Su padre, un profesor, descubrió el maltrato y denunció a los responsables, pero la madre le hizo una contra adenda por rapto para seguir con el niño en su casa

18 de marzo de 2021, 12:34 PM
18 de marzo de 2021, 12:34 PM

Marca indeleble y deformación permanente por quemaduras térmicas en la región del glúteo, así certifica el médico forense, luego de examinar a un niño de seis años que sufrió este ultraje a manos de su madre y de su padrastro en estado de ebriedad.

El diccionario de la lengua española define indeleble como aquello que no se puede borrar, ni quitar, ni hacer desaparecer.

La historia de este dramático abuso se inicia hace dos años cuando el niño tenía seis años. Nació en Portachuelo con su mamá y su papá, un profesor.

La mujer empezó a tener diferencias con su esposo, que salía a trabajar, y decidió abandonar la casa. Dejó a su esposo y al niño al cuidado de su papá y de su suegra, o sea, la abuela paterna.

La mujer demandó al esposo ante la justicia pidiendo la tenencia del niño y logró un fallo a su favor.

Por orden judicial el niño se fue a vivir con su mamá, que ya tenía otra pareja, mientras que el papá, un profesor, cubría pensiones y pasaba por el menor todos los fines de semana como ordenó el juez.

El padre denunció que hace un año no podía ver a su hijo porque su mamá le restringía las visitas sin motivo desobedeciendo la orden judicial. A esto se sumó la pandemia del Covid y le fue más difícil verlo como acostumbraba. Sin embargo, insistió hasta que su expareja se vio obligada a enviar al niño a la casa de su abuela y otro familiar. Fue así que a fines de noviembre de 2020, cuando los casos de covid bajaron, logró ver a su niño y junto a sus familiares lo llevaron a la piscina. “Mi hijo no quería sacarse la ropa para entrar a la piscina, lloraba y no sabíamos qué pasaba, hasta que me dijo que tenía vergüenza y miedo. Entonces descubrimos las quemaduras, era increíble”, dijo el papá.

Luego sentó la denuncia por maltrato a la Fiscalía y la Policía, y se quedó con el niño a cuidarlo en su casa.

Testimonio y contrademanda

El niño reveló a la Defensoría que sufría malos tratos de su madre y su padrastro que llegaba borracho. “Me quemaban mis nalgas con ladrillo caliente porque yo me orinaba mucho, ese era el castigo”.

Sin embargo, la madre demandó al papá por rapto, mientras que la denuncia por maltrato no avanza. La fiscal asignada al caso, Roxana Parada, manifestó que se debe velar por el niño, pero confirmó que hay una denuncia por rapto. Aseguró que el juez será el que defina en audiencia si el niño vuelve a vivir con su madre y el padrastro o regresa con el padre.