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26 de abril de 2024, 4:00 AM
26 de abril de 2024, 4:00 AM

El largo régimen del Movimiento al Socialismo (MAS) eligió mal sus amistades. Las consecuencias negativas no sólo afectan al (No) Estado Plurinacional de Bolivia, sino al futuro de los habitantes de este territorio. No se trata de simples anécdotas o falsificaciones históricas como se endilga a otros gobiernos chapuceros en relaciones externas (vr.gr. Mariano Melgarejo). En este periodo 2006-2024, el desgaste se evidencia con los discursos, las votaciones y las obediencias a otros poderosos.

Evo Morales Ayma, tan orgulloso, incluso soberbio, frente a otros actores como los indígenas del TIPNIS, aceptó cabeza gacha que lo luzcan como “el indio del sur”, el trofeo del Socialismo Siglo XXI. La prensa registraba las palabras, los abrazos paternalistas y la forma en la cual Hugo Chávez humillaba al mandatario boliviano. Caracas mantuvo en todos estos años esa actitud de mandar a los que considera sus súbditos. El rol de sus embajadores, de los empresarios chavistas, de las imposiciones en programas sociales, se convirtieron en un reflejo perverso.

Fidel Castro era amigo de Morales y Evo lo admiraba. Eso se tradujo en una presencia de los diplomáticos cubanos en la toma de decisiones que deberían ser soberanas de un estado. Sobre todo, en la primera etapa, los cubanos mandaban en la estructura del canal estatal o en las avanzadas de seguridad donde Morales llegaría. Jamás “el indio del sur” reclamó el nivel de intromisión del poder bolivariano.

 Injerencia que se deberá investigar en su momento porque implicó la presencia de tropas, de espías, de redes siniestras. La indagación de los sucesos de 2009 en el Hotel Las Américas es sólo una primera página.

Luis Arce Catacora, David Choquehuanca y los ministros de relaciones exteriores, además de las representaciones en organismos internacionales, obedecen lo que instruyen los países del ALBA. En algunos casos muy dramáticos como durante la guerra interna en Siria.

Arce copió las compras de su amigo peronista Alberto Fernández de la vacuna rusa contra el Covid 19, a pesar de que el gobierno de Jeanine Añez ya tenía gestionada la donación europea gratuita de inyectables validados. La historia de las Sputnik fue un dolor de cabeza para muchos y ahora también para el propio gobierno, con sus cuentas impagas.

La obediencia a las líneas de Moscú ha llevado al Estado Plurinacional a respaldar la invasión a Ucrania que afecta fuertemente la economía nacional. Las repetidas explicaciones del abogado Rogelio Mayta para intentar justificar las votaciones bolivianas eran tan insostenibles que rozaban el ridículo.

La amistad con la Rusia de Vladimir Putin no ha traído beneficios para el pueblo boliviano y contradice el ideal de los países no alineados. Se convierte en altamente peligrosa cuando además se habla de asuntos geopolíticos, bélicos, nucleares.

Aún más grave es la presencia iraní en Bolivia que toca áreas altamente sensibles. Irán inventó un canal masivo de comunicación para su amigo Evo. Abya Yala no es boliviano. El límite de la libertad de expresión es la soberanía de una nación. Jamás una potencia extranjera financió un medio de masas en la historia de Bolivia.

En el hospital iraní primaba una vestimenta extraña a los “usos y costumbres” del pueblo aimara. El actual régimen iraní representa lo contrario de la tradición libertaria boliviana, empezando por los cabellos sueltos frente al velo impuesto como mordaza. La Asamblea Legislativa no ha investigado realmente qué hace esa delegación diplomática, cuántos funcionarios tiene, donde se mueven, por qué, cuáles son sus hojas de vida.

Estas amistades rompen el centenario comportamiento boliviano de no agresión a los países vecinos. A pesar de las guerras que enfrentó la república desde hace dos siglos, Bolivia fue una nación pacifista y en su momento vanguardia en las votaciones antiimperialistas y anticolonialistas en Naciones Unidas.

Los partidos y coaliciones de oposición deberían expresar claramente su postura frente a la invasión a Ucrania, respaldar la desigual lucha de ese país que entrega vidas para defender la libertad en el mundo. ¿Por qué tanto silencio?

Hasta el papa Francisco, a veces tan peronista, se equivoca pidiendo a Kiev la rendición. Rusia ha conseguido poner sus fichas en América Latina, aunque el tablero ya no sea tan firme. Bolivia está a tiempo de buscar sus propias posturas según convengan al país y no a un grupo de amigos que se contentan con viajes, brindis y abracitos.

           

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