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Milicias costosas

26 de abril de 2021, 7:32 AM
26 de abril de 2021, 7:32 AM

El partido de gobierno está repitiendo, con regularidad que se hace más frecuente, su deseo de crear milicias armadas para defender el “proceso de cambio”.

La frecuencia de los anuncios aumenta con los descalabros electorales que sufre el partido del cocalero Morales, y ahora se ha convertido en un angustioso clamor.

Quiere este partido desandar la ruta que hicieron los militantes de las FARC de Colombia, que se iniciaron como guerrilla y ahora aspiran a tener el rol de un partido democrático.

Las FARC comenzaron por tener un ejército de guerrilleros, que se hizo cada día más costoso. Lo costearon con los ingresos del narcotráfico y luego debieron incluir la industria del secuestro.

Era un ejército con generales, tropa y su tropa de secuestrados, además de las “visitadoras” que no faltan en ningún ejército. Necesitaban celulares muy costosos, con servicio satelital, helicópteros, aviones…

Si tomaran ese camino, los cocaleros bolivianos tendrían que cerrar las zonas que pretenden dominar. Sería una guerra con control territorial, que requiere una logística complicada y muy cara. Lo que los llevaría a algo muy peligroso: tendrían al ejército boliviano en frente, pues le estarían disputando el monopolio de las armas, del que habla la constitución.

Las Fuerzas Armadas bolivianas no podrían mirar para otro lado, como hacen ahora. Los comandantes serían elegidos de entre los oficiales con más digna carrera, y no como ahora, que los eligen porque estuvieron en el Chapare.

La única esperanza que tendrían estos guerrilleros improvisados sería llegar a un abrazo fraterno y revolucionario con los combatientes del peruano Sendero Luminoso.

Este grupo maoísta, que controla las explotaciones de coca y de oro en la región amazónica comprendida por el valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro, exigiría tomar el control de la operación binacional. Las áreas cocaleras de ambos países están a punto de juntarse, según dicen informes de la ONU.

Y allí la cosa se pondría color hormiga. Sería la primera guerrilla binacional en la historia.

Lo que llevaría a que el partido en cuestión plantee a los bolivianos la opción de sumar el país a la cruzada internacional de las autocracias, que se enfrentan ahora a la alianza de países democráticos propuesta por el presidente Joe Biden.

Las autocracias cuentan con China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina y Bolivia, y con la simpatía de Vaticano, ahora que está a cargo del peronista Bergoglio, quien puso en un puesto clave de la Santa Sede al terrorista argentino Juan Gravois.

La guerra que está por comenzar tiene a Bolivia en el bando de los musulmanes. Los bolivianos tendrían que ser consultados para aceptar semejante cambio.

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