El CEO de Millicom cree que la billetera móvil permitirá que las personas accedan a créditos a través del teléfono celular en pocos años más.

28 de agosto de 2022, 4:00 AM
28 de agosto de 2022, 4:00 AM


Impecable, con un traje negro que hacía juego con un pañuelo puesto en la solapa, apareció Mauricio Ramos en el centro ejecutivo del hotel Marriott Santa Cruz de la Sierra. Este hombre, delgado y joven, es el director ejecutivo de la transnacional Millicom. Conoce a detalle la operación en Bolivia y su presencia en el país coincidió con un evento que reunió a unos 2.000 maestros de todo el país que se formaron a través de 'Maestros Conectados', un programa que ya se está exportando desde Bolivia a las otras operaciones que tiene esta transnacional en el mundo. EL DEBER dialogó con este colombiano, del presente y del futuro, de los sueños y de las realidades que se van construyendo en un negocio que se ha hecho vital para la convivencia en la actualidad.

El primer elogio es 'Maestros Conectados'. Con orgullo decía: “Llegaron maestros y maestras de todas partes del país, haciendo viajes largos. Ellos se dieron a la tarea de tomar los cursos y volverse mejores docentes para el mundo digital, con una idea que surge en un contexto de emergencia por la necesidad de hacer algo por otros. El resultado permitió alcanzar a 170.000 maestros aprendiendo herramientas para enseñar digitalmente. Un programa que nació en Bolivia durante la pandemia, que hoy hemos exportado a todas las operaciones de Tigo en 9 países y tiene más de 250.000 profesores conectados. Se va a convertir en uno de los proyectos más lindos de los últimos tiempos”.

Millicom es un proveedor de servicios de telecomunicaciones fijas y móviles en América Latina a través de su marca Tigo.

_ ¿Qué proyectos hay para mejorar el acceso a la banda ancha en Bolivia?
Lo que importa es la velocidad a la que estamos avanzando. En 2015, la red de banda ancha fija al hogar tenía disponibilidad de alcance a 150.000 casas y, de esas, solo 15.000 tenían el servicio. Hoy se ha llegado a 1,7 millones de casas que tienen disponibilidad de banda ancha. Solo este año estamos construyendo acceso a 265.000 nuevos hogares. Creemos que en unos dos o tres años vamos a cubrir 2,7 millones. Es como alfombrar con fibra todo el país. Hemos pasado de 15.000 hogares con banda ancha a 700.000. En 2015 navegábamos en kilobytes, hoy estamos en cientos de megas y dentro de poco hablaremos de gigas.
En cuanto a la red móvil, en 2015 era fundamentalmente una red de voz, hoy en día la red 4G cubre todos los municipios de Bolivia y el 70% de los usuarios utiliza banda ancha en el móvil. El consumo es a precios asequibles y el uso crece un promedio del 18% a precios estables.
En cuanto a la digitalización de las empresas, en 2020 se aprobó un proyecto para el primer centro de datos, al máximo nivel a escala mundial. Se terminó de construir durante la pandemia con una inversión de $us 20 millones. Es un centro como el que hay en cualquier país desarrollado del mundo. Entiendo que 49 empresas grandes de Bolivia lo están usando y están avanzando en el uso de herramientas de acceso a la nube, conectividad de primera línea y plataformas digitales. Hay 22.000 pequeñas empresas que están usando Tigo Business, lo que significa que Bolivia está cada vez más cerca de la conectividad que queremos.


_¿Qué significa Bolivia para Millicom?
En términos de cariño, es uno de nuestros primeros países; ya llevamos 31 años en Bolivia. En términos financieros, la mayoría de nuestros países contribuye más o menos lo mismo, con alguna excepción, y Bolivia está ahí contribuyendo con entre el 10% y el 12% del negocio. Pero con unas características muy distintivas. En primer lugar, Bolivia es una cuna de talento que exportamos al resto de nuestras operaciones; gran talento humano, empresarial y digital. Por ejemplo, nuestro gerente actual en Bolivia también fue gerente de una de nuestras operaciones en África. (Este país) es cuna de ideas que se exportan al resto de las operaciones. 

_¿Cómo está la salud de Tigo en este momento post pandemia?
Negociamos en la Bolsa de Estocolmo y de Nueva York. La propiedad de Tigo es una propiedad dispersa, fondos de inversión que ven el desarrollo digital a través de los ojos de Tigo. Los montos que se necesitan financiar para el desarrollo de las autopistas digitales son billonarios. Y contamos con gran apoyo por la digitalización de los países en los que operamos.
Cuando hablo con los inversionistas, les explico que estas son economías mucho más estables de lo que se imaginan, con crecimientos interanuales de su producto interno bruto. Más estables políticamente de lo que a veces pensamos internamente. Llevamos 31 años y Bolivia y ha crecido consistentemente. A veces los titulares se quedan en la crisis del momento, pero en el largo plazo, se trata de poblaciones jóvenes, con una clase media que va creciendo y, por tanto, adoptando cada vez más productos digitales.
Nosotros, en el fondo, trabajamos para cuatro grandes jefes. Los inversionistas, que son los que ponen el capital y que deben tener un retorno para financiar la inversión del próximo quinquenio. El país tiene que sentir y saber que las autopistas digitales se están construyendo. Tiene que funcionar también para los empleados. Nada nos complace más que saber que Tigo es Great Place to Work en Bolivia y en Latinoamérica. Es el segundo mejor empleador entre todas las multinacionales. Entonces, tiene que funcionar holísticamente para toda la sociedad.

_ Lo que usted dice contrasta con las observaciones de que falta seguridad jurídica y que hay restricciones para hacer empresa en Bolivia.

Todo eso es cierto y también es cierto que hay una oportunidad de crecimiento, que hay un compromiso grande con la región de que tenemos que seguir saliendo adelante. Entonces sí, en todos nuestros países de América Latina a veces podríamos ser un poco mejores en darle libertad al empresario, sin duda, podríamos poner menos trabas, también. Pero también creemos en las oportunidades, en la gente, en talento, en mayor estabilidad.

_¿Podría Bolivia soñar con tener un nivel de internet similar al de EEUU, por ejemplo?
Sin duda hay que seguir trabajando para que eso sea cada vez más cierto y cercano. Todos los años, tú como usuaria, consumes un 20% o 30% más, por más o menos el mismo precio y a mejores velocidades. La tasa a la que estamos avanzando es inmensa, estamos navegando a megas y pronto llegaremos a gigas. Yo no me preocupo excesivamente porque estamos llegando ya muy rápido. Incluso durante la pandemia, aumentamos las capacidades entre un 40 y 50 por ciento. Y hemos avanzado. Bolivia, por su posición geográfica no ha tenido históricamente el acceso que han tenido otros países, que tienen landing points al lado del mar. Hoy tenemos 4 puntos de salida para Bolivia; hace 5 años teníamos uno solo. Y a fin de año vamos a conectar la operación de Tigo de Bolivia con la de Paraguay y así habrá un quinto lugar de salida, habrá mayor velocidad y menor costo.

_¿Es Tigo la operadora más grande de Bolivia?
Espero que sea la más querida y aquella que cada vez entrega lo que los bolivianos necesitan. Nuestro objetivo no es ser el más grande ni el más poderoso, sino ayudar a la innovación, al desarrollo y sobre todo a la incursión digital de los bolivianos, de la mano de los otros operadores. Para nosotros es muy importante un ecosistema que sea estable en el largo plazo. 

_¿Y los desafíos?
Queremos ayudar a más digitalización y tenemos uno de los retos más lindos, creciendo en más tasas de desarrollo en Bolivia que en muchos lugares del mundo. Se llama Tigo Money.
Yo creo que en los próximos 2 o 3 años, quizás antes, Bolivia y otros países en los que opera Tigo va a estar haciendo uso de los pagos móviles digitales con una avanzada tecnológica que va a superar a los mejores países del mundo. Las tasas de bancarización en Bolivia son bajas, pero la necesidad de hacer pagos digitales es alta. El 100% de los bolivianos tiene un teléfono digital (y eso permite) que nos podamos bypasear, saltar una etapa y entrar a estadios que solo los países desarrollados están haciendo hoy: el uso de las billeteras móviles digitales. La tecnología existe y estamos trabajando de la mano de los pequeños negocios para que acepten los pagos en el celular con el uso de un código QR.
Es facilísimo. Tienes una billetera móvil de Tigo, tienes unos recursos ahí, confías en que nosotros sabemos hacerlo y con una transacción móvil, segura, digital puedes pagar tu taza de café. 

_¿Esta unidad de negocios ha tenido un crecimiento grande en Bolivia?
Ya en el año 2021, saliendo de la pandemia, Tigo Money movió un billón de dólares en transacciones chiquitas, pagando una cuenta o enviando dinero; un billón de dólares en transacciones y un millón de usuarios.

_¿Qué podemos esperar de aquí a 5 años de las prestaciones de un teléfono inteligente?
Yo creo que la revolución grande que está ocurriendo en este minuto es el uso del celular como billetera móvil. A fin de año vamos a estar en 8.000 comercios donde se recibe Tigo Money. Entonces tu billetera va a ser móvil, más formal, más segura y puedes tener una relación que te diga en qué gastaste toda la plata.
Hoy en día, pocos tienen una relación bancaria. Más o menos el 30 o el 40% de los bolivianos hace parte del sistema financiero. Eso significa que tampoco tienen acceso a crédito formal y, cuando no se tiene acceso a financiamiento, se frena el desarrollo. Entonces, el 50 o 60% de los posibles motores de desarrollo de Bolivia están sin acceso al crédito formal o en manos de usureros.
A través del móvil se van a poder hacer, como en otros países, pequeños créditos de capital de trabajo para la pequeña empresa. A través del móvil, vas a poder poner al 60% de la población que no tiene acceso al crédito a tener una forma de crédito. Eso es una revolución de empoderamiento al pequeño empresario en una economía que hoy es informal.

_¿Y eso afectará a la banca?
No. Es aquí donde a veces nos equivocamos. Pensamos que la torta es de un tamaño y hay que repartirla, lo que hay que hacer es ampliarla. Del 85 al 90 por ciento de los usuarios de Tigo Money no tiene relación con la banca, nunca la han tenido. Están por fuera del sistema financiero. Entonces, estamos expandiendo.
No es una competencia para el sector bancario, sino hacer que miembros de la comunidad puedan vincularse. De hecho, Tigo Money está conectado al sistema bancario y estamos haciendo que ese mar sea más grande. Esa es la razón por la que al Banco Mundial y a otros organismos les gusta eso, ayuda a que haya un sistema financiero más amplio.

_Y más adelante, ¿qué más podemos esperar de los teléfonos inteligentes?
¿Qué podemos esperar? En algún momento, el teléfono va a migrar a algún otro lugar en el que sea cómodo. Fíjate cómo todo ha migrado al teléfono: la pantalla, la billetera, el computador también migró al teléfono. Yo me imagino que, en un futuro no distante, el teléfono va a migrar a las gafas y que las gafas van a tener una pantalla interpuesta y que la realidad aumentada va a vivir ahí.

_Tigo es Great Place to Work en Bolivia y en Latinoamérica. ¿Cuáles son las claves de gestión humana?
En mi opinión, primero es creer en la gente, creer en los equipos, darles espacio, empoderarlos. Lo esencial a mi entender, y esto es algo que tiene que hacer el grupo directivo, es que la empresa tenga un sentido de propósito. Cuando la gente piense en el aporte de Tigo, tiene que ver la creación de estas autopistas digitales que permiten que nuestras comunidades se desarrollen cada vez más.

PERFIL

Mauricio Ramos, nacido en Colombia, es director ejecutivo de Millicom desde 2015. Uno de los propósitos empresariales bajo su liderazgo es construir autopistas digitales que conecten a las personas. Antes, fue presidente de la Industria de Comunicaciones Digitales. También fue director del Sistema Global para Comunicaciones Móviles, entre otras funciones.