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24 de mayo de 2024, 4:00 AM
24 de mayo de 2024, 4:00 AM

La tensión en el Movimiento Al Socialismo escala a niveles insospechados y lleva a acusaciones mutuas entre Evo Morales y autoridades del Ministerio de Gobierno, además de amenazas de muerte que son inaceptables. El expresidente dice que en el Gobierno hay encubrimiento al narcotráfico y victimiza a los cocaleros del Trópico de Cochabamba. En contrapartida, el ministro de Gobierno acusa a Morales de liderar el sindicato en cuyo territorio hay más hallazgos de fábricas y laboratorios de droga. El ida y vuelta es tan grave que es menester investigar y sancionar, porque se está poniendo en evidencia oscuras vinculaciones en esos niveles del poder político.

Hace unos días, Evo Morales dijo que los narcos iban a matar al viceministro de Defensa Social, Jaime Mamani. “¿Sabes qué dicen los compañeros de base? ‘¿Este Jaime Mamani qué estará haciendo?’ Cuando ya no sea viceministro los narcos lo van matar”, afirmaba muy suelto de cuerpo. Intentaba reforzar la acusación de que la autoridad nacional extorsiona a los traficantes de droga, pero las palabras adquieren una connotación muy significativa tratándose de un expresidente de Bolivia que sabe lo que piensan los mafiosos.

¿Cuál puede ser la excusa para semejante atrevimiento? Pues ninguna y, en otras circunstancias, el solo haber expresado la amenaza da para iniciar una investigación en su contra.

Pero el ida y vuelta fue más lejos aún. Ante la insistencia de Morales en las acusaciones a Mamani, el ministro de Gobierno desveló turbios intereses. Dijo que el expresidente se molestó con el viceministro cuando éste se rehusó a llevar al director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico al Chapare a conversar con Evo Morales. También dio a conocer que, tras el cambio de funcionarios que miden los cultivos de coca, el exmandatario está organizando movilizaciones de cocaleros de su región.

A su vez, Mamani respondió en sus redes sociales, pidiendo que Evo Morales deje operar a los efectivos antidrogas en Villa Tunari, lo que deja ver que en este momento no ingresan con libertad a la zona a hacer su trabajo.

Son todas gravísimas acusaciones que no pueden ser pasadas por alto. Si el Gobierno tiene evidencias de lo que indica, debe tener tuición para que haya presencia del Estado en todo el territorio nacional y que Chapare deje de ser una zona sin Dios ni ley. Al mismo tiempo, si el sindicato de Evo Morales tiene la región con más fábricas de droga y eso está claramente identificado, es urgente que se acaben las concesiones políticas y empiece a operar la ley en su más estricto significado.

El precio que se paga por esta situación es muy elevado. Por un lado, se pierde la confianza ciudadana de forma acelerada. Por otro lado, la imagen del país y de la lucha nacional contra el narcotráfico queda en entredicho, porque a las acusaciones y amenazas no se las lleva el viento. Alguien tiene que responder por ellas.

Un agravante es que se ha conocido que la ayuda de la Unión Europea ha caído un 60 por ciento. Los recursos económicos, así como el apoyo operativo son estratégicos en una lucha que, sin estos, sería desequilibrada.

Es entonces urgente que el Gobierno muestre señales claras para poner orden. El país merece eficiencia en la lucha contra las drogas y, sobre todo, respeto y seriedad.

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