En el país más de 160.000 profesores celebran el Día del Maestro. Más del 90 por ciento tienen licenciatura. Reconocen algunas conquistas salariales, pero aún se enfrentan a carencias y sacrificios en su labor como formadores en las aulas

6 de junio de 2023, 4:00 AM
6 de junio de 2023, 4:00 AM


Levantarse a las 5:00 es uno de los sacrificios que realiza la profesora Martha para poder estar a las 8:00 en la escuela donde imparte clases hace más de una década, en el municipio de La Guardia. Esta maestra lleva 18 años en la docencia, carrera que inició con un sueldo aproximado de Bs 1.500. Su salario era tan bajo que apenas le alcanzaba para cubrir el cuarto que alquilaba, la alimentación, el transporte y los materiales, en ocasiones hasta para sus estudiantes debido a las carencias.

Con los ascensos de categoría y la antigüedad su salario ahora supera los Bs 5.000, que le permite llevar el sustento a su familia y también consiguió una casa propia, mediante un crédito de vivienda social. 

La profesora Martha señala que el salario del profesor se ha dignificado en los últimos años, pero también ha aumentado la carga laboral y las exigencias de capacitación y profesionalización. En su caso tuvo que hacer los cursos del Programa de Formación Complementaria para Maestros (Profocom) para tener una licenciatura y hacer “innumerables” cursos de actualización, entre ellos, clases de computación y manejo de plataformas cuando la pandemia los obligó a dar un saldo a la digitalización. 

Señala que solo después de 25 años de servicio, un profesor puede aspirar a ganar un sueldo de alrededor de Bs 7.000, aunque hay quienes superan este monto cuando llegan a la categoría al mérito, que es la última antes de la jubilación. Para ello, hay que dar examen de ascenso, de lo contrario el salario será el mismo por más que se acumule años de antigüedad. 

Existen siete categorías en el escalafón salarial del magisterio nacional y pasar de una a otra exige un examen de ascenso. La antigüedad se suma cada cinco años o cuatro años. La bonificación en la categoría quinta es del 30%, en la cuarta el 45%, en la tercera el 60%, en la segunda el 75%, en la primera el 100%, en la cero el 125% y en la mérito el 150%.
Datos del Ministerio de Educación también señalan que en 2006 un maestro urbano de la quinta categoría, con 88 horas, percibía un sueldo de Bs 1.179, lo que subió a 3.398 en 2018. 

En el caso del maestro de la categoría al mérito que trabaja 120 horas en el área rural ganaba Bs 3.991 en 2006 y en 2018 su sueldo alcanzó a Bs 10.296.
En cuanto a la formación, según datos del Ministerio de Educación, más del 90% de los maestros tienen un nivel de licenciatura, 32.038 de ellos cuentan con diplomados y 7.474 con una especialidad. Son más de 168.600 docentes en planilla. De esa cantidad, 102.302 son mujeres (60,6%) y 66.329 varones (39,4%), según datos al 2019.

En 2018 se declaró que en el país ya no hay docentes interinos, que son aquellos que ingresaron al sistema sin haber estudiado para ser profesores, la mayoría de los cuales eran solo bachilleres. Sin embargo, hay un reducido grupo en las ramas técnicas en los Centros de Educación Alternativa (CEA) que están en el interinato.

Desde la dirigencia
El dirigente del magisterio urbano de Santa Cruz, Osmar Cabrera, señala que aún hay maestros que trabajan horas gratis. Los del nivel de inicial y de los alternativa son los que más sienten esta situación.

Esto se puede comparar con un profesor de primera categoría que trabaja 100 horas en educación alternativa, pero solo recibe el pago por 80 horas, consiguiendo un sueldo de Bs 5.000, mientras que otro del sistema regular y en ese mismo nivel duplica el salario.

“En relación a lo que se ganada una década atrás ha mejorado significativamente el sueldo, pero el costo de vida también se ha incrementado. Haciendo una relación con los otros profesionales, los maestros consideramos que somos el sector peor pagado”, cuestionó Cabrera.
Hace notar que un profesor del área rural percibe un 20 por ciento más de salario.

Considera que “los exámenes de ascensos son un cernidero que busca recortar presupuesto, porque no evalúan la capacidad y la actualización del maestro.