En el centro municipal El Tatú hay más de una veintena de enfermos Covid-19 que deben resolver su alimentación, incluso con comida chatarra, independientemente de que tengan patologías de base

22 de junio de 2021, 5:00 AM
22 de junio de 2021, 5:00 AM

A la familiar de Justo Rodríguez, un dirigente de barrio que estuvo internado en el hospital de segundo nivel El Tatú, le pareció curioso que acepten pacientes recluidos, pero que no les den la alimentación correspondiente.

Para la buena suerte de Justo, su hermano vive cerca del hospital de segundo nivel, y además se alimenta de forma saludable. Así que tuvo aseguradas al menos sus tres principales comidas del día, y con dieta blanca, de tal modo que minimizó riesgos, al ser diabético y tener un solo riñón.

Varios médicos que atienden a estos enfermos de Covid-19 se declararon molestos porque desde hace tiempo, en cada jornada, mientras tratan de cuidar y restaurar la salud de sus pacientes, lidian con una alimentación de estos, basada por lo general en la comida chatarra, debido a que se cortó el servicio de catering del hospital municipal.

“Está pasando algo extraño, mientras nosotros tratamos de arreglar muchas falencias, hace ya varias semanas que no hay comida, tenemos 26 pacientes internados que deben traerse sus propios alimentos”, dijo uno de los médicos que pidió el anonimato por temor a represalias.

Según una de las enfermeras, un gran problema puede detonarse con los pacientes que presentan patologías de base, que no son pocos, y a quienes los familiares les llevan comida tres veces al día, muchas veces de la calle.

Comen lo que pillan, los encontramos en circunstancias que no son las más recomendables. Por ejemplo, un paciente diabético desayunando salteñas, y también los hemos visto con pollos y hamburguesas”, lamentó la enfermera. Martha Ardaya es una de las pacientes con comorbilidad. Tiene problemas de presión arterial, chagas, “corazón crecido” por la inflamación del músculo cardíaco y, encima, Covid-19.

Su hija dice que le cuesta mucho encontrar comida saludable, y a menudo se ve obligada a comprarle de la calle, y llevársela tres veces al día.

Al hijo de Roxana Gallardo le toca también buscar comida a diario, varias veces en la misma jornada, pero trata de no amargarse porque más puede su felicidad de ver la evolución de la salud de su progenitora, a pesar de que es consciente de la alimentación deficiente.

Se hace esperar

El personal de salud de El Tatú hizo llegar a EL DEBER una carta de enero de este año, remitida por el ex director de este hospital municipal, y dirigida a la subdirectora de la Red Municipal de Salud Este, solicitando el servicio de alimentación para médicos, enfermeras, personal administrativo y pacientes Covid-19 por un periodo de 365 días

Sin embargo, el personal actual aseguró que hasta la fecha no se recibió respuesta alguna. La solicitud estaba acompañada de un informe técnico y justificativo para demandar las 40 raciones diarias de alimento. 

“Ante la declaratoria de emergencia por la pandemia, y con la finalidad de atender de forma rápida y oportuna la prevención, control y atención de la situación, solicito la contratación de emergencia del servicio de alimentación para el personal médico, administrativo, y pacientes del centro de salud El Tatú, de la Red Municipal Este”, dice la misiva, con fecha 29 de enero. 

Al consultar sobre la falta de alimentación en El Tatú, desde la Secretaría Municipal de Salud respondieron que la dotación de alimentos para este lugar se encuentra en solicitud de requerimiento, ya que antes era provista por el Hospital de la Villa Primero de Mayo. “Ante esta situación, el alcalde nos pidió que en el menor tiempo posible se rescate este hospital, dadas las condiciones en que fue dejado por la anterior gestión. Se aperturó como centro Covid-19, fortaleciendo con personal de salud, se cambió al director y se dotó de generadores de oxígeno”, informaron.

Otros centros

EL DEBER indagó en otros centros de segundo nivel para saber si atravesaban por la misma situación. En los hospitales de la Villa Primero de Mayo y el Francés no falta la alimentación para los pacientes, aseguraron que nunca se cortó este servicio, probablemente porque tienen cocina propia. “Acá no hay ese problema”, aseguró Jorge Mendoza, subdirector del Francés, que cuenta con 120 camas. 

El Tatú puede acoger a 60 pacientes. El personal cree que se quitó temporalmente el servicio porque había bajado la afluencia de los enfermos, al punto de que solo se tenía internadas a cuatro personas.

PARA SABER

CENTRO COVID-19

El Hospital El Tatú es un establecimiento que en este momento acoge a pacientes con coronavirus. Su capacidad es para 60 camas y hace dos semanas que tiene un nuevo director, que antes fue jefe médico de La Pampa.

PATOLOGÍAS DE BASE

Los enfermos por coronavirus, que adicionalmente presentan comorbilidad, tienen más riesgo de fallecer y son parte de un grupo vulnerable. Por eso la preocupación de los médicos de que cuenten con la alimentación adecuada durante toda su internación.