A pesar de que Santa Cruz es el epicentro de la pandemia en el país y las unidades de terapia intensiva (UTI) colapsan, los padres de familia e hijos insisten en celebrar en encuentros hasta de 600 personas

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12 de diciembre de 2021, 4:00 AM
12 de diciembre de 2021, 4:00 AM

Por: Eduardo Ruilowa

El aumento de casos positivos diarios de Covid-19 coincide con las fiestas de fin de año y las graduaciones de los estudiantes.

Cuando en el departamento se reportaba la segunda cifra más alta de la pandemia, por encima de los mil casos en un solo día, una docena de promociones pedía autorización al Comité de Operaciones de Emergencia Municipal (COEM) para realizar su ‘cena’ de promoción, algunas de ellas hasta con 600 y 800 personas. Otras, que obtuvieron permiso y se llevaron a cabo este fin de semana, fueron puestas en evidencia en las redes sociales.

“Estoy histérica, vivo de esto, de las celebraciones, pero al mismo tiempo entiendo que somos irresponsables por no pensar en los demás. Yo puedo pagar un seguro médico, o una clínica si me enfermo de Covid-19, pero, ¿y los garzones? ¿Quién les paga el hospital?”, dijo una persona que trabaja en eventos y que pidió no ser nombrada.

La molestia de esta mujer es que a pesar de la exigencia del 30% del aforo en sitios cerrados, el número de personas sigue siendo una amenaza para la salud pública. “Estamos trabajando en celebraciones de hasta 600 personas y si bien los hoteles y locales hacen pasar por ‘cena’ los eventos, ‘cena de gala’ es el nuevo apodo de las fiestas, es descabellado”, cuestionó la mujer que se comunicó con EL DEBER, pidiendo que se haga algo al respecto.

La denunciante dijo que en el COEM había como ocho madres y que algún funcionario sugirió que mejor se vayan al campo a celebrar, “allá no llegamos”, dijo.

El secretario municipal de Salud, Roberto Vargas, indicó que solo se están autorizando los actos de bachiller y las cenas con bebidas de acompañamiento y música de fondo.

Respecto a la cantidad de personas que pueden asistir a las cenas de graduación, aclaró que, si un salón es para mil personas, el 30% del aforo son 300; si es para 2.000, son 600; y si es para 3.000, son 900”. A esto agregó que mantuvo reuniones con los principales salones de eventos y hoteles de la ciudad para dejar en claro las medidas vigentes.

Según Vargas, los eventos que incumplan con las resoluciones del COEM estarán sujetos a sanciones, y la instancia encargada de realizar los operativos de controles es la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

El director de Espacio Público y Eventos Especiales, Freddy Urgel, manifestó que la Policía Nacional y la Fiscalía realizan controles los fines de semana de manera bastante rigurosa, y que también se hacen de lunes a viernes, con atención de denuncias telefónicas en la línea gratuita 800-12-5700.

“Nos manejamos por anillos y ocupamos casi toda la ciudad. Recibimos las denuncias y procedemos de acuerdo a la resolución 009/2021 del área metropolitana de alcaldes. Son las mismas medidas que se han vuelto a confirmar, pero con una excepción, las fiestas de graduación no están permitidas, solo el acto de graduación acompañado de una cena”, expresó Urgel.

La autoridad indicó que si se encuentra una fiesta que no cuente con los permisos necesarios o que incumpla con las medidas establecidas, se procederá primero al retiro y despeje del salón de eventos, y luego se aplicará la sanción al lugar y a las personas jurídicas que correspondan.

Urgel añadió que en los operativos realizados semanalmente se interviene un promedio de 40 lugares, incluidas las fiestas de graduación. Aseguró que el pasado 3 de diciembre, además, se procedió a clausurar las discotecas Show Time, Plan C, Nuvo y Mamba Negra, y que se dejó citación a lugares como Antojito, Rincón Chaqueño, Son de las brasas, Doña Lucha y Villa Bella.

También manifestó que empezarán a ser más severos en cuanto a los controles. “Hemos pedido cooperación a la Fiscalía para que pueda iniciar procesos penales por atentado a la salud a las personas que vayan en contra de las resoluciones dictadas por el Gobierno Autónomo Municipal”, dijo.

Los jóvenes, dolor de cabeza

Urgel aseveró que el problema mayor para el descontrol está en la juventud, ya que es la más asidua a realizar fiestas de cumpleaños, juntes de fraternidades y comparsas y frecuentar bares y discotecas, descuidando las medidas de bioseguridad.

Adelantó que desde la Dirección Municipal de Espacio Público se está trabajando en un proyecto que pretende ejercer un control más completo en las discotecas de la ciudad, que consistirá en la implementación de manillas codificadas donde se podrá verificar mediante una aplicación si las personas cumplen con el esquema de vacunación y también se pueda controlar el aforo permitido de los espacios.

Amenaza

Con más de mil casos diarios, casi un centenar y medio de personas ocupando camas en Unidad de Terapia Intensiva (UTI), y otras a la espera de conseguir un espacio para ser atendidas, el Comité de Emergencia Municipal (COEM) dispuso en su última resolución la prohibición de las fiestas masivas o eventos que incluyan bebidas alcohólicas y música con artistas o conjuntos en vivo, esto para evitar las aglomeraciones y disminuir los contagios.

EL DEBER recorrió varios puntos de la ciudad el fin de semana pasado, y cada vez se nota mayor movimiento nocturno. En el centro de la ciudad, los boliches están en efervescencia, con jóvenes y adolescentes haciendo fila, la mayoría sin barbijo, especialmente en la calle Buenos Aires y 24 de Septiembre.

En Villa Fraterna, el viernes se encontró un par de fiestas bailables y con importante cantidad de invitados, mientras que en la zona de la ex Terminal y en la Villa Primero de Mayo, las rocolas trabajaron con normalidad.

En los salones más grandes de la ciudad, donde por lo general se llevan a cabo las “cenas” de graduación, se cerraron las puertas principales que dan a la calle, y tal como explicó la mujer que trabaja en eventos, el ingreso era por el parqueo, de tal modo que la cantidad de gente se volvía menos visible para los transeúntes.

Hace dos fines de semana, los ex alumnos de colegios también celebraban encuentros, y las fotos en redes sociales no mienten: el barbijo cada vez queda más relegado, mientras que desde el Sedes repiten recomendaciones que parecen diluirse.

Ximena Jiménez, organizadora de acontecimientos, reconoció que sin duda este sector se vio fuertemente golpeado con las restricciones que se dieron a causa de la pandemia. Dijo que muchas empresas desaparecieron, otras redujeron su personal, y que definitivamente las fiestas de fin de año son una gran oportunidad para generar ingresos y lograr un equilibrio económico.

Sin embargo, asumió que es consciente de la importancia de ciertas medidas implementadas por el Municipio cruceño, y dijo que su empresa es muy respetuosa con las mismas.

“Hubo graduaciones que se cancelaron, otras se postergaron, y lo que estamos haciendo como organizadores, particularmente en nuestro caso, es pedir que los padres cuenten con la autorización por escrito del COEM y cumplan con el alcance permitido. En caso de que no suceda, nuestra recomendación como empresa es postergar el evento hasta que la situación lo permita. Obviamente queremos generar ingresos, pero entendemos el peligro al que se exponen las familias” expresó Jiménez.

La organizadora reconoció que hay colegios que se arriesgan a tener su evento y las consecuencias son para los padres, responsables de solicitar el servicio.

Asimismo, señaló que a la industria de eventos le gustaría tener un mayor acercamiento con el COEM, ya que la anterior gestión municipal les permitió mucha comunicación y trabajo en equipo. “En esta gestión hemos solicitado reuniones, pero lamentablemente no nos han dado cita. Debe ser un trabajo en conjunto para analizar la situación y no afectar tanto a esta industria”, sugirió.

El peligro de los eventos masivos

El infectólogo y especialista en Epidemiología, Juan Saavedra, considera que las medidas adoptadas por la Alcaldía y la Gobernación para controlar la cuarta ola son insuficientes y sugirió suspender los eventos masivos en su totalidad.

El especialista hizo referencia a un estudio realizado por la Universidad de Washington, que demostró que en estos momentos el cumplimiento de las medidas de restricción y bioseguridad en el país es del 35%, lo que catalogó como una gran falla a la hora de bajar las infecciones.

“La irresponsabilidad es de las personas, pero por otra parte, cuando se requieran permisos para una actividad o evento, se debería asignar a un funcionario de la Alcaldía para que verifique en algún momento de la reunión el cumplimiento del aforo y las medidas de bioseguridad. Si no se cumple, se debería suspender y sancionar a los infractores”, expresó Saavedra.

También se refirió al proceso de vacunación en el departamento, que para su criterio es muy bajo. Solicitó a las autoridades municipales y departamentales que compren más vacunas de alta eficacia, de tal modo que la población sepa que hay una mayor disponibilidad de inmunizantes y el porcentaje de personas con esquema de vacunación completa aumente.

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