Opinión

Negros presagios

15 de octubre de 2020, 5:00 AM
15 de octubre de 2020, 5:00 AM

La del domingo será una lucha desigual.

En elecciones sobre las que no pesará, como en la década pesada, la sospecha de intervencionismo gubernamental, una organización se enfrentará a improvisadas alianzas y agrupaciones ciudadanas que, aunque con respaldo económico, no pudieron, no pueden ni podrán hacerle frente.

Y esa organización es el Movimiento Al Socialismo (MAS) aunque, como todavía no se la puede estudiar con la distancia de la historia, es difícil definir si se trata de un partido político o, como sus integrantes lo rotulan, un instrumento.

Si es un partido político, habrá que admitir que es el más grande de la historia de Bolivia, ya que ha conseguido lo que ningún otro antes: llegar a todos los puntos del territorio nacional y establecerse en cada uno de ellos. Por eso, igual que ocurrió en las elecciones de los últimos diez años, tendrá delegados en cada uno de los recintos electorales, mientras que los demás apenas podrán cubrir los de los lugares más poblados.

Desde luego, eso conlleva un riesgo: el fraude electoral. El año pasado, mucho antes de que la Organización de Estados Americanos emitiera sus observaciones sobre los comicios, en Potosí habíamos detectado, gracias a las fotografías que subía el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que en varias actas de Sacaca aparecía la misma letra, como si las hubiera llenado una misma persona. Estas actas, además, eran de recintos alejados entre sí.

Como hay lugares en los que solo el MAS tendrá delegados, nadie más controlará la votación. Por ello, no será raro que se repitan hechos como que miles de campesinos voten con el control sindical literalmente encima de sus hombros o que alguien cambie las actas por otras previamente marcadas. ¿Por qué no? Ya pasó antes y este año no solo no habrá TREP sino, como anticipó el Tribunal Supremo Electoral (TSE), tampoco las fotografías de las actas.

Y es que el TSE también será gravitante en los resultados de las elecciones del domingo. El fraude electoral existió, fue comprobado, pero el actual Tribunal no sancionó al MAS, que fue su ejecutor, y ahora esta organización se apresta a ganar en primera vuelta gracias a que sus rivales, pequeños a su lado, no han logrado cuajar en una sola candidatura.

¿Es el MAS un instrumento?.. ¿instrumento de qué? No debemos olvidar que detrás de esa organización están los cocaleros de Chapare, con todo y el poderío económico que representan, y eso los pone a kilómetros de distancia de sus contendores.

Los presagios son negros. Parece que hay que prepararse para otro periodo masista de duración indeterminada. No olvidemos que la propia hija de Evo Morales anunció que volverán y, esta vez, se quedarán para siempre.



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