Analistas consideran que aún se siente el efecto de la pandemia en la economía del país. El valor de la merma es igual al negocio de soya y granos que generó $us 1.600 millones en 2021

13 de marzo de 2022, 4:00 AM
13 de marzo de 2022, 4:00 AM


Las transacciones en el mercado de valores e inversiones realizado bajo el paraguas de la Bolsa Boliviana de Valores S.A (BBV), durante 2021, registró un volumen de operaciones menor en $us 1.606 millones con respecto a 2020.
De acuerdo con la BBV, en 2021, el mercado bursátil transó $us 11.489 millones, mientras que, en la gestión pasada el valor negociado fue de $us 13.095 millones.

A manera de comparación esta reducción del 13,7% es similar a los $us 1.600 millones que, en 2021, generó la cadena productiva de soya y granos en el país o muy cercana a los envíos de remesas que el año pasado sumaron $us 1.400 millones.

Germán Molina, analista económico, indicó que esta situación es el reflejo de la economía nacional, que aún siente el impacto de la pandemia y que se traslada a la actividad bursátil donde los emisores y los inversionistas cuentan con menor circulante, por lo que son más cautos a la hora de destinar sus recursos.

Molina sostuvo que si bien hay una lenta recuperación en el desempeño económico y las empresas están comenzando a tener cifras cercanas a las de 2019, la mejora no es igual para todos los agentes económicos.
Dunia Barrios, gerenta de la Asociación Boliviana de Agentes en Valores (ABAV), precisó que los menores volúmenes operados en la BBV, no se pueden atribuir a que en 2021 hubo incertidumbre o inestabilidad en el sector bursátil.

Para Barrios, los menores volúmenes negociados en la BBV, demuestra que el mercado de valores forma parte de la economía el país y si esta se desacelera, su efecto se siente en el desempeño bursátil en donde los agentes económicos no cuentan con los mismos recursos para realizar emisiones o invertir.

Mercado bursátil boliviano

El mercado de valores e inversiones en el ámbito bursátil trabaja con dos instrumentos financieros: la renta fija y la renta variable. Son productos negociables y transferibles. En el caso boliviano es la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), la encargada de regular y fiscalizar el negocio bursátil que se desarrolla en la BBV, mientras la Ley 1834 del Mercado de Valores, vigente desde 1998, es la base normativa en la que se apoyan los otros actores como los emisores (los que necesitan plata), los inversionistas, las agencias de Bolsa, la Entidad de Depósito de Valores de Bolivia (EDV) y los calificadores de riesgo.

En este contexto, Jaime Dunn, especialista financiero, señaló que el mercado bursátil nacional es reducido porque se realizan pocas transacciones. El principal cliente son las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), seguidas por la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI).

Dunn señaló que, en 2020, la pandemia aceleró la digitalización en la BBV y lo transado en la bolsa fue superior a 2019 que llegó a los $us 12.049 millones, pero que en 2021 el comportamiento no fue tan robusto debido a que la economía todavía no logra una plena y pareja recuperación.

Otro aspecto que el analista considera negativo en 2021, fue el intento, del Ministerio de Economía, de crear nuevos impuestos y de modificar otros, en el sector bursátil, incluidos en el PGE 2020 y que luego fueron retirados en 2021, lo que generó una incertidumbre que aún continua, pues según Dunn, en las reglamentaciones siguen vigentes esos anuncios de cambios tributarios. Ello provoca malestar en un sector de la economía que desde hace más de 20 años tenía claras las reglas.

Para el experto, otro factor negativo que limita el desarrollo de la actividad bursátil es la Ley 1838 que la define como la más antigua de la región.
“La ASFI tiene regulaciones solo controladoras y policíacas, que se entienden si buscan proteger el nacimiento de un mercado bursátil, pero éste ya se nació hace décadas. Entonces, es tiempo de impulsar su desarrollo, modernizarlo bajo los acuerdos de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (Iosco por sus siglas en inglés)”, observó.

Gorka Salinas, experto en mercados bursátiles, hizo notar que la actividad en la Bolsa Boliviana es limitada por la baja participación de agentes que no sean institucionales y con un mercado de renta variable que no se ha desarrollado a pesar de los grandes esfuerzos del sector de la BBV.
Sobre la variedad de los instrumentos financieros que se pueden transar en la BBV, Salinas considera que no hay muchas alternativas y que, de alguna manera, el efecto de las tasas de interés productivas -artificialmente bajas- y algunas otras políticas hacen que las personas naturales no encuentren alternativas de renta fija adecuadas para los riesgos implícitos. 

Así, por el volumen negociado, la BBV, en relación con las demás bolsas de Sudamérica y Centroamérica ocupó el séptimo lugar, por encima de República Dominicana que transó, en 2020, $us 11.198 millones, tuvo un mejor rendimiento que la bolsa de Panamá que logró operar $us 8.122 millones, o que la de Lima (Perú) que sumó $us 5.761 millones. Pero quedó muy atrás del segundo puesto, que es ocupada por la bolsa de Santiago (Chile) que negoció $us 875.119 millones, o del tercer lugar que correspondió a la bolsa de valores de Colombia que operó $us 417.034 millones.

Una opción que domina

Desde la BBV informaron que, en 2021, del total transado, $us 11.489 millones, un 99,35% correspondió a las operaciones de renta fija, que generaron $us 11.477 millones, mientras que, la renta variable solo alcanzó los $us 11,4 millones
Las opciones que ofrecen la renta fija son los Depósitos a Plazos Fijos (DPF), los bonos de los bancos, los valores del Banco Central de Bolivia (BCB) y del Tesoro General de la Nación (TGN), mientras que las opciones de la renta variable son las acciones que ofrezcan las empresas nacionales que cotizan en la Bolsa.

Al respecto, Barrios subrayó que el mercado bursátil nacional no es muy diversificado, porque no se ha logrado desarrollar nuevos instrumentos financieros y ante la consulta sobre si esta situación se debe a la actual Ley de Mercado de Valores, la gerenta indicó que la norma se enmarca en las necesidades del sector, pero donde se debe trabajar de forma específica en algunos reglamentos que deben ser modificados y actualizados.

Una muestra de la baja penetración bursátil es que, de una base empresarial, de más de 300 compañías, formalmente constituidas, que su estructura es transparente y que calificaría para emitir valores, solo 69, de un total de 146, operan en la BBV.

Salinas considera que es menester un mayor apoyo gubernamental mediante políticas e incentivos. Adicionalmente, los propios empresarios aún no han dado el salto de ver el mercado de valores como una alternativa real de financiamiento tanto de deuda como de capital, puntualizó el especialista.