgresión ya implica elementos que descalifican ese derecho, como la “k” se emplea en las redes sociales para restarle sentido a algunas palabras. Se añade, además, el elemento de la beligerancia porque la “okupación” es ejecutada por personas de actitud altamente violenta.

Pues bien… resulta que la “okupación” se ha convertido en una plaga en España, al extremo de que no hay semana en la que no se reporte por lo menos una. Las cifras oficiales reportan un incremento del 70 por ciento.

“Lo terrible es que no se puede hacer nada -me cuentan las personas que, tras años de esfuerzos y sacrificios, consiguieron construir una vivienda-. Si te ‘okupan’, entonces no puedes sacar a los que se metieron a tu casa. Ni siquiera puedes cortarles el agua y la electricidad porque podrían denunciarte por violar sus derechos”.

Ese panorama estrambótico me recuerda a Bolivia, donde a un delincuente no se le puede tocar, aunque haya sido sorprendido en delito flagrante, ya que existen personas e instituciones que salen a defenderlo a él, olvidándose de las víctimas de sus delitos. En el caso del país que nos ocupa — y esta vez usamos el término en el sentido de “preocuparse por algo o por alguien, prestándole atención”, las razones que motivaron el alarmante incremento de la “okupación” son fundamentalmente políticas.

Empezó reivindicando el derecho a la vivienda y fue acicateado por los lanzamientos ejecutados por los bancos en contra de sus deudores con garantías hipotecarias. También ayudó mucho el hecho de que existen decenas de inmuebles vacíos que son usados por los fondos buitres. Estos defectos del sistema son aprovechados por partidos que se autoproclaman de izquierda y, en ese sentido, respaldan la “okupación”.

La policía no actúa, no porque no puede sino porque sabe que los “okupas” tendrán respaldo político si son desalojados. Como se ve, es el terrible error de someter lo jurídico a lo político



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