26 de abril de 2023, 4:00 AM
26 de abril de 2023, 4:00 AM


“La cooperativa de teléfonos (Cotas) fue todo un símbolo del despegue de Santa Cruz, una muestra de la capacidad que tuvo el cruceño de gestionar la atención de sus necesidades. Nos preguntamos qué dirían en este momento los que sembraron el cooperativismo como la alternativa de desarrollo de Santa Cruz”, reza un Editorial de EL DEBER del 16 de abril pasado (“Cotas, víctima de la impunidad”).

El párrafo anterior me aguijoneó para escarbar parte de la historia de nuestra cooperativa hasta llegar a la fuente primaria desde su inicio. Me encontré frente a un hombre emblemático: Luis Rubén Terrazas Aponte, aquel joven jurista brillante, titulado en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y con un posgrado en Nueva York.

Formó parte de una pléyade de cruceños lúcidos y visionarios que lideraron un movimiento regional entre la década delos 50 y 60 del siglo pasado, legándonos el principio de la modernidad en esta región. Luego del triunfo ciudadano del 11% de las regalías sobre el centralismo, Santa Cruz de la Sierra contaba con casi 60.000 habitantes, una ciudad que no gozaba de luz, agua y teléfono como muchas de las otras capitales hermanas.

Ya en aquel entonces el doctor Luis Rubén Terrazas era abogado de la entonces llamada Cámara de Comercio. El comienzo de Cotas arranca en la calle Suárez de Figueroa, donde funcionaba la Cámara de Comercio, hoy Cainco. Aquella institución nació el 5 de febrero de 1915, avalada por el prefecto de entonces, Saúl Serrate Vaca Díez (1885-1920).

Esta centenaria y egregia organización empresarial fue germen de donde surgirían iniciativas para forjar las cooperativas de servicios públicos, la Feria Exposición, ya planeada previamente por la Universidad estatal en el barrio Palermo, hoy campus universitario, y otros importantes proyectos. Habiéndose contactado con la empresa OKI del Japón para instalar una central telefónica, se resolvió crear una cooperativa, sustentada en una vieja ley que pocos la conocían.

Visitaron al Gobierno central para obtener el aval correspondiente, que fue aceptado siempre y cuando no paguen sus cuotas los teléfonos de las oficinas públicas. Esta condición la consideró inaceptable don Luis Rubén Terrazas, por ir contra el espíritu del cooperativismo, actitud que no fue del agrado de la comisión empresarial.

Finalmente, el 16 de octubre de 1960 se firma el acta de fundación de Cotas. Entre sus miembros estaba el doctor Luis Rubén Terrazas, quien más tarde propuso que en reemplazo del aval solicitado al Gobierno central, se hipotecara el edificio de la Cámara como garantía del crédito a favor de la firma japonesa, que había ganado la licitación de la nueva central.

Su directorio aprobó esta iniciativa y luego, ambas partes (OKI y Cámara de Comercio) delegaron al doctor Terrazas la elaboración del contrato, otorgándole plena confianza en su redacción. Dicho crédito de casi medio millón de dólares fue cubierto antes de cumplirse dos años. De esta manera, Cotas inició sus operaciones en 1963 con 6.000 dólares de capital y 2.000 líneas telefónicas, y ya en 1967 contaba con 4.600 teléfonos y 6.000 líneas, avizorando un futuro de mucho éxito (José Luis Roca, Economía y Sociedad en el Oriente Boliviano. 2001).

Al haber cumplido el doctor Luis Rubén Terrazas 99 años de vida este pasado 19 de marzo, manifiesto mi reconocimiento público al cruceño que ayudó a forjar el Santa Cruz que hoy enorgullece a todos.

Como decimos por estos lares: en señal de respeto y profunda admiración “me quito el sombrero” para saludar a este gran patricio, que no recibió todos los homenajes que se merece, sea por olvido, omisión o ingratitud. Gracias por todo lo que hizo ‘don Lulo’.

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